1. El cielo, esencia o espíritu de vino de Lull,
descrito en Can. I. Dist. I. Lib. De Quinta Essentia.
Toma el vino tinto o blanco, el mejor que se pueda tener, o al menos toma vino que no esté picado, ni muy poco ni demasiado, y destila un Aqua ardens, como es costumbre, a través de tubos de latón, y luego rectifícalo cuatro veces para una mejor purificación. Pero te digo que es suficiente rectificarlo tres veces, y detenerlo, para que el espíritu ardiente no exhale, porque aquí han errado muchos hombres, pensando que debería rectificarse siete veces. Pero, hijo mío, es un infalible signo para ti que veas que el azúcar se sumergió en él, y que se sea quemada por el fuego como Aqua ardens. Ahora que tienes el agua así preparada, tienes la materia de la que se hará la quintaesencia, que es una cosa principal que intentamos tratar en este libro. Por lo tanto, toma eso y colócalo en un recipiente circulante, o en un pelícano, que se llama el Vaso de Hermes, y tapa el agujero muy bien con olibano o almáciga suave[1], o cal viva mezclada con la clara de huevos, y ponlo en estiércol, que es naturalmente más caliente, o los restos de hollejo, en el que no se debe disminuir el calor por accidente, lo que puedes hacer, hijo mío, si pones una gran cantidad de lo que quieras de esas cosas en una esquina de la casa, cuya cantidad debe ser aproximadamente treinta cargas. Esto debería ser así, ya que al vaso no le puede faltar calor, porque si el calor es insuficiente, la circulación del agua se vería afectada y lo que buscamos se vería perturbado; pero si se le administra un calor continuo mediante circulaciones continuas, nuestra quintaesencia se separará en el color del cielo, que puede verse por una línea diametral, que divide la parte superior, que es la quintaesencia, de la inferior, es decir, de las heces, que son de un color fangoso. Hecha una circulación continúa muchos días en un recipiente circulatorio, o en el Vaso de Hermes, se debe abrir el agujero que se tapó con dicha materia, y si sale un aroma maravilloso, tal que no hay fragancia del mundo que pueda ser comparada con ella; de manera tal que al colocar el recipiente en un rincón de la casa, un milagro invisible puede atraer todo lo que pasa; o si el vaso que se coloca sobre una torre, atrae a todas las aves al alcance de su olor, para hacer que se paren sobre él. Entonces tendrás, hijo mío, nuestra quintaesencia, que de otro modo se llamaría mercurio vegetal, si quieres, para aplicarse en el magisterio de la transmutación de los metales. Pero si no encuentra la afluencia de la atracción, coloca el vaso nuevamente como antes; y ponlo en el lugar antes designado, y déjalo reposar hasta que llegue la mencionada señal. Pero esta quintaesencia así glorificada, no tendrá ese aroma, ni tendrá ese calor en la boca como Aqua ardens excepto que un cuerpo se disuelva en él. Esto es, de hecho, llamado por los filósofos la clave de todo el arte de la filosofía, y tanto el cielo, como nuestra quintaesencia, que llega a una sublimidad tan grande, que ya sea por sí sola o con las estrellas (metales) terrenales, el operador de este trabajo puede hacer milagros en la Tierra.[2]
Anotaciones.
Los veinticuatro tipos de menstruos siguientes demostrarán que entre los disolventes de los adeptos, ninguno está hecho sin el mercurio vegetal o el espíritu del vino filosófico; porque es la base, el principio y el final de todos ellos. Sí, esto es acorde a los diversos y distintos grados de su fuerza, a veces la menor, a veces la mayor de todos los menstruos. Es la menor y la más débil, cuando por su simple untuosidad disuelve sólo las partes untuosas u oleosas de los vegetales, pero rechaza o deja intacto el resto siendo menos aceitoso y heterogéneo. Se vuelve más fuerte cuando atenuamos su untuosidad con áridos, es decir: cosas secas, no oleosas, por lo que se hace homogéneo para las cosas secas y oleosas, y a las cosas solamente secas. Con respecto a su homogeneidad, los menstruos de los Adeptos difieren de los comunes, porque, en razón de dicha homogeneidad, permanecen con las cosas inseparablemente disueltas. Sí, son aumentadas por ellos, pero no con la menor saturación, transmutados y fundidos en una tercera sustancia, por lo que no pueden separarse sin la disminución o destrucción de sus primeras (anteriores) virtudes. La homogeneidad permanente de los menstruos con cosas que se disuelven es la razón por la cual las esencias se hacen con menstruos vegetales simples, excepto los magisterios con el mismo compuesto, y por lo tanto éstos operan más fuertemente y aquellos más débilmente. Esto es, para comprender todo en una palabra: lo que nos muestran los diversos tipos de menstruos distintos entre sí en tantos grados, que ahora se describirán e ilustrarán en nuestras anotaciones. Pero para que puedas comprender más fácilmente los siguientes procedimientos y a mí también, pensé que era necesario predicar ciertas cosas relacionadas con la naturaleza y la propiedad de este espíritu del vino, para que no juzgues mal algo que no se entienda lo suficiente.
Primero, no debes tomar el espíritu del vino común, ni aunque esté muy rectificado por el espíritu filosófico del vino; ya que las siguientes recetas de todos los menstruos serían tentadoras y erróneas. “Teniendo una vez (dice Zacarías) un Aqua Vitæ muy excelente para la disolución de una marca o media libra de oro, compramos un gran recipiente del mejor vino del cual hicimos obtener por un pelícano gran cantidad de Aqua vitæ, que a menudo se rectificaba en muchas retortas compradas a propósito. Luego colocamos una libra de nuestro oro, que se calcinó antes durante todo un mes, y cuatro libras de Aqua Vitæ en dos retortas, una entrando en la otra, sellada, y ambas colocadas en dos grandes hornos redondos. Compramos también carbones por valor de treinta coronas, para continuar el fuego debajo de ellos por el espacio de un año entero. Podríamos haber mantenido el fuego para siempre antes de que se hubiera hecho una congelación en el fondo de los vasos, como prometía la receta. No hubo ninguna solución previa porque no operamos sobre una materia correcta, ni tampoco era que la verdadera agua solutiva, que debería disolver nuestro oro, como apareció por experiencia” (página 783, Vol. I. Th. Chym)[3]. Ripley nos advierte de lo mismo, quien dice: “Algunos piensan que este fuego (este espíritu ardiente del vino filosófico) se extrae del vino de la manera común, y que se rectifica por destilaciones repetidas a menudo hasta que su flema acuosa, que impide el poder de su igneidad, es completamente tomada de él. Pero este tipo de agua (que los tontos llaman espíritu puro), aunque cien veces rectificada, se arroje sobre los cales de cualquier cuerpo, aunque nunca esté tan bien preparada, vemos que se encuentra débil e insuficiente para el acto de disolver un cuerpo, con la preservación de su forma y especie” (Cap. 2. Suæ Medul. Phil)[4]. “El vino común (dice un poco más bajo) es caliente, pero hay otro tipo mucho más caliente, cuya sustancia entera es, debido a su aeridad, más fácil de encender por el fuego, y el tártaro de este humor untuoso es espeso; como dice Raimundo: que el tártaro es más negro que el tártaro de las uvas negras de Cataluña; con lo cual se llama Nigrum nigrius Nigro; es decir: negro más negro que el negro. Y esta humedad es untuosa, por lo tanto, es más acorde con la untuosidad de los metales que el espíritu extraído del vino común, porque por su virtud licuefactiva los metales se disuelven en agua, operación la cual no puede realizar el espíritu del vino (común) que, por fuerte que sea, no es más que agua clara mezclada con una especie de agua flemática. De donde, por el contrario, en este destilado de nuestro espíritu untuoso, no se encuentra ninguna acuosidad flemática. Pero como esto es raro en nuestras partes, así como en otros países, Guido Montanor, el filósofo griego, descubrió otra humedad untuosa, que nada sobre otros licores, cuya humedad proviene del vino; que yo sepa, obtuvieron Raimundo, Arnaldo y algunos otros filósofos, pero no dijeron cómo se podría obtener”[5].
¡Cuán retorcidas son las mentes! ¡Y cuán acostumbradas a engañarse por ilusorias corrientes conducidas a los pechos de los crédulos artistas! ¿Qué tienen en común los blandos vinos con el duro metal? Los gratos vinos, más propios de bebidas y banquetes… Aquel recoge uvas exprimidas, y su jugo pone en un matraz a cuya boca ajusta un corvo pico.
Así habla en broma el poeta y Adepto Augurellus (Lib. 2. Chrys. página 206. Vol 3. Th. Chym.)[6]
2. Que no tomes ningún aceite, aunque cien veces rectificado, en lugar del espíritu del vino filosófico; para todas las materias oleosas, ya sean las dichas o las destiladas, naturales o artificiales, solas o muy mezclados con otras cosas, como los álcalis, ácidos, etc., hechas por destilación, digestión, etc., se vuelven espesos en baños, excrementos, vapores, etc. sí, al final secos, insípidos, negros como un carbón, y a veces como un carbón, capaz de ponerse al rojo vivo; lo cual es una señal clara, un signo manifiesto que quieren un disolvente más que ser ellos mismos disolventes.
3. Es necesario observar que el espíritu del vino filosófico aparece en dos formas; ya sea como un aceite nadando en todos los licores, o como el espíritu del vino común (a cuya naturaleza se le acerca a veces, y tomando prestado así por analogía su nombre) no nadando en los licores acuosos, sino que se puede mezclar con ellos y con su propia flema; pero siendo fácilmente separable por simple destilación, deja atrás sus flemas; pero si se rectifica y enciende, se quema por completo, lo que nos proporciona el signo común de la rectificación perfecta del espíritu común, sin embargo no son dos, sino un sólo espíritu, que difiere en grado de pureza y sutileza. No es necesario probarlo, ya que los ejemplos nos son obvios en casi todas las descripciones de los menstruos vegetales.
4. Finalmente, se debe hacer una distinción entre el primer y el segundo espíritu del vino filosófico, padre e hijo. Los primeros en su preparación requieren Laborem Sophiae, el trabajo más secreto, difícil y peligroso de toda la verdadera química. El segundo se hace fácilmente con el antiguo espíritu de acuerdo con la regla de la química perfecta: una esencia hace una esencia, un magisterio, un magisterio. A diferencia de lo que hacen en el orden, no en la naturaleza, ambos son de una virtud, aunque de diferente preparación. Por esto, como se ha dicho recientemente, es de más fácil preparación que difícil. Por lo tanto, ambas esencias, la primera artificial, la otra natural, son desiguales en la Medicina, aunque, como menstruos, iguales en la Química, pero son fácilmente distinguibles unas de otras por sus nombres. El primero tiene estos nombres más generales en la lengua latina: Essentia Vini, Alcool Vini, Mercurius Vini, Vinum Vitæ, Vinum Salutis, Aqua Vitæ, Aqua ardens, Vinum adustum, Vinum sublimatum, etc. Ejemplos de los cuales tendrás aquí en forma de recetas: “Toma oro batido y deja que se resuelva en licor por la esencia del vino (Paracelso en descripción Auri Diaphoretici Lib. 3. de male curatis)[7]. “Toma pedernales y disuélvelos en la esencia del vino, como sal en agua, etc.” (Paracelso en descripcion. Essentiœ salicum, cap. 18. de Morbis Tartar. pag. 327[8]). “Toma el azafrán del sol y el alcohol del vino corregido, etc.” (Paracels. en Tinct. Croci Solis, lib. De. prœparat pag. 81)[9]. “El alcohol del vino exicado o corregido, está, dice Paracelso, cuando se quita la superfluidad del vino, y el Vinum ardens permanece seco y desflemado, sin grasa, sin dejar heces en el vaso” (página 507)[10]. Pero en cuanto a esto, tendrás muchos más ejemplos, especialmente en el siguiente Libro de los Medicamentos.
El segundo espíritu del vino filosófico tiene sus sobrenombres anexos a estos nombres más generales, indicando la raíz de su original, de los cuales las siguientes recetas pueden servir de ejemplos. “Toma de hojas de sol cuatro escrúpulos, del alcohol de vino extraído de un pino, de melissa, ana, etc.» (Paracelso en descripto. Balsami Solis, pag. 90. Chyr. Mayor)[11]. “La extracción de mumia se realiza mezclándola con la esencia de vino extraída de la celidonia, etc.” (Parac. en descripción Tincturæ Mumiæ, cap. 10. Lib. 3. de Vitalong. pag. 65)[12]. Toma la esencia del vino extraído de celidonia, mercurio de Saturno, etc. (Paracels. Lib. 8. cap. 10. de Tumoribus, Pustulis, etc. pág. 138. Chyr. Mayor[13]). En estas y similares recetas que se hacen con el alcohol de vino, extraído del pino, bálsamo, celidonia, etc., se entiende el segundo espíritu del vino filosófico, o la esencia de las cosas hechas con el primer espíritu, como también se demuestra en el quinto capítulo del tercer libro de la larga vida, pág. 63, donde Paracelso llama a las esencias de las hierbas el Elixir de la Vida, o el Vino de la Salud, hecho de ésta o aquella hierba: “Que (dice) se manifestará en el ejemplo de la melisa. Digiere la melisa (con el primer espíritu de vino filosófico) un mes filosófico en un Athanor, luego sepáralo, ya que los elementos duplicados pueden aparecer separados, y la quintaesencia, que es el Elixir de la Vida, se mostrará actualmente, en mandrágora fuerte, en césped amarillo, en Tincium negruzco, en Lupulus delgado y blanco, en Cuscuta áspero, en otros igualmente para ser juzgados según prescribe la experiencia. Además, ese espíritu extraído y separado del otro, vislumbra el vino de la salud (esencia de bálsamo) en el que los pseudo-filósofos han trabajado seriamente durante mucho tiempo, pero nunca lograron nada. Y una buena parte de ellos que siguieron a Raimundo (con la intención de seguirlo de acuerdo con el texto, entendiendo el vino rojo o blanco) vaciaron algunos restos de vino al extraer la quintaesencia del vino, pero no encontraron nada más que vino quemado, que desafortunadamente usaron para el espíritu del vino. Es suficiente haber amonestado así al espagirista, cuyo trabajo para la quintaesencia debe tomarlo de las hierbas”[14].
Este doble, el primer y el segundo espíritu del vino, pueden estar hechos no sólo de lo vegetal, sino también del reino animal. Como se lee del Aqua Vitæ y la flema del vino de orina, en el 16º Experimento de Lull, y en Paramirum Paracelsi, pag. 57: “Muchos han trabajado diligentemente para encontrar en el hombre su propia salud: Aqua vitæ, Lapis Philosophorum, Arcanum, Balsamum, Aurum potabile y similares. Lo cual hicieron correctamente; porque todas esas cosas están en él, como también en el mundo externo”[15]. Ten aquí una descripción del Licor de carne, página 505: “Toma del licor de carne seis onzas, de mumia, etc”[16]. Aquí por licor se refiere al vino de carne, que es testado por el propio Paracelso; diciendo: “Dónde de acuerdo con qué hay que señalar que el vino de melisa es un remedio secreto en un asma. Aquí también se debe observar que pulmonaria, no la hierba, sino el licor, es decir, su vino tiene parte en esta cura”[17]. En estas palabras, el licor y el vino de pulmonaria son sinónimos. Así en Lib. 8 de Tumoribus, cap. 3: “Por el licor de Hermodáctilas”. Y el capítulo 9: “Por el licor de melisa”; y lib. 9 cap. 4: “Por el licor Parthenionis”. Y capítulo 5: “Por el licor de Bdellium, etc”[18]. Los vinos de todos ellos deben de entenderse como esencias. Aunque ni el primer ni el segundo espíritu pueden producirse fuera del reino seco de los minerales (de hecho, hay algunos puramente oleosos, como Oleum Petræ, Naphthæ, Carbonum fostilium Succini, Agathis, etc., que son miembros reputados de este reino, cuya oleosidad, a pesar de diferir tan poco de la untuosidad de los vegetales y animales apenas merecen ser llamados sujetos aquí), pero por la misma razón que las esencias y licores de los vegetales se llaman vinos, es una esencia del reino mineral, a veces también es llamada licor y vino de los minerales. Así pues, el licor o esencia de vitriolo o cobre se llama vino del primer metal (Cap. 12. Lib. 3. de Vita longa, pág. 65)[19].
Siendo ahora instruidos por la luz de estas premisas, acerquémonos al espíritu del vino de Lull, que encontraremos como un aceite nadando sobre sus flemas, sacado no del común, sino del Aqua Vitæ filosófica por circulación: Pero aunque todas las demás esencias se hacen con la ayuda de cierta esencia, esta primera esencia del vino sólo debe emerger por sus propias virtudes de sus propias quiebras e impurezas. En este sentido, la elaboración del vino filosófico (tinto o blanco) hace que el trabajo de toda la química más secreta sea más difícil y abstruso; del cual (por la bendición de Dios) trataremos clara y verdaderamente en un libro particular; es decir, en nuestro quinto libro. Nuestro propósito ahora es alcanzar el uso de este vino en la elaboración de los menstruos, donde encontramos que el Aqua vitæ es el primero y más débil de todos los menstruos, que, al reducirse por circulación sólo a un aceite, se hace mucho más excelente que antes. La receta de Lull es lo suficientemente clara; sin embargo, pensamos que era aconsejable confirmar, si no ilustrarlo, al menos con las recetas de otros Adeptos. Johannes de Rupescissa, un erudito de Lull, tenía una estima tan grande por la primera distinción del Libro de esencia de su maestro, que lo hizo suyo con una pequeña alteración.
[1] Olíbano: Resina aromática, parecida al incienso. Almáciga: También conocida por mástique, es una resina que se saca de la corteza del letisco.
[2] Pseudo-Llul, R., De secretis naturae, seu de Quinta essentia liber unus, Colonia, Birckmannum, 1567, 24-27: “Accipe vinum rubeum vel album […] huius operis miracula supra terram”.
[3] Zacarías, D., “Philosophiae Naturalis Metallorum D. Dionysii Zacharii Nobilis viri Philosophi Galli”, en Theatrum Chemicum, Argentorati, Lazari Zetner, 1613, vol. 1, 777-819. 783: “quoniam opus erat nobis excelletissima aquae vitae […] ut ab experiencia patuit”.
[4] Ripley, G., “Medulla Philosophiae Chemicae Georgii Riplaei angli”, en Georgii Riplaei Opera omnia chemica quotquot hactenus visa sunt, quorum aliqua jam primum in lucem prodeunt, aliqua M.S. exemplarium collatione à mendis & lacunis repurgata, atque integrati restituta sunt…, Cassellis, Jacobi Gentschii, 1649, 123-178; 163-164: “Aliqui arbitrantur, quod hic ignis extrahitur à vino […] cum conservatione suae formae & speciei”. Ripley, G., Georgii Riplei Medulla philosophiae chemicae. Incerti autoris Canones decem, mysterium artis mira brevitate et perspicuitate comprehendentes…, Francofurti, Ioanes Bringeri, 1614, 32: “Aliqui arbitrantur quod hic ignis est à vino…”.
[5] Ripley, G., “Medulla Philosophiae Chemicae Georgii Riplaei angli”, en Georgii Riplaei Opera omnia chemica quotquot hactenus visa sunt, quorum aliqua jam primum in lucem prodeunt, aliqua M.S. exemplarium collatione à mendis & lacunis repurgata, atque integrati restituta sunt…, Cassellis, Jacobi Gentschii, 1649, 123-178; 167-168: “Vinum est calidum […] quomodo obtineri possit tacuerunt”. Ripley, G., Georgii Riplei Medulla philosophiae chemicae. Incerti autoris Canones decem, mysterium artis mira brevitate et perspicuitate comprehendentes…, Francofurti, Ioanes Bringeri, 1614, 34-35.
[6] Augurello, G. A., “Ioannis Aurelii Augurelii Chrysopoeis ad Leonem Decimum Pontificem Maximum“, en Theatrum Chemicum, Argentorati, Heredum Eberhardi Zetneri, 1659, vol. 3, 197-244. 206: “O tardas [en las ediciones inglesa y latina: “tortas”] adeo mentes! assuetaque falli / Artificum vario rerum per inania ductu / Pectora! cum duris quid mollia vina metallis? / Apta epulis, atque apta bibi suavissima vina? / Hic tamen expressam prœlis torquentibns uvam / Accipit, & phialæ postrema in parte reponit, / Cujus in extremo rostrum connectitur ore, etc.” Sobre Giovanni Aurelio Augurello (1441-1527): Soranzo, M., Giovanni Aurelio Augurello (1441-1527) and Renaissance Alchemy: A critical edition of Chrysopoeia and Other Alchemical Poems, with an Introduction, English Translation and Commentary, Leiden, Brill, 2020, aquí 192.
[7] Paracelso, “Quintae partis Chyrurgiae Magna Paracelsi, Liber tertius. De male curatis aegris restituendis”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol 3, 160-172, caput XXV, 169: “R. Auri 3j. ex qua duae patellae […] in Liquorem resolvâtur”,.
[8] Paracelso, “Liber de morbis tartareis”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 1, 289-333. 327: “Postea recentes lapides calcina & illos in ista essentiâ illâ vini resolve…”
[9] Paracelso, “De praeparationibus”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 2, 73-83. 81: “Reduc in unum, & separa per alcohol vini: postmodum accipe Croci 3ij. Alcohol correcti 3 ij”.
[10] Paracelso, “Paragraphorum Liber”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 1, 491-510; 507: “Alcool vini exsiccati est, quando superfluitas vini secedit, & vinum ardens superest, siccum, exustum, sine adipe aut pinguedine, nullas feces in vase reliquens”.
[11] Paracelso, “Chirurgiae Magnae Liber Quintus. De ulceribus”, enAur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 3, 89-92; 90: “Recipe Solis foliati 3iiij. Alcool vini de Pino, de Melissa ana…”,
[12] Paracelso, “Liber de Vita Longa”, enAur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 2, 46-73; 65: “Virtutum verò ex Mumiâ extractio magistraliter, ut eo verbo utar fir per commixtionem eius cum Essentia Vino, ex Chelidonià quidem sumpti”. También en Paracelso, Libri V de Vita Longa, Basilea, Petrum Pernam, 1566, Extracto Mumia, Capítulo. X, 69.
[13] Paracelso, “Aureoli Theophrasti Paracelsi Chirurgiae Magnae Pars Quarta, de tumoribus, Pustulis, ac ulceribus morbi gallici, continens Chyrurgiam Minorem”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol 3, 102-148; 138: “Recipe Essentia vini de Chelidonia 3 ij. Mercurii Saturnini hematitico…”. También en Paracelso, Aureoli Philippi Theophrasti Paracelsi … Chirurgiae magnae tomus secundus. Continens De tumoribus, pustulis, & vlceribus morbi Gallici lib.10. De curatione & imposturis morbi Gallici lib. octo. Quibus insunt eiusdem authoris Anatomia. Chyrurgia minor, &c. Omnia à Iosquino Dalhemio Hietichtauuio Ostofranco Germano Latinitate donata, Basilea, Petrum Pernam, 1573, Vol. 2, 85: “Liber IX, Caput X. De pistulis erraticis curandis”.
[14] Paracelso, “Liber de Vita Longa”, enAur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 2, 46-73; 63-64: “Id quod exêplo Mellisae clarius innotescet […] Spagyricum, qua ratione Herbis Quinta Essentia infit”.
[15] Paracelso, “Opus Paramirum”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 1, 31-110; 57. Paracelso, Liber paramirum clarissimi doctissimique viri areoli Theophrasti Paracelsi, in quo universalis, theorica physices & chirurgiæ origines & causæ morborum…, Basilea, P. Pernam, 1570, 100: “in qua magna sanitatis humanae pars fita est, ut eius lapis philosophorum, eius arcanû, eius balsamis, eius aurum potabile, ac similla […] in esteriore sunt mundo”. Pseudo-Llull, R., Testamentum Raymundi Lulli doctissimi et celeberrimi philosophi, duobus libris vniversam artem chymicam complectens. Item eiusdem Compendium animae transmutationis arte metallorum, Rothomagi, Davidis Berthelin, 1563, 195: “Accipe salem Armoniacum vulgi, atque illud dissolve in phlegmate vini lotii […] Deinde accipe tantam quantitatem aquam vitae…”
[16] Paracelso, “Paragraphorum liber nonus”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658. Vol. 1, 491-510; 506: “Liquoris carnium descriptio. Liquoris de carne 3 vj. Liquoris mumiae, 3s…”
[17] Paracelso, “Paragraphorum liber nonus”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658. Vol. 1, 491-510; 506: “Vinum essatum hic vocatur vinum sublimatum, in quod herbae ponuntur, ut earum essentia extrahatur, una essatum quoque dicitur. Huius generis sunt vinum melissae, velarianae, pulmonariae & similium. Ubi hoc iuxtà notandum est, quos vinum Melissae in ashmate secretum existat. Observandum hicteciam hoc est, pulmonariae non herbam, sed liquorem, id est vinum, in hâc curâ locum habere. Liquoris carnium desriptio…”.
[18] Paracelso, “De Tumoribus, Pistulis, & Ulceribus Morbi Gallici Lib. X.”, en Aur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 3, 101-148.
[19] Paracelso, “Liber de Vita Longa”, enAur. Philip. Theoph. … Opera omnia medico-chemico-chirurgica tribus voluminis comprehensa, Genevae, Ioan. Antonii & Samuelis de Tournes, 1658, Vol. 2, 46-73; 65: “Hoc enim pacto separat se vinum Metalli primi in fummitatem, caeterum quiequid de faecibus vini est, Vitriolum Venere occupat”.