¿Por qué el azufre es un elemento con relaciones divinas?
Todos conocemos el azufre , ese polvo amarillo que envasado convenientemente se almacena en todos los laboratorios, porque es muy barato (sale de la tierra casi puro) y que al quemarlo, produce un humo picante y sofocante; el dióxido de azufre, pero el origen de su nombre es casi un misterio.
Tenemos tres hechos fundamentales a considerar:
a) Se encuentra puro en las zonas volcánicas, fundamentalmente en la mediterránea, marco de culturas primitivas, y es abundante.
b) Los volcanes son una manifestación de fuerzas ocultas, no explicable en dichas culturas, atribuyéndoles una acción divina.
c) Produce humo y este humo da lugar a unos efectos especiales: sofoco y picor.
Estos tres hechos marcarán su uso y por lo tanto el nombre.
En los libros de texto de química, podemos leer que el azufre deriva del latín SULFUR-SULFURIS. Existe una discrepancia en la propia raíz latina, pues según Séneca debe ser SULPHUR-SULPHURIS, mientras que Plinio le extrae la h, hasta SULFUR. Se supuso que las raíces del SULPHUR o SULFUR, estarían en lenguas suritálicas de los habitantes vecinos del Vesubio. Sin embargo el azufre era empleado mucho antes por los egipcios, como fumigatorio en sus templos. Los griegos también lo usaban en el culto de Hefaistos, dios de los infiernos (Vulcano de los latinos). Los lugares más populares de dicho culto, por su geografía, eran las islas Lípari (donde está el volcán Strómboli) y Sicilia (el Etna), zonas donde dominaba la cultura griega. En el antepenúltimo canto de la Odisea, Homero hace referencia a él con el nombre de THEION, derivado de THIO (θύω), divinidad, como un objeto del culto a la divinidad. Herodoto habla de THIMAMA (θυμαμα), perfume que se quema y de THIMIATÓS (θυμιατός), capaz de ser quemado como perfume. Como podemos comprender el nombre griego del azufre estaba completamente vinculado a su uso como ofrenda a los dioses en los templos, o sea como perfume sagrado.
¿Se pudo transformar el THEION y derivados, en SULFUR? Es mucho más fácil de lo que parece. Todo se realiza a través de una característica: el humo. En latín humo es fumus, y SUFFIO es echar humo. El sinónimo griego es THIMIAXO (θύμιάςω), lo cual ya indica la transformación de la Z en la F. En nuestro caso el SULFUR procedería de SUB-FIO, SUB-FUMUS con un prefijo indicativo de interioridad muy en consonancia con el origen del humo. O sea que sería la traducción de humo interior, humo de dentro de la tierra, humo divino salido de la tierra. En este caso el azufre hispánico procedería en línea directa del latino SULPHUR o SULFUR, e indirectamente del griego theion, con el intermedio SUBFIO: humo del interior.
El nombre del azufre en las lenguas europeas
Del latín, surge en el siglo XVI, en castellano antiguo y vascuence como SUFRE o ZUFRE y SUFREA De ahí aparece el ENXOFRE en galaico portugués, AZUFRE en castellano, SOFRE en catalán y SOUFRE en francés. En inglés, vuelve la raíz latina como SULFUR, que en galés es SYLFFWR y que se deforma en alemán hasta SCHWEFEL y SWEBLAS, aunque éstas lo deberían tomar directamente del indoeuropeo. Derivado de éste aparece el holandés ZWAVEL y en las lenguas nórdicas es SVOVL y SVAVL (danés y sueco). En letón es SERS, mientras que en bohemio y checoslovaco es SIRA, en polaco SIARKA, en serbocroata SUMPOR, en ruso ZEPA y en esloveno ðVEPLO. En italiano es ZOLFO, con las formas dialectales ZUOLPER y ZUORPEL. Por lo tanto todas las lenguas europeas, tanto latinas como anglosajónicas, podrían tomar directamente del latín, la denominación del azufre. Es completamente lógico porque Italia suministraba azufre a toda Europa. Sin embargo las voces nórdicas y derivados, podrían proceder del indoeuropeo SUELPHLOS, el cual tendría su origen en la voz SWEL que se traduciría por algo que se quema lentamente con producción de humo, con lo cual tendríamos un circuito de transformación y propagación cerrado.
Existe una acepción muy antigua para el azufre que aparece en sánscrito: SULVA-ARI, que con el tiempo pasaría a ser SOLVERI o SOLVERE, relacionado con su combinación con el cobre, pues alteraba su metalurgia perjudicándolo. Sin embargo, la relación más antigua con el actual azufre, podría estar en una tablilla acadia, en la que hace referencia a la flor del azafrán, que se empleaba como colorante amarillo, con el nombre de ÔUPUR A-ZU-PI-RU.
Sólo en Portugal y España, aparece otra forma de denominar al azufre, con una raíz muy diferente. Son ALCREVITE y ALCREBITE de procedencia árabe. Geber (VIIIdC) define así al azufre: «Una grasa de la tierra, que por decoción lenta y suave ha sido espesada y reducida a una sustancia seca, que cuando está bien seca se llama KIBRIT« (Sin embargo Geber lo tomó de los escritos de María la Judía en los que ya aparecía con ese nombre). Ahí está la raíz directa del alcrevite o alcrebite luso-hispano; el árabe. Ahora bien, al parecer este origen no es exactamente árabe, pues en sirio era KEBRITA y antes en asirio, KUPRITU. Precisamente, al azufre que aparecía flotando en los ríos de Mesopotamia, se le denominaba en asirio KIBIR NÂRI (nâri, era orilla del río). ¿Coincide el significado de la raíz indoeuropea, con el árabe? Recordemos que aquél procede de una característica derivada de una reacción química del azufre: su combustión, que produce un humo muy especial el debido al dióxido de azufre gas.
El término KIBRIT tiene su origen en un concepto totalmente distinto. El azufre se encontraba en los minerales combinado con muchos metales, impidiendo su beneficio, siendo perjudicial. Geber consideró que todos los metales eran mezclas de azufre con mercurio y el más noble de ellos era que el menos azufre contuviera. Estas ideas van a invadir toda Europa a través de la propia filosofía alquimista. Así, hasta casi el siglo XVII, existía la creencia de que el azufre contaminaba a los metales. Por lo tanto KIBRIT era un término despreciativo que significaba lo que se tenía que desechar. No se basa en una reacción específica sino en su capacidad para combinarse con los metales. A partir de España, el ALCREBITE, se introdujo en Europa durante el medioevo, transformándose en ABRIC, que sólo perduró en aquella época. Actualmente en árabe se conoce como KABRIET y KIBRITI, lo que originará el swahili KIBERITI, el maltés KUBRIT, y el turco KUKURT. Sin embargo KIBRIT, aparece en turco como algo capaz de inflamar, de hacer arder, y el rumano CHIBRIT, identifica a los fósforos o sea, a las actuales cerillas. Vemos como una idea diferente, a partir del concepto del azufre, como piedra que arde o que hace arder, evoluciona en otras lenguas hasta interpretarla como instrumento para obtener fuego.
Por lo expuesto todos los nombres del azufre siguen una relación OFRENDA DIVINA-HUMO-TIERRA-COMBUSTIÓN, dado que ésta sólo se puede establecer en zona volcánica, debemos creer que el origen próximo de la voz azufre es mediterráneo y específicamente suritálico, mientras que el remoto como es lógico estaría en las raíces indoeuropeas.
Hay que darse cuenta que el azufre ya aparece mencionado en las Sagradas Escrituras, como PIEDRA INFLAMABLE, y es que en aquel tiempo era el único sólido natural capaz de arder, y por lo tanto recrear el aspecto sobrenatural del humo saliendo de la tierra. Esta idea es recogida en inglés medio, que lo denomina BRENSTON, y en islandés BRENNISTEINN.
En rumano, el azufre tiene un nombre muy curioso y diferente; PUCIOASA. Lo hacen derivar de PUCIO (maloliente) aplicado a los gases que emanaban de los volcanes, que se puede relacionar con la expresión española (Puff!, para el mal olor.
En chino, el azufre es LIU y HUANG. Tal como el carbón está considerado como un no metal, siendo representado por el ideograma de roca y el del color amarillo, y por lo tanto con el significado de roca amarilla. En japonés es IWOO y YU-OO.
Las propiedades químicas y físicas que motivaron sus nombres.
Hemos visto en el origen del nombre del azufre, que lo que llamó la atención del hombre en este elemento fue considerarlo como la única piedra que ardía; un mineral, algo salido de la tierra, que era inflamable y que producía humo. )A qué se deben estas características?
La molécula de azufre sólido en su estado normal es S8, formando un anillo con estructura de corona, con un ángulo de unión de 105º y 107º, que corresponde a la hibridación sp3 del azufre, distorsionada por los pares electrónicos no ligantes; su ángulo diedro es de 102º. La energía de enlace de la unión S-S, es de 212,76 kJ/mol. La combinación con el oxígeno para producir dióxido de azufre, gas picante y sofocante, implica la formación de estructuras resonantes de SO2, bastante estables, según la reacción:
S8 (sólido) + 8 O2 (gas) = 8SO2 (gas)
Si estudiamos la energía libre liberada en esta reacción en condiciones estándar (298K) a partir de las entalpías y entropías, dado que ΔG = ΔH – TΔS, tendremos:
SUSTANCIAS | ΔH (kJ) | ΔS (kJ/K) | ΔG (kJ) |
S8 (sólido) | 0 | 8(0,0318) = 0,254 | ‑75,74 |
8 O2 (gas) | 0 | 8.(0,0100) = 0,080 | ‑488,3 |
8SO2 (gas) | 8.(-296,36) = -2370,9 | 8.(0,2466) = 1,972 | ‑2958,85 |
lo que producirá -2394,81 kJ, valor que nos indica que la reacción se produce rápida y espontáneamente; solamente habrá que iniciarla para romper la estructura cristalina del azufre rómbico. Por eso el azufre es una piedra que arde. )Y por qué pica los ojos y ejerce efectos sofocantes? Naturalmente esto es debido a su capacidad para combinarse con el agua, tan abundante en el humor acuoso ocular y a su naturaleza como ácido de Lewis, por su capacidad para ampliar su octeto electrónico.
¿Por qué el azufre es amarillo?
En los sólidos, los electrones correspondientes a los átomos están distribuidos en bandas energéticas (un macro orbital molecular). La última ocupada, que correspondería al orbital molecular H.O.M.O. (orbital molecular ocupado de mayor energía), se denomina banda de valencia, y la primera vacía L.U.M.O. (orbital molecular vacío de menor energía), banda de conducción. La máxima energía de la banda de valencia, se denomina nivel de Fermi. La diferencia energética entre ambas bandas, corresponderá al límite inferior de la energía que es capaz de absorber dichos electrones, con la que se promocionan de banda. Como resultado de este proceso, habrá que eliminar de la luz blanca que los ilumina (luz solar), las frecuencias correspondientes a la energía absorbida, emitiendo en la o las complementarias. De esa emisión, como se ha dicho, surge el color que observamos en el compuesto. Si, debido a la pequeña diferencia energética, absorbe la mayoría de las frecuencias, aparecerá negro, mientras que si por estar muy alejadas las bandas no es capaz de absorber casi energía, será incoloro.
El azufre rómbico, con una estructura más estable, presenta una diferencia energética entre las bandas de 2,6eV, absorbiendo la energía correspondiente a las frecuencias del azul y violeta. A consecuencia de ello, surgirá con un color amarillo característico, que condicionará alguno de sus nombres.
Quisiera, por último, añadir algo que me resulta muy curioso:
El azufre puro, a presión y temperatura ambiente, es un sólido amarillo que arde fácilmente con una peculiar llama azul. A 115 ºC el azufre se funde y forma un líquido de color amarillo intenso, hasta aquí sin novedad. Pero si aumentamos la temperatura, a 160 ºC algo ocurre: el líquido se vuelve de repente viscoso y su color empieza a cambiar. A 190 ºC el líquido tiene un tono naranja oscuro y su viscosidad se ha multiplicado por 10.000. Claramente, en ese líquido han pasado cosas. Esos 160 ºC se conocen como la transición lambda del azufre.
Si seguimos aumentando la temperatura el líquido sigue cambiando. Por encima de 190 ºC la viscosidad deja de aumentar y empieza a bajar, aunque esta vez de forma gradual. El color se vuelve cada vez más oscuro, pasando por un rojo similar a la sangre venosa, y después un marrón pardo. Finalmente, a 445 ºC el azufre hierve y se transforma en un gas pardo rojizo. Estos tonos del azufre, que sólo aparecen a temperaturas altas, no los vemos a menudo en la Tierra, pero están por todas partes en Ío, la luna de Júpiter en la que cientos de volcanes están continuamente lanzando azufre sobre la superficie.