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Luis de Aldrete y Soto (fl. 1680), hizo pronósticos astrológicos, algunos a largo plazo, tal como la destrucción de la secta de Mahoma y la venida del Anticristo, otros más inmediatos, como la prolífica descendencia del rey Carlos II y su larga vida. Fabricó una medicina universal, que publicitó con el nombre de agua de la vida, cuyo uso lo enfrentó a la medicina oficial, que cuestionó su efectividad y legalidad. Su defensa, agresiva con la medicina galénica, soliviantó a algunos médicos, que entraron en la polémica para defender su profesión y atacar a Aldrete, los cuales fueron a su vez replicados por Aldrete mismo y por partidarios suyos.
En la polémica, el agua de Aldrete quedó prácticamente relegada a pretexto para exponer y argumentar los pros y contras de las medicinas de la época: la química con su fármaco universal por un lado, la galénica por otro.
1- Memorial al rey (1680).
El primer escrito impreso de Aldrete fue un memorial al rey, en 1680, en el que le pedía que se publicara con fondos públicos una obra suya en dos partes, para la que ya había obtenido la licencia real, cuyo título era Filosofia christiana y Faeton manifiesto, medicina universal sacada del arbol de la vida.
Para encarecer la importancia de la obra, dedicó varias páginas a explicar qué era esa medicina universal: Fue conocida por medicos como Hermes Trimegistro, san Alberto Magno, Arnaldo de Villanueva, san Raymundo Lulio, Paracelso y otros muchos, pero escrivieron de ella ocultándola bajo enigmas. Los egipcios la explicaron bajo el enigma de Faetonte; es también el peregrino y húmedo aéreo de Sendivogio que sube, se mezcla con la calidez y vuelve a bajar.
[p. 2] Subiendo vapor, baxa, abrasado en el brasero del sol, en humedo radical y calido innato de todo grado de vida, forjado y fraguado con las centellas solares, semilla vniversal de quanto se produze en este mundo.
Estos “átomos solares” son algo físico y real:
El agua llovediza arrastra y trae consigo esta semilla fabricada en el brasero del sol […]. El perito la podrà separar del agua llovediza, de donde sacarà vnos espiritus albissimos y dulçes. Tambien la arrastra el rozio, por quien providas las avejas lo buscan para sacarsela.
Pero como es menstruo vniversal, apenas cae en virtud, olor y sabor, y assi en las demàs plantas, apenas cae el romero, quando toma su virtud, olor y sabor, y assi en las demás plantas […].
Pero el verdadero filosofo, previniendo estos daños, para sacar el agua de la vida, ò los polvos, si quiere realçarla mas, la recoge con sus ançuelos antes de caer en la tierra, en el vientre del ayre.
La Escritura le llama manna absconditus, vida escondida y mannà, que invisible baxa à dar vida por el ayre.
Esta sustancia puede ser corporificada por el arte en forma de polvos morados (polvos de Digby), que purificados se hacen blancos, en cuya composición no entra ningún mixto.
[p. 4] Esta es la composicion y la materia del agua de la vida, sin que entre en ella mixto deste mundo, ni cosa que, en el calor de las oficinas dèl, aya la naturaleza empeçado à determinarle especie.
2. Luz de la medicina (1681).
Es un breve opúsculo (17 páginas), publicado sin aprobaciones ni permisos, en el que Aldrete defendió las virtudes curativas de su agua de vida, atacando la ineficacia de la medicina galénica, en especial las sangrías, y respondiendo a varias objeciones que los médicos “metodistas”[1] le oponían, no obstante haber experimentado su utilidad. Los argumentos de Aldrete, pobres en general[2], fueron reforzados con un elenco de casos de enfermos tratados, curados o no.
Una de las objeciones fue que debía comunicar su composición al Protomedicato. Aldrete se negó a desvelarlos, respondiendo con los enigmas al uso entre alquimistas, como los ya vistos, afirmando que no contenía veneno alguno y la gran antigüedad de su uso.
[p. 17] Què raiz y principio tiene la Medicina Vniversal? Natural es del Cielo, su Tronco y Fabrica es del Sol, principio de la Vida, donde no se equivoca la Muerte ni veneno alguno. Quien fuè el primero que la enseñò? Hermes Trimegistro, en tiempo de la Ley Natural. Llamaronle tres veces Maestro[3], porque clara y distintamente enseñó el Mysterio de la Santisima Trinidad, confessando à vn Padre, y à un Hijo y a un Espiritu Santo y su Omnipotencia, como se reconoce de sus escritos, haziendola Luz inaccessible.
Aldrete acabó diciendo que con la medicina metódica eran los más los enfermos que morían, su medicina universal sin embargo curaba todas las enfermedades, excepto las enviadas por Dios como castigo.
3. Ataque de Guerrero (1682).
Juan Guerrero, médico alquimista, protomédico de la Armada real, cuestionó en tono agrio el agua de Aldrete en Sol de la medicina (1682). El principal objetivo de esta obra era, como indicaba el título completo[4], defender la medicina galénica, como complementaria y no opuesta a la chymica. La acusación es que, no siendo Aldrete “professor” de la medicina, ponerse a juzgarla en papeles era mostrar públicamente su ignorancia. El autor rechazó el agua de la vida de Aldrete por errónea, pero no cuestionó la posibilidad de la medicina universal, arguyendo que esta la supieron y practicaron Hipócrates y Galeno.
Guerrero aceptaba que «en el mundo ay un espíritu ethereo», base de la medicina universal, pero «este no viene del sol: nadando anda en esse ayre el espiritu ethereo, y vital de cuantas cosas tienen ser en este mundo». Para apoyar esta función vital del aire, Guerrero citó la Turba, a Bono de Ferrara y también a Sendivogio, el autor de cabecera de Aldrete. La vida, pues, no procedía del sol:
El sol como sol no da vida ni engendra, que solo es eficiente instrumento o causa de que todos los vivientes se purifiquen de la mesma suerte que en vn horno.
Esta impugnación era teórica y, por sí misma, no invalidaba el agua de vida de Aldrete, ya que al final ambos coincidían en la corporización del aire. Quizás Guerrero fue consciente de la debilidad de este argumento y dedicó buena parte de su alegato a mostrar con citas y referencias (more alchimistarum, o sea, que no llevaban a ninguna parte), que era un buen conocedor de la literatura alquímica[5].
Por ejemplo, Guerrero decía conocer los “anzuelos” para atraer el alma‐ espíritu del mundo, afirmando que eran “la llave” y, dado que de nada sirven si no se sabe cómo usarlos, para mostrar sus conocimientos explicó de qué materiales eran algunos:
Kenelmo Digbeo […] haze los ançuelos de cristal, como espejos, y estos son propios para lo claro, y las aues recreandose en el espejo que se les pone delante enamoradas de si, viendo su semejança se suspenden tanto que, en aquel profundo letargo embelesadas, se dejan coger a la mano sin resistencia alguna. […] Otros ançuelos se hazen de piedra, arena y barilla de vidrio, quiero dezir, como los hizo Fabricio Bartoleto, y tengo este por mejor modo que no el de Iuan Staricio y de Michael Sendiuogio, pues estos hazen los ançuelos de cobre[6], y ya se sabe quan dañoso es para la salud cualquier medicamento que aya tocado el cobre, y mas este menstruo vniversal, que se destruye lo que con el se puede hazer, pues no le ha bien tocado, quando se le ha comunicado toda la malicia, por la virtud magnética que tiene, tan sumamente espirituosa y penetratiua.
El mayor argumento que daba de su oposición a Aldrete, es que éste entendía literalmente los textos alquímicos[7], algo que no puede hacerse:
Es menester advertir que quantos han hablado de esta agua de la vida, mercurio de el mundo y de los philosophos, sal armoniaco &c., no hablaron con la inteligencia que lo entiende y explica el autor de el papel, pues este modo de entenderlo es muy material. Y es menester saber que no la llamaron medicina universal porque era curativa de todas las enfermedades, pues es arguirlos de ignorantes essa inteligencia mechanica.
Guerrero empleó cuatro páginas de argumentos para mostrar a Aldrete que la literalidad lo había conducido al error: Propiamente hablando el nombre de medicina fue aplicado, por similitud, a sustancias que perfeccionaban los metales; podía tener en ciertos casos un valor medicinal similar a otras sustancias, pero por sí no era medicina. Por esta razón Hipócrates, habiendo conocido la medicina universal, la dejó de lado y únicamente trató de la medicina curativa. Es a la defensa de esta medicina a la que Guerrero dedicó la última parte de su opúsculo.
4. Réplicas de Aldrete (1682).
Ante la negativa a dar la composición de su agua, en 1681 el Protomedicato había emitido un auto prohibiéndole su uso. Aldrete contestó con La verdad acrisolada, con letras divinas y humanas (1682)[8], que consta de dos papeles diferentes, uno dirigido al Protomedicato, otro a Guerrero.
- Al Protomedicato.
Aldrete insiste por en lo mismo: La medicina universal, dice,
Se compone de los rayos del sol y de la luna o del espíritu del mundo (que todo es lo uno). Estos son principios de la vida, y con motivos de ella, no pueden dañar la salud pública.
En su defensa recurrió primero a Avicena, un médico aprobado, del que dio tres citas[9], y considerándolas argumento suficiente, concluyó: «Con lo que no nos puede el Proto‐Medicato prohibir en estos reynos la medicina universal».
En el resto del papel argumentó cinco puntos o artículos, complementarios a lo expuesto en Luz de medicina, ahora con un enfoque teológico. El redactado de los dos primeros puntos muestra el tono del debate:
El primero: Que toda la doctrina Ethnica es falsa, fundada en principios inciertos, Oraculos y sueños del Demonio, a dos luzes, y los Filosofos (que tanto celebran) Catedraticos de Satanas.
El segundo: Que no ay mas de tres Medicinas, que enseñan las Divinas Letras: Vna de las quales es la Medicina Vniversal, que cura de todo genero de achaque, excepto el de los dias cumplidos y el que viene por castigo de Dios.
El desarrollo del primer punto no aportó nada a la defensa de la chymica. Las dos primeras medicinas que trató en el segundo “artículo” fueron la medicina “terrestre” y la universal. Para probarlas se limitó a la autoridad de dos versículos del capítulo 38 de Eclesiástico[10], que tratan de salud, medicinas y médicos.
A la medicina terrestre se refiere el versículo 4 (lo cual es literalmente cierto): “Creavit Altissimus de terra medicinam”. La “virtud” medicinal de los medicamentos terrestres radica en “un punto de luz que baxo del cielo a la formacion de cada individuo”, como lo prueban el presidente Spagner (d’Espagnet), Hermes y Crollio.
La medicina universal o agua de la vida no era una novedosa invención suya, nada más lejos:
La segunda medicina que enseña el Espíritu Santo es la vniversal, tan antigua en el mundo que antes del diluvio vniversal se vsò della y durò su uso por muchos siglos. Assi lo dize Sendiboxio en el primer tratado de su Nueva luz, citando a Hermes[11].
La exposición de la prueba escrituraria es algo alambicada. Según nuestra manera de entenderla queda así: Al iniciarse la creación (Gen, 1, 2) “Spiritus Domini ferebatur super aquas”. Cuando emergió la tierra el espíritu no se retiró, sino que quedó sobre ella, y esto es lo que hay que entender en Si, 38, 8: ”Pax Domini super faciem terrae”. Según Aldrete, aquí pax equivalía a spiritus.
En este capítulo no trata el Eclesiastico de guerras ni pazes, sino de medicinas; y como a esta vniversal la tiene Dios determinado tiempo para su manifestacion, aunque ha corrido en el mundo entre aquellos a quien Dios ha querido manifestarsela, ha sido debaxo del Velo y Enigma del Titulo de Pax Domini, y con el la encubriò el Eclesiastico. Llamòle Pax justamente porque la medicina vniversal iguala los humores y pone pazes en ellos para que vno no sobrepuje mas en potencia.
Este spiritus‐pax está por consiguiente en el aire: es el espíritu del mundo.
El espiritu del mundo esta en el ayre. Y asi, dixo que La paz del Señor estava sobre la faz de la tierra. En el ayre, Mar de los Filosofos que no son ciegos ni incredulos.
También fue invocada la Tabla de Hermes:
[pág. 12] La paz del cuerpo con el alma[12] la hemos de buscar en el ayre. Esta [la universal] es diversa medicina de la que Dios criò en la tierra. La que enseñò Hermes Trimegistro fue la paz del Señor, por estas palabras: Pater eius est sol, mater luna, & portat ventus in ventre suo. El padre de esta Medicina es el Sol, su madre la Luna, y la trae el Viento en su vientre.
Los rayos de sol se corporifican en polvo, según “el ilustrisimo don Digbeo”, cosa que le refirió a Aldrete haberlo visto “un noble varon digno de toda fee” y lo testificaba Juan Bequero. Esta corporificación de la luz en polvos se dio milagrosamente en el sepulcro de san Juan, según contó san Pedro Damiano[13].
Mox autem tanta super eum Lux Caelitus est immissa vt nullus eaum ferret aspectus. Postmodum vero inventa est fovea nihil aliud in se continens nisi manna, quod videlicet (sicut dicitur) vsque hodie scaturire non desinit. Y despues de haverse entrado san Iuan en el sepulcro, baxò tanta luz sobre èl que ninguna persona podia mirarla; y fue hallado este lugar que no contenia en si mas que Manà, (esto es, vnos povillos sutilisimos) que, como afirman, hasta hoy estan saliendo.
En esta versión adornada de la muerte de Juan el evangelista, al apagarse la luz cegadora el cuerpo había desaparecido y en su lugar se encontró un maná. Aldrete citó una segunda versión algo menos teatral: Juan mandó cavar su fosa, entró en ella dejando su capa y, tras ordenar que lo inhumaran, murió. Es sobre la tumba, (losa o tierra), donde manaba un polvo blanquecino inagotable que curaba todas las enfermedades.
Más allá de que lo aseguren autores como Crollio o d’Espagnet, ¿por qué cura esta luz? Entre otras acciones:
El tercero efecto natural de la luz es curar todas las enfermedades, porque la luz es la naturaleza naturada, substituta de la naturaleza naturante, y por medio de quien el Criador obra su voluntad inmensa.
¿Cómo se pueden coger los rayos de sol?, había preguntado el Protomedicato. La respuesta es que la semilla del sol está en el aire y este puede reducirse a agua con la “magnete” apropiada, extraída de la luna.
No es imposible coger el ayre, donde viene embuelta la semilla del sol. Luego lo que dize Sendiboxio, que cuezan el ayre para hazerlo agua y después polvos, no es imposible, sino a los ciegos de entendimiento. […]
Si se quiere recoger el ayre con la semilla del sol, saquese de la luna el magnete[14] y con el se recogera todo y se reducira a cuerpo de agua, y a fixacion si fuere necesario.
Para acabar, Aldrete aseguró que los egipcios solo permitían el uso de esta medicina:
Tan grande credito tuvo entre los egypcios esta medicina, por la seguridad con que obra, que el medico dellos que curava con otra, aunque sanase al enfermo, lo condenaban a muerte, y el que curava con esta, aunque muriese, quedava el medico libre de culpa. Dizelo assi Iuan Bosch[15], lib. 1, De Africa, cap. 5, por estas palabras: Si quis sacri libri secutus infirmum curare non quiverit, omne caret crimine; si praeterea quam quae libris continentur illum curaverit, morte punitur.
- Respuesta a Guerrero.
Aldrete comparó la argumentación de Guerrero con el martillo de un herrero, estruendoso pero ininteligible, “un arcon de desaliños” que “nada de lo que dize prueba”.
El primer objetivo de Aldrete fue contraargumentar que Hipócrates y Galeno hubieran sabido la medicina universal; el segundo que Guerrero entendiera nada de chymica.
El segundo punto que trata el Antegonista es de honrar mucho la chymica y dezir que es don del cielo. Yo le quisiera preguntar, si este lapis, o elixir o agua de la vida, no conduce a la salud, que es lo principal en esta vida, por què la alaba tanto? Porque lo demas, de que purifique los metales no es el intento del verdadero filosofo, sino de la codicia desordenada, vanidad y sobervia de este mundo.
Y si es chymico, como vanamente publica, amontonando lugares que no entiende […], por què no ha hecho el agua de la vida, polvos o elixir, pues es medico, para curar a sus enfermos?
Guerrero había dejado claro que, en su opinión, la llamada medicina universal tenía muy poco valor medicinal, por tanto lo que le tocaba aquí a Aldrete era refutar esa opinión, no emplazarlo a fabricarla.
En cualquier caso, Aldrete aprovechó para citar médicos antiguos que la
usaron: Esculapio, Prometeo, Quirón, Hermes Trimegisto. Se queja de que, a los modernos que la usan, los “metodistas” los descalifican e injurian cuanto pueden: a Fernelio lo tildan de viejo caduco, a Paracelso de borracho, a Van Helmont de loco.
5. Otro memorial al rey (1682)[16].
Aquí Aldrete se ofreció a fabricar el agua de la vida ante el rey, exponiendo por qué no se la declaraba al Protomedicato. A la tópica reclamación de oscurantismo de los alquimistas, Aldrete respondió con argumentos no menos tópicos. Sin embargo aportó un dato nuevo y sorprendente sobre la historia de la alquimia: la primera quema de libros alquímicos, muy anterior a Domiciano.
Supone el suplicante lo primero, que esta medicina está experimentado que Dios no gusta que sea pública. Y assí ha andado debajo de enigmas desde el principio del mundo.
Compruébalo el que aviendo el rey Salomón escrito claramente esta medicina universal, agradó tanto al Señor el rey Ezequías en quemar los escritos della, que por eso lo hizo el mejor rey de su pueblo, añadiéndole quinze años de vida sobre los que por decreto divino tenía señalados; porque los hombres no acudían a su Dios, sino a estos libros a buscar la salud.
Después de la quema de estos libros, a mas de mil hombres ha manifestado Dios, mediante sus trabajos, iluminándoles el entendimiento para conseguirla. Ninguno ha escrito claramente della temiendo la ira de Dios, no por embidia ni ambición, como presumen los ciegos de entendimiento.
En enigmas escribieron san Alberto Magno y santo Tomás.
San Raymundo Lulio escriviò dilatadísimo desta medicina vniversal sin dexar nada por explicar, pero para entenderlo es menester vidas de gentes, temiendose del Altissimo y de las maldiciones que contra los que tal hizieren hay.
6. Godoy, un intruso bromista (1682).
La obra de Guerrero iba arropada por tres epigramas; el autor del segundo era el valenciano Pedro González de Godoy, quien tradujera a Girolamo Fabrici en 1676 (ver)
Ausa Iouem diuosque fuit Titania proles perdere, sed poenas fulmine soluit iners. Diuinum Hippocratem mordens doctumque Galenum ausus erat quidam carpere dente fero. Pro scelus infandum! Titubabit fama perennis, hanc nisi Guerrerus fulciat arte sua. Sed veluti Alcides refluunt ex ore catenae quantos lingua tonos, fulmina tanta iacit. |
La prole de los titanes se atrevió a derrocar a Júpiter y los dioses, pero sin esfuerzo los destruyó con un rayo. Alguien había intentado desgarrar al divino Hipócrates y al docto Galeno, mordiendo con diente fiero. ¡Oh crimen indecible! Se tambalearía la fama eterna, si Guerrero no la socorriera con su arte. Pero, como un Hércules, rechaza con su boca las cadenas: lanza tantos rayos cuantos sonidos su lengua. |
Godoy se interesó no tanto por el tema como por la polémica, y ese mismo año publicó con el seudónimo de Quidam, un Discurso serio‐iocoso sobre la nueva invención del agua de la vida y sus apologias[17]. La obra sigue la técnica habitual de apoyar las opiniones propias con autoridades, pero las citas de nuestro autor son cuentos chuscos y letrillas satíricas. Por ejemplo, para probar que algunas curaciones tienen como base la mente y no la medicina, que puede ser un simple placebo:
[p. 3] No niego que hay quintas essencias que, por estar purgadas de todo lo terrestre y nocibo, quedan medicinales y ayudan mucho a la naturaleza; pero nadie me harà creer que esta que introduce el agua de la vida, sea lo que deve ser, pues hasta ahora nadie la ha visto ni sus efectos se han manifestado. Bien creeré que algunos con ella han mejorado sus achaques, pero sera por haverla tomado en tiempo dela crisis ò por la imaginaria.
Sabida cosa es que el principal adminiculo para sanar el enfermo es la buena fee en el medico y en la medicina, porque la imaginacion haze caso. Metiendo pan en vna escudilla vacia estava vn estudiante y preguntandole porque lo hazia dixo: Imaginatio facit caldum. Assi lo puede haver hecho esta agua tomada con buena fe ò al terminar el achaque.
Godoy no era ni médico ni chymico, por lo cual recurría al simple buen sentido: Si el agua de la vida es la medicina universal o no, se ha de probar por sus efectos, no con argumentaciones ni citas de autoridades. Personalmente, él se decantaba por creer que tal medicina no era naturalmente imposible, pero que no había sido elaborada nunca.
Dize vna satira:
Chicos, duendes y doncellas
estan en un mismo grado,
que aunque es verdad que los ay,
pero nunca los hallamos.
Lo mismo digo del agua que llaman de la vida, que aunque dizen que la ay,
nunca la hallamos.
Este cuestionamiento de Godoy, basado al parecer en su propia experiencia con el agua, y quizás algunas más de su entorno, era excesivamente unilateral para ser imparcial, y no planteó el alcance o validez de los testimonios aportados por Aldrete y confirmados por Ron[18]. Pero con todo no dejaba de ser una opinión razonada y una broma inocua, sin ironía ni sarcasmo, dirigida no tanto a la medicina de Aldrete, como al tono ocultista de la polémica.
[p. 5] Extraña cosa es que nos quieran hazer creer lo que ni oculus vidit nec auri audivit. Pero mas lo es que tomen la pluma para apologias hombres eruditos y zoilando se muerdan vnos a otros sin saber por que. […]
Y aunque con mucha erudiccion alegan vnos y otros muchos textos, no prueban ni declaran el busilis de la dificultad. Y esta solo cosnsiste en si ay o no ay agua de la vida, si la huvo entre los antiguos y si es la que debe ser la que pretende introducirse de nuevo.
Y dado caso que lo sea o se parezca a la verdadera, que tiene que ver con abatir la medicina y dezir mal de sus professores?
Algún allegado de Aldrete se tomó in malam partem tanto las bromas como las veras, y replicó inmediatamente con una ácida Respuesta[19]. El autor no le regateó alabanzas a Aldrete ni vituperios al Quidam, cuyo nombre real había averiguado. Aldrete era un “caballero de ilustre nobleza, virtud y sabiduría, no vulgar, sino heroica, cuyos escritos eran admirables”; Godoy un “fantasma, aborto de Plutón, monstruo gótico, tarasca”.
Este principio daba el tono de este papel: hilvanar un discurso en el que encajasen bien insultos y descalificaciones a la persona: zángano, grúa que gruñe y molesta los oídos, etc. ¿Por qué? Quizás no tanto por el papel, sino porque habiéndole dado de buena fe don Luis el agua, Godoy le había pagado levantando su pluma contra él. La Respuesta busca ser ingeniosa, pero en el insulto, quedando así muy lejos del humor blanco que Godoy pretendió conciliador.
En esta Respuesta, el anónimo contó cuándo había elaborado Aldrete el agua. Había escrito Godoy, con un pretendido argumento que solo buscaba el efecto cómico:
No huviera muerto nuestro Felipe Quarto si el agua de la vida deshiziera las piedras de los riñones, y es cierto que le sacaron al embalsamar vna de no pequeña magnitud.
La réplica, en serio fue:
Pero repare el señor Charlatan en lo que dize, y mire que va desencaminado en casi toda su tarabilla sin termino, porque si el señor Felipe Quarto murio en el año 1665, y ocho años despues acabò don Luis de conseguir el secreto del agua de la vida, que fue el año 1673, a continuacion de incansables vigilias, de aprovechados estudios y largas expensas de su patrimonio, que gastò en las experiencias, hasta colmar sus buenas esperanzas del fruto que deseava, como podia ocho antes de saberla aplicarla a su Magestad?
El anónimo, amigo o familiar de Aldrete, insistía en la naturaleza celeste de la medicina, sin aportar apenas datos nuevos, solo rechazando las especulaciones de los oponentes:
Fatigase don Pedro y sus seguidores en buscar nombres que aplicarle a la materia de que se compone este agua; pero en valde, pues ni ella es de antimonio[20], ni es el vitriolo, ni el espiritu de vino, ni nada de los ingredientes que nos trae para quebrarnos las cabeças, sino como se ha dicho, es la misma virtud celeste que baxa en este ayre del mismo sol. Es vna misma cosa con nuestra naturaleza, es el calido innato, humedo radical y, finalmente, es el mismo espiritu de la vida que vivimos.
Y esto prueba don Luis por razones y experiencias, y a ellas se allana y no le responden. Pues que hazen, si esto no hazen? Si no obran, para que hablan? Si no estudian, para que aullan? Si no batallan, para que mienten? Si no saven, para que escriven? Si no conocen lo que escriven, por què lo calumnian? Y si son cobardes y estultos, para que bramones?, andando por los rincones esparciendo infamias, indignas de pechos cristianos, contra vn inocente que ha labrado con su caridad su cruz.
A raiz de esta respuesta, Godoy se entretuvo en escribir y publicar un Segundo discurso serio‐jocoso (1682), que, apartándose de los díretes personalistas, aportó poco nuevo, fuera de más anecdotas ilustrativas de las debilidades de los argumentos de Aldrete. Por ejemplo: ¿es medicina universal y hay casos en los que no cura? Godoy no quiso tocar, quizás por delicado, la excusa de las enfermedades enviadas por Dios como castigo, pero sí la de que la culpa era de los médicos por haber sangrado demasiado o por haberle sido suministrada el agua demasiado tarde. Por otra parte, según Godoy, Aldrete no disfrutaba de buena salud.
[p. 20‐21] Si este agua, que llaman de la vida fuera medicina vniversal, no estuviera en los achaques que vemos su autor. Y siendo vn don de Dios esta medicina vniversal, que la dà à quien quiere, parece que primero avia de ser respecto de su propia curacion que de la agena. […]
Si es vniversal, como no es particular para su dueño? Debe tener decreto de estar malo, como lo tienen los que no sanan ò mueren con su agua. Si a los medicos se dize: Medice, cura te ipsum. ‘Medico, curate a ti mismo’, por que no se dirà lo mismo à vn chimico? […]
Y no es razon que adequa el dezir que los enfermos que no sanan con su agua es porque quando se la dàn estàn ya exhaustos por las muchas sangrías, que temerariamente les han hecho los medicos; porque entonces era quando mas avia de ostentar su vigor, si fuera medicina como dize que es. Y si esto no haze, donde està lo vniversal, ni aun lo particular?
La de Aldrete, pues, no es medicina universal, sino solo secreta, ya que no da a conocer sus componentes, algo necesario para hacer un uso adecuado a las enfermedades pertinentes.
Para dàr la mançana Paris à aquellas tres diosas, Iuno, Palas y Venus, las hizo
desnudar, aunque vna de ellas era donzella. Y ansi desnude su agua, para que
sepamos si es zamba y bellosa, como dixo don Luis de Gongora:
Quando Palas por bellosa,
y por zamba perdio Iuno.
7. Defensa de Amigo (1682).
Mientras Aldrete escribía su réplica a Guerrero, hacía otro tanto un licenciado llamado Luis Amigo y Bertrán, en una Apologia en defensa de la medicina substancial y universal del agua de la vida[21] (1682). Según la página del título, los objetivos de este folleto son probar que “la curación debe hazerse con medicamentos espiritosos”, y “declarar el misterioso y arcano secreto de la materia de que se haze”, a más de “responder a los argumentos que contra la dicha medicina vniversal se han hecho y otros que se pudieran hazer”.
La obra consta de tres partes. La primera “trata de la verdadera y substancial[22] medicina”, que “consiste en los espiritus que viuifican los cuerpos de las cosas”, presentes en la sangre, según “lo prueban las Sagradas Letras”. La enfermedad consiste en la debilitación de estos espíritus, por ello los medicamentos han de ser de naturaleza espirituosa, como es la quinta esencia de “yerbas y otras cosas”, aislada purísima por “arte chimico”.
13. […] Es tan grande la atraccion, magnetismo y semejança entre los espiritus del hombre y la quinta essencia, que no la puede aver mayor, porque nuestros espiritus son etereos y puros, aunque los que se engendran de la putrefaccion de los malos humores, les infundan aquella mala qualidad, de donde nacen todas las enfermedades del cuerpo. Con los casi incorruptibles de la quinta essencia se conserva la naturaleza, atrayendoles à si por su grande semejança, y aumentada y corroborada con ellos, arroja de si aquella mal qualidad extraña que la ofende, y queda libre de la enfermedad.
La segunda parte trata de la “materia de que se forma la medicina universal”. Sobre las diversas maneras de ser designada, escribe:
21. De esta agua, que es la fuente peremne que descrive el Trevisano, y la estrella de Diana de Arnaldo, el agua de azufre de Geber, el agua de la vida y quinta essencia celeste de Iuan de Rupescisa, el menstruo vniversal, aguardiente y vejetable, mercurio y cielo de san Raymundo Lullio, la vrina sublimada de Aristoteles, la piedra bendita de Paracelso y el vnguento encantativo de Maria Profetissa, vsaron Apolo, Esculapio y Arabs, su hermano, que la enseño à los egipcios, y estos la ocultaron en varias cifras, con los caldeos, syrios y arabes, curando todas las enfermedades y aplicandola à los ya moribundos y tales que se reputavan por muertos.
Assi lo hizo Medea con Iason[23], aunque con el nombre de yerba, con alusion a lo vejetable, porque tambien hablaron por simbolos, alusiones y semejanças, y con el velo de fabulas poeticas, como la de Deucalion y Pirra, y Faeton, Orfeo, Hercules y Anteo, Prometheo, Iupiter y Ganimedes, y otras.
Y como en su preparacion muda varias formas y colores, yà la llamaron yerba, yà dragon, yà vino, yà celidonia, y con otros muchos nombres.
En la composición de la medicina, Amigo rechazó las mismas sustancias que el “docteur allemant, messire Bernard”, aunque aportando algún argumento: animales y vegetales, porque ha de sacarse de la materia menos corruptible; sales, alumbres, vitriolos y otros medio minerales, porque el fuego los destruye. La materia ha de ser un metal, por su fortísima composición, cuyo húmedo y calor radicales resisten al fuego.
Los metales, pues, «[p. 23] retienen en si la virtud celeste», pero esta no puede mostrar su eficacia medicinal en los tres reinos debido a la terrestreidad y dureza[24].
Amigo insistió varias veces en que la medicina universal actúa sobre animales, vegetales y minerales.
38. […] Bien lo dixo Iuan Rudolpho Glaubero en el libro ‘Miraculo mundi’, ibi: Non solum hominibus in animali regno, sed etiam vegetabilibus & mineralibus cunctis, extra quae tria regna, vegetabile nimirum, animale & minerale, in tota natura nihil aliud reperiri potest potentissime succurrit ac summa cunctorum medicina est; ideo etiam vniuersalis medicinale nomen & titulum iure sibi arrogat.
Según Amigo, otros muchos autores dan fe de ello, entre ellos Alfonso X:
41. Y para que à la probanza de estas demostraciones se añada la de autoridad, vea el doctor don Iuan Guerrero si le basta la de S. R. Lull., libro ‘De mercurio solo’, el sabio rey don Alonso en su libro del ‘Tesoro’, ms., en verso castellano, Arnaldo de Vilanova en el cap. penultimo de su ‘Rosario’, Iuan Aurelio, lib. 2, Christop. Vittestein, Drebel, Ripleo, Vlstadio, Savonarola, Carerio, Gunthero, Gerardo, Beguino, Sacrobosco.
La medicina de Aldrete solo alcanza al reino animal, por lo que no es tan compleja de fabricar. Basándose en sus propios conocimientos de alquimia, para Amigo consideraba que el secreto del famoso imán estaba en el vitriolo.
50. […] Ay otras que no requieren tan alto magisterio, excelentisimas y substanciales, porque curan de raiz, quitando la causa de las enfermedades de los cuerpos animales, bien assi como la que propone don Luis de Alderete y Soto, por lo que participa de aquellos dos humos metálicos y radicales (que son el alimento de la vida) cogidos con los anzuelos de su misma naturaleza (que no declara), que como iman los atrae con su semejança, y los declara el verso siguiente, que entendera el docto:
‘Visitabis interiora terrae, rectificando invenies occultum lapidem, veram medicinam’.
8. El análisis crítico de Gámez (1683).
Andrés Gámez, en Discurso filosofico, medico e historial[25] (1683), aportó al debate una crítica ecuánime. Gámez no le negó al agua la posibilidad de fármaco, pero arguyó que el número de casos de curaciones aportados (alrededor de cien) no eran suficientes para calificarla de medicina universal. Gámez ignoraba la composición del agua; se rumoreaba que estaba hecha de cal viva, pero lo único cierto era que Aldrete decía extraerla de los rayos del sol y la luna, nombres con que los chymicos designaban el oro y la plata.
53. […] Esto supuesto, discurramos por otro lado y sean verdaderamente los rayos del sol y de la luna y el ayre entendidos como suenan. Mucho caso hazen los chymicos de la calcinacion que xconsiguen con los rayos del sol passados por vn semiglobo de cristal fino. No poco fecundan el ayre el sol y la luna, dignalo la miel y el manà purgante y el rocio. Vna piedra artificial vide, de quien tengo la receta, que puesta en diuersos vidros rotos, por la parte superior, en quantidad de vna onza, atraìa el ayre, convirtiendolo en agua, destilando della nueve ò diez, siendo este agua vn menstruo potentissimo para sacar los extractos de algunos medicamentos.
Aldrete escribió, seguramente en 1684, una réplica a Gámez que quedó sin publicar[26]. La mayor parte trata de temas puramente médicos, excepto referencias en general breves a la alquimia. La réplica, que sigue a Gámez capítulo a capítulo, va precedida de una introducción y tres “presupuestos”.
En el “presupuesto primero”, rechazó ser el autor del agua de la vida, de la “que solo he sido instaurador[27], y, para mostrar su antigüedad, esbozó una breve historia de la alquimia en orden cronológico.
En la “Respuesta al articulo quarto”, “numero 119 y siguientes” dio un ejemplo de su manera de interpretar los términos enigmáticos:
[97v] En quanto la inteligencia de los enigmas y parabolas, ay autor que dize que para conseguir la piedra filosofal se ha de cortar la cabeça de vn hombre y enterrarla entre dos monticulos. Y de ella nace vn ramo verde de que se hace la piedra. [..]
Por el termino monticulos se entiende el sol y la luna; el cortar la caueça de vn hombre se entiende que se a de enagenar tanto de negocios extraños, enueuiendose todo en el obrar de la naturaleza para el designio que lleua; que aun de su cuerpo se ha de oluidar, dandose a la contemplacion de la verdadera filosofia.
9. Defensa de Villacastín (1687).
Publicado a mediados de 1687, pero de redactado muy anterior (antes de mediados de 1684[28]) es el libro del monje del Escorial, Andrés de Villacastín, La chymia despreciada, D. Luys de Aldrete y Soto perseguido, defendida y defendido.
En la primera parte (Defensa de la chymica), cap. 1, explicó cómo había llegado a conocer a Aldrete. Villacastín ejercía la medicina y debía ser favorable a la química, ya que el rey le preguntó si sabría hacer el agua de Aldrete; al responderle que no, le encargó se viese con Aldrete y que le diera opinión sobre el tema. Villacastín tuvo ocho largas entrevistas con Aldrete; este manifestó estar dispuesto a revelarle el secreto y hacerlo en su presencia, si el rey se lo ordenaba[29].
[f. 2v, cap. 1,] La voz publica era que los medicos encaminauan todo su conato à
que se ocultasse el agua de vida, D. Luis quedasse desluzido y dado todo por patarata, que este era el termino menos injurioso que dauan à tan prodigioso obrar del agua y del que la saco del chaos à la luz. O buen Dios! […]
De vnos empeños en otros, me vi en el de tomar la pluma para que el docto haga juizio y conozca la verdad, juzgando con el entendimiento, no con la voluntad, que lo errarà todo.
Siguiendo un buen método, que rara vez se encuentra, defender la “chymica” suponía explicar primero en qué consistía. La definición de Villacastín es un tanto errática: primero dio una definición complexiva en la que solo mencionó los medicamentos, pero luego introdujo una parte transmutatoria.
La chymica es vna arte que enseña a dissoluer los cuerpos naturales mixtos y à fixar los dissueltos, para hazerlos medicamentos mas gratos al gusto, mas saludables y mas seguros.
Dos partes tiene la chymica: vna que trata de la preparacion de los medicamentos, que se toman de los animales, minerales, metales, piedras y demas vegetables […].
La otra parte es la que trata de los metales y de sus tranmutaciones. Llamaron los antiguos alchymia, alchemia, crisopeya, metalurgia, arte aurifera, arte hermetica.
Con toda la latitud de su significacion, la voz chymica comprehende essas partes en que se diuide.
El resto de esta parte está dedicada a mostrar su antigüedad, la razón de su ocuridad, y refutar diferentes acusaciones dirigidas a los medicamentos químicos, como ser venenosos, tener acrimonia y empireuma, que la preparación destruye el principo activo, ser irritantes y violentos y, finalmente, ser caros.
La segunda parte o defensa de Aldrete, la inició con la expresión de su admiración:
[f. 23v; cap. 1] soy del sentir que D. Luis de Aldrete y Soto es el mayor hombre de este siglo y por muy digno de la posteridad, y vna de las grandezas que se contaràn en el reynado de su magestad catholica, D. Carlos segundo, nuestro señor (que Dios guarde), à pesar de la invidia que, quanto mayor, añade triumphos: Dum vexant poena illustrat causa, Quando aflixen con la pena, illustran por la causa.
La pena de este cauallero ha sido hasta la carcel, sepulcro de las almas y cuerpos de este siglo. La causa, dar vida Dios por medio del agua de la vida[30] á tantos desahuciados y sanado á otros; que aunque los exemplares que escriuiò son muchos, se yo de otros muchos sucessos despues que suspendiò su pluma. […]
No me ha reuelado el secreto; si me lo quisiere reuelar, se lo agradecerè. Esto lo hago en defensa de la justicia y de la verdad, que son atributos de Dios.
10. Respuesta de Delgado a Amigo (1687).
La Apología de Amigo suscitó la réplica[31] de Justo Delgado, Defensa y respuesta justa y verdadera de la medicina racional y philosophica profanada de las imposturas de la chimia, introductora de el remedio universal y agua de vida de Aldrete (1687).
Antes de entrar en la refutación de Amigo, Delgado dedicó un capítulo (parte 1, discurso 1, párrafo 1) al primer papel de Aldrete. Su inicio fue irónico:
[Parte 1, discurso 1, §15] En cuanto a la causa, objeto ò materia circa quam, dize que es luz de la medicina y defensa de la vniuersal, que es celebrada Agua de la Vida, y nada tiene este papel menos que lo que propone. Pues en quanto a la luz de la medicina, es siniestro, puesto que todo el papel es vn denso nubarron de la medicina, y nublado tan obscuro, que solo basta a turbar […].
En quanto al agua de la vida y medicina vniuersal, no tiene menos, sino nada, pues hablando mucho de ella, la oculta mañosamente, costumbre constante de alchimistas, que mysteria artis non sunt reuelanda prophanis. Con esto, este papel es de sugeto non supponente, y parece ser todo èl vn ente de razon delucidado, como la chimera […] y para vencella y aniquilarla, ni es ncessario Belerophonte, ni hace falta la cabeza de Medusa: basta y sobra la lechuza de Palas.
Pero pronto abandonó el tono irónico por el maldiciente. Aldrete era un sectario del fundador de la medicina química, Paracelso: el adulterador de la medicina; monstruo declarado por la Santa General Inquisición autor damnatus, por lo tanto a rechazar, ya que de mala causa malos efectos, de mal árbol perversos frutos, de mala fuente venenosos arroyos.
19. Constarà tambien que hombre tan perverso no pudo enseñar cosa que no fuesse mas para tinieblas de falsedades y caos de ignorancias que para claridad de luz, verdad y doctrina. Mas que mucho si el maestro de este hombre fuè el Demonio[32], con quien desde muy pequeño tuvo comercio, familiaridad y pacto
explicito […]. Juan Freitagio, en su lib. ‘Noctes medicae’[33], cap. 76, fol. 118, dize assi: Satis est significasse Paracelsum fuisse Deo contemptorem, vanissimae arts conditorem, temulentum, vagum, improbum, venerandae antiquitatis irrisorem & arrosorem, sordidum, contenciosum, mendacem, daemonum cultorem, blasphemum &, vt compendio dicam, talem quem si nominaueris annoa vitia dixeris, cuius impuritias sexcentis versibus non enarraueris.
El estilo del “injurioso papel” de Aldrete imita el de los herejes Paracelso y Lutero: es «descortes, contumelioso, temerario, iracundo, denigrativo, blasphemo, mordaz y finalmente irrisorio, porque no le faltasse la flor de parasito a tan hediondo ramillete».
[Parte 1, Disc. 1, parrafo 1] 27. Es mejor no responder que responder como se debe, esto es, como los maldicientes cuyo lenguaje de tenaza muerde mas que significa. Son semejantes estos a sanguijuelas, que no se saben sustentar sino de sangre ò cieno; y à los escarabajos, que siempre se alimentan y viven del estiercol. […]
28. Es mejor que responder, estimar estos papeles en lo mismo que à los diobolares ò mithragistas (los eruditos saben lo que son), sabandijas asquerosas, que todo quanto leen ò escriven envenenan con sus palabras. […]
Porque la medicina racional christiana (depositada hoy en tantos sujetos ilustres), como luna llena de la luz, que del Padre de las Luzes, por su luz vnigenita, participa (mejor que del fabuloso Apolo) desprecia los inoportunos ladridos de los gozques à quienes siempre fue molesta su luz. […] Ladren pues, que toda la noche tienen por suya, mientras ella gozosa en su claridad discurre las sendas de su orbe.
Para no caer, pues, en esa dinámica de insultos y calumnias practicada por Aldrete, Delgado dedicó el resto de la obra a comentar detalladamente la Apología de Guerrero,
Protestando escrivir limpio en todo. Y aunque sobradamente provocada la gravedad y modestia del animo, procurè que la ira no destemple la pluma, teniendo muy en la memoria la obligacion de mi nombre, Iusto.
Este inicio aparte, la obra de Delgado destaca del conjunto de las que intervinieron en la polémica de Alderete por su exposición metódica y clara, la razonable pertinencia de sus citas y su calidad literaria. La obra fue seguramente concebida en 1682, año crucial de la polémica, y elaborada durante cuatro o cinco años. Como habían hecho todos los demás, para la parte más fuerte de su argumentación recurrió a la Biblia, a cuya autoridad apelaban tanto filoquímicos como misoquímicos. Pero Delgado buscó también argumentos en textos químicos. Por ejemplo, para exponer la naturaleza de la quinta esencia:
[p. 110] 14. Mas no debo omitir el afirmar y ratificarme en ello, que la quinta esencia vniversal, simple o compuesta (de que dixeron tantas cosas y à quien dieron tantos epictetos y de quien predicaron tantos elogios y milagros los chymicos antiguos como Raymundo Lulio, Arnaldo de Villanova, Juan de Rupescisa y Isaac Holando) es cierta y verdaderamente el espiritu de vino, no la que introduxo Paracelso y oy[34] nos quieren entronizar Alderete y sus partes.
Si bien parece incuestionable que la quinta esencia, agua ardiente o agua de vida de los autores citados era el alcohol de vino, no se puede decir, hasta donde llegan los datos, que el agua de Alderete estuviera inspirada en la medicina paracélsica, sino en la primera obra de Sendivogio, que es transmutatoria.
La continuación de esta obra (tercera parte), está dedicada a argumentar estas conclusiones. En el desarrollo de la cuarta conclusión, sobre la cualidad universal del agua de Aldrete, Delgado admitió que, al no conocer su materia, su elaboración ni forma de obrar, la valoración había de hacerse con argumentos de carácter racional, o bien por su apariencia y efectos. Respecto a la apariencia (“accidentes”), escribe:
[p. 181] 26. El primero es su color, que (como se vè) es leonado obscuro, con algunos visos de cinericio (advirtiendo de passo que he visto tres aguas dichas de la vida de Aldrerte) y de diferentes colores, yà mas claras, yà mas teñidas, señal cierta de que en este remedio no ay fidelidad, pues no ay subsistencia individua ò firmeza identica), ello ay disformidad en ella, en que no me detengo; sea la dicha, que es mas comun, y que tiene dicho color muy semejante à vna decoccion de corteza de encina ò canela[36].
[p. 183] 28. […] Es evidente y sensible que la agua de Alderete huele mal[37] y que fastidia y aun irrita el olfato, velica las narices y haze estornudar. Que olor sea el suyo no es facil descrivirle, pero si el darle à entender por similes: huele coo hollin, como à papel quemado, como al azeyte de vitriolo, como à cacao y almendras torridas; huele enfin à cosas quemadas.
[p. 184] 30. […] Tiene esta agua vn sabor confuso, compuesto de muchos, pero que atendidos bien, se perciben sin dificultad. Es, pues, en primer lugar subamara, subsalsa y claramente austera, con estipticidas astringente, y esto con la sobrecapa de torrefaccion y empiriuma, de la qual le viene el sentirse acre y mordaz à los instrumentos del gusto.
Comparando con otras descripciones de quinta esencia, Delgado concluyó, mediante un razonamiento, lo que ya había establecido antes por vía de autoridades: que el agua de Aldrete no coincidía con ellas y que, por tanto no era el agua de vida de los autores clásicos.
[p. 187] 34. Si la agua de Alderete, sacada de la tierra metalica, no puede ser la quinta esencia, tinctura ò remedio vniversal, si no està purificada, rectificada y con su perfecta decoccion y digestion (como dize), ni dulçorada (como dize Villanova), ni circulada per supremam distillationem (como todos dizen), y por otra parte consta que esta agua està y se percibe con las dichas tachas, pues està horrible, aguda, corrosiva y de malissimo olor, por lo qual està aspera, azeda, pestilente y dañosa, pues consta no està dulçorada ni rectificada ni odorifera (que es lo que ha menester para ser lo que persuade y vozea).
Y con esto ni està en su madurez, ni decocta, ni digesta con toda perfeccion; siguese por legitima consequencia ex concessis que esta agua de Alderete, por su misma confession, no es la quinta essencia, tinctura ò remedio vniversal, sino al contrario, horrible, aguda, corrosiva, aspera, azeda, de malissimo olor (ella lo dize de si misma) y por esto serà pestilente y dañosa. O avrà de esperar à otra prueba, como las muchas, sin logro, de la piedra phylosophal, que es lo mismo.
Delgado admitía que el agua de Aldrete curaba unas enfermedades, pero en base a las cualidades descritas, según Mesué, no podía curar las contrarias, por lo cual no podía ser un fármaco universal:
[p. 188] 35. […] Si esta agua de Alderete, por salsa, amarga, aguda, austera, acre y mordaz produce efectos esencialmente debidos al sinthesis de calor y sequedad igneo y torrido (como de ella consta), necessario es, evidentemente, que no produce ni puede los contrarios, debidos essencialmente al sinthesis frio y humido.
Que esta agua cause sanidades y haga curaciones (y essas admirables) con estas qualidades, vaya, sea assi (que yo lo he de discurrir y conceder assi despues), pero que cause sanidades y curaciones causando los efectos contrarios per se, es impossible. Luego repugnan que sea remedio vniversal.
Delgado terminó con la promesa de estar dispuesto y preparado para responder a cualquier refutador, despidiéndose con este epigrama:
Quaeris cur satyras Musarum fulmina vibrem? Cum magno res est ardelione[38] mihi.
11. Aldrete en la farmacopea (1706).
Las especulaciones acerca de los componentes del agua de Aldrete tomaron cuerpo al menos en una receta, publicada por el boticario Felix Palacios, miembro de la Sociedad Medico Chymica de Sevilla, en Palestra pharmaceutica chymico‐galenica (1706), receta llamada “Spiritus mannae”, consistente en “maná” destilado.
[Cap. 7] Este es el agua de vida de Alderete, que tanto ruido hizo en Madrid en los tiempos passados. Pero al presente se sabe que solo es un espiritu emperiumatico[39], y que no puede hacer los admirables efectos que se le atribuan, mejor que otros espiritus semejantes.
Por “maná” se entendía, en esta época, la linfa solidificada de algunos árboles, usada como laxante. El más usado era de fresno, importado de Calabria.
El maná se distinguía claramente de la resina y latex. La obra de Etmüller fue refundida y publicada por su hijo en 1708 y Schröderus dilucidatus pasó a llamarse Collegium pharmaceuticum in Johannis Schöderi Farmacopoeiam. Aquí encontramos el siguiente comentario:
Quod attinet mannam, revera nihil aliud est quam succus quarundam arborum tenuis, vel earum transudatio, quae nocturno tempore permissta cum rore, matutino tempore, superventu caloris solis coagulatur et inspissatur. […]
Hodie reliquis praefertur manna Calabrina, quae ex fraxino et orno copiose in Calabria solet colligi. (Etmüller, Schröderus dilucidatus. Phytologia, en Opera omnia, t. 2, 1690, ed. P. Chauvin).
Manna igitur nec ad gummata nec ad resinas commode referri poterit, sed potius ad succum quendam subtilem cum rore mixtu et condensatum. (Collegium pharmaceuticum, classis 4, voz ”manna”).
Aldrete disertó sobre el maná abundantemente en Filosofia christiana, 1, 10. Identificaba el maná de las boticas con el bíblico, caído del cielo, y no admitía que fuera exudación de los árboles.
12. A distancia de la polémica. Fernández Barea (1762)
El médico Manuel Fernández Barea, de Málaga como Aldrete, escribió unos Diálogos del medico y el practicante (1762), en cuyo diálogo 12 trató de alquimia y del agua de Aldrete, a mucha distancia ya del epicentro de la polémica. Barea tenía un amigo «candidato en la materia y perpetuo lector de el libro intitulado ‘Las doze puertas’ de Jorge Ripleo», a quien un platero alquimista le contó que un cortesano de Felipe V, con unos polvos transmutó plata en oro. Luego añadió otra anécdota reciente:
No hà muchos años que corriò, en nuestra Andaluzìa, cierto rumor de que vn sevillano havia conseguido la manera de fixar el azogue en plata de muiy buena ley; y todo esto se desvaneciò, sin embargo de darse por ciertos algunos passages que authorizaban el hecho.
A la verdad, estas cosas siempre se oyen y nunca se ven.
Tras tratar brevemente primero de la medicina de Aubry, le siguió Aldrete.
M. Don Luis de Alderete y Soto, tan ilustre por su nacimiento como por su erudicion y doctrina, fue vno de aquellos raros ingenios que aparecen de siglo en siglo. Este cavallero hazìa vn licor que èl llamaba agua de la vida, de la que vsaba para todas las enfermedades, como algunos otros han vsado el kermes. Y assi como estos logran ventajosos y prontos sucessos en sus curaciones, assi el Sr. Alderete logrò felicissimos efectos en diferentes casos, de que haze relacion en el articulo quarto de sus respuesta al auto de el protomedicato, que prohibia el vso de tal agua, y tambien en su tratado Luz de la medicina.
P. Y sabe V. Md. si ciertamente essa agua ò licor era la medicina vniversal?
M. Por lo que aprece en sus observaciones, esse licor era vn remedio que poniendose de parte de la naturaleza y ayudandola poderosamente, castigaba y ahuyentaba muchas enfermedades.
P. Don Felix Palacios y con èl el doctor Zapata, se persuadieron que essa agua ò licor era el espiritu bien acendrado del mannà. Pero al mismo tiempo confiessa Palacios que dicho licor, segun repetidas exeriencias, no tiene la virtud que su author publicaba.
M. […] Repare V. Md. en el mismo folio donde Palacios haze este publico desprecio de el agua de la vida de Aldrete, y leerà V. Md. alli que vnos la han destilado de vn modo y otros de otro. Lo que prueba que, aun quando se rastreasse que Alderete se servìa de mannà para fabricar su agua, ignoraron los investigadores la manera de sacarla y trabajarla.
Y sabe V. Md. muy bien lo que varìa el modo de tales cosas. Del azogue se haze el solimàn y tambien la panacéa, con variar solamente la manera ò modo de la operacion.
Assi, aun quando nos constasse evidentemente que Alderete se sirviò de el mannà para fabricar su agua, si ignoramos el modo[40], ignoramos lo mas principal.
P. Y haze V. Md. juizio sobre si serìa ò no el mannà la materia de què se sirviò Alderete?
M. En todo lo que escriviò Alderete se lee muchas vezes cocer el ayre, coger los rayos del sol, humidum aereum caliditate mixtum. Y en el papel que intitulò Luz de la medicina, dize que habla bien claro sobre esta materia en el memorial que presentò a S. M. sobre este assumpto, y en este memorial repite las mismas vozes. Y tambien haba de vna cosa que de dia se llama agua y de noche rocìo, y finalmente llega à pronunciar el nombre mannà.
Pero si se reflexiona en su modo de discurrir sobre la materia seminal que nada en el vientre del ayre, y que evidentemente se aposa en las flores, se puede tambien pensar si es que acaso se valìa para su destilado de la miel de avejas? Esto mas, quando en su papel intitulado Luz de la medicina, èl mismo confiessa que à falta de su medicina vniversal ò agua de vida, se servìa con vtilidad de la miel rosada de heridas mezclada con el espiritu de vino. Y bien sabe
V. Md. que dicha miel rosada se compone con la miel de avejas. […]
P. Con que quedamos en que Alderete se servìa de la miel para fabricar su agua de la vida?
M. No quedamos tal. Estoy mas cerca de creer que se servìa de la miel que no del mannà, pero hay apariencias de que la composicion de su agua tenia mas elevado origen y mas altos principios.
P. Pues que; llega V. Md. à persuadirse que pudo Alderete recoger y fixar los rayos de el sol, que es el ente favorito y voceado en sus escritos?
M. No señor, no me persuado de tal. Pero hay apariencia de que èl cogìa y recogìa algo de la materia vniversal ò espiritu etereo. Yo he hablado con persona que oyò dezir à vna parienta ò criada antigua del mismo Alderete, que este recogìa los rayos del sol en vnos vidrios que tenia colocados con cierto arte en vna torre de su casa, en donde no permitìa la entrada à persona alguna.
13. Aldrete y los reyes.
- Interpretación de la profecía de “san Malaquías”.
La primera obra escrita por Aldrete, sin imprimir en su época, tenía por título Sobre la explicacion de las profecias de S. Malaquias, contemporaneo de S. Bernardo, en la subcesion de los reyes de España, cotejadas con las dos conjunciones de Saturno y Jupiter que sucederan el año 1682 y 1683, a quienes precederan a cada una dos eclipses de luna bien notables (1677).
Estos dos planetas, Saturno y Júpiter, al ser los más cercanos a la Primera Causa, influyen principalmente en los reinos. Estas dos conjunciones hacen referencia al hijo y nieto de Carlos II (que será llamado el Pío o el Santo), cuyos pronósticos pueden extraerse interpretando las profecías de san Malaquías.
La fama profética de este Malaquías se remonta a finales del siglo XVI, cuando el monje Arnoldus Wion publicó una obra que recopilaba datos sobre los benedictinos más destacados [41]. A Malaquías le dedicó, que sepamos, dos entradas, una como obispo (parte 2, lib. 3, nov. 3, pág. 359), otra como santo (parte 1, lib. 2, pág. 307): originario de Irlanda, fue monje cisterciense, llegó a ser arzobispo, cargo del que abdicó en 1137; murió quizás en Clairvaux, en 1148, con 54 años. Wion menciona de él la existencia de tres cartas a Bernardo, fundador de la orden, algunas obras, y una Profecía de los sumos pontífices, que Wion publicó por ser “a multis desiderata”.
La “profecía sobre los reyes de España” que Aldrete atribuyó a Malaquías, apareció en escena en su época, hacia finales del reinado de Felipe IV o durante la regencia. Hasta donde sabemos, su primera impresión completa fue realizada por el minorita Vicente Pastor y Fernández en 1699[42]. Según cuenta, con el nombre Profecías del abad de Poblet corrían manuscritas varias versiones, todas con interpretaciones, unas escuetas notas marginales, otras comentarios extensos.
En quanto al principal autor de estos anuncios, todos hablan por cnjeturas. Los mas antiguos ò primeros que lo vieron quando fueron hallados, sintieron que lo fue de Vbertino. Los que lo contradizen (aunque con razon de poca fuerça) se arriman à los que sienten que lo fue el santo varon D. Sancho, abad de Fonfreda; otros lo atribuyen al padre Ioachim, abad del dicho Real Monasterio de Poblet, y aun otros quieren que fuesse su autor vn monge particular y no abad de dicho monasterio.
Lo cierto, y en lo que todos convienen, es que rebolviendo à otro inento los papeles del archivo, feueron encontrados. […]
Pero pues es preciso (ya que soy yo el primero que creo las saca en publico, aunque vna pequeña parte hallè yà impressa), que diga lo que en esto siento: digo que me inclino al parecer de los que sienten que su autor es el santo abad D. Sancho.
En 1717, el abate Archimbaud[43] dio otra edición a partir de un manuscrito enviado a un amigo de París desde el Roussillon por un agustino de nombre Ange de sainte Rosalie, quien le añadió unas breves notas a partir de comunicaciones verbales e históricas. Respecto al autor escribió:
Ces prédictions sont attribués à un religieux de Clairvaux nommé Joachim, premier abbé de Poblet, monastère célebre en Catalogne, fondé par Raymond Berenguer le 7 du mois de Septembre 1153. Des personnes dignes de foi assurent avoir vû dans cette abbaye des copies de ces prédictions, qui paroissent êtreau moins di XIV siècle. On y voit aussi un commentaire sur ces prédictions qui finit à la bataille de Lepante en 1571.
Plusieurs curieux de Barcelone et d’autres villes d’Espagne ont de pere en fils de copies de ces prédictions & du commentaire de Poblet; & à mesure que les évenemens sont arrivez, ils ont augmenté le commentaire.
Gens de caractère, de probité & d’honneur, d’un âge plus que sexagenaire, ont certifié avoir oüi parler dès leur première jeunesse de ces prédictions, d’en avoir vû de copies tres‐anciennes & même des imprimez plus de 30 ans avant la fin du XVII siècle.
Una de esas comunicaciones verbales debió ser que el autor, primer abad de Poblet se llamaba Joaquín. Archimbaud, en nota lo asimiló a un Joaquín que “passoit pour un grand prophète”, sin duda Joaquín de Fiore.
La tercera edición que conocemos fue impresa en 1757 por Jaume Finestres, monje de Poblet, en una obra monumental dedicada a la historia de este monasterio[44]. Finestres publicó las profecías con un comentario de 1697 atribuido a Baltasar Sayol, que fue abad de Poblet. Según la introducción, el autor de las profecías “fue el primer abad que tuvo este Real Monasterio”. Esta primacía algunos la tribuyen a Sancho, abad de la casa madre Fontfreda (Fontfroide, Fuenfria), a quien se encargó su fundación, pero Finestres consideraba que el primero fue el abad Estevan, destinatario de la donación de Poblet en 1151.
A nombre de Saiol circuló más de un comentario. Así, según el autor de la ficha digitalizada, en la versión del códice del Arxiu Històric de Barcelona ms. A‐37:
El comentari no es correspon amb el que Jaume Finestres i Monsalvo va incorporar com a dissertació 24 de la seva Historia de Poblet i que atribuïa a Saiol (1a ed. fragmentaria de 1746; completa de 1753‐1765).
El prólogo de este comentario menciona también a Joaquín:
- Estos anuncios de los señores reyes de España que con nombre de profecías he visto en diferentes manuscritos acreditados, se dice comunmente que son de un abad de este real monasterio de Poblet ha quien unos llaman Joachim y otros Sancho, y en una copia de las más antiguas que yo he visto he leýdo, que son de un monge particular dʹeste real monasterio.
- Y assí sin conocerse de cierto el autor, por no nombrarse en el papel que se cree sea el original, han corrido con acceptación en diferentes traslados, que por averse sacado de una copia diminuta han salido errados, parte en el verso y más en las annotaciones de historia que se les ha añadido.[45]
Para compaginar el nombre de Joaquín con Poblet hubo dos soluciones más: convertirlo en simple monje o suponer que fue el nombre del legendario eremita Poblet[46]. Lo más probable es que fuera una contaminación con las profecías milenaristas de Joaquín de Fiore[47], profeta con fama de santidad.
Lo mismo debió ocurrir con la atribución a san Malaquías, que le llegó a Aldrete. Un ejemplo de esta transmisión es el BPM ms. 912, extenso códice misceláneo reunido hacia 1682, en el que hay mezcladas obras y panfletos impresos, de carácter religioso relativo a las franciscano la mayoría, y partes manuscritas sobre la monarquía. La situación incierta de la época ‐el rey menor de edad y enfermizo‐ era propicia para la creación y divulgación de profecías; este manuscrito recoge ambas: los oráculos de las sibilas de Lactancio, las profecías de los reyes de Poblet, las de los papas y la de Monterón, exclusiva esta para Carlos II.
La introducción del comentarista a las profecías de los reyes, dice así[48]:
[222r] S. Malachias, arçobispo ardinacense, primado de Irlanda, fue contemporaneo y grande amigo den S. Bernardo y murio el año de 1148 a dos de noviembre. Este gran varon, con espiritu de Dios escribio profeticamente de los pontifices que a de tener la Yglesia hasta el [222v] fin del mundo, comenzando desde Celestino 2, las quales profecias trae en su libro ‘Flosculi historiarum’ el Pe Juº de Bussieres, jesuita, y dellas escriviremos ínfra.
También escrivió el Sto patriarca profecías de los reyes españoles, pero no andan impresas, como las de la Yglesia, pero ponense aquí por quanto se sacaron de copia que embio de ellas a la corte el monasterio de Poblet, de la orden del Cister (en cuyo archivo se guardan con toda veneracion) el año 1639 al Exmo conde de Queralt, virrey que fue de Cataluña[49].
Las profecías de Poblet se componen de tres series de reyes: Castilla‐León, Aragón‐Catalunya y España unificada. Las profecías, razonablemente claras y acertadas hasta Felipe IV, las de Carlos II[50] son claras, pero erradas; las siguientes son oscuras. A este rey le sucederán cuatro más y, según el comentarista, «seguirase luego el Antichristo[51] y fin del universo».
Aldrete dio la serie los reyes de España unificada, acompañando el texto latino con una traducción‐interpretación en paralelo; luego comentó con más detalle las profecías correspondientes a Carlos II y las de su hijo y nieto, prefigurados por la conjunción planetaria.
Cuando Aldrete hizo su comentario, Carlos II aún estaba bajo la tutela de su madre. Los aciertos son nulos.
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- El agua de la vida ante la muerte.
La prohibición del Protomedicato debió ser revocada o tuvo poco efecto: el agua de la vida fue aplicada a enfermos incluso por médicos oficiales y a personajes tan regios como los propios reyes, en fechas tan alejadas de la polémica como 1689 y 1700.
La administración del agua a María Luisa de Orleans aparece en varias relaciones de su enfermedad y muerte. La más autorizada es la del médico de la reina, Francini[53]
A las cuatro de la mañana, como tuviese frios piernas y brazos, y con frecuencia se viese molesta por el hipo, el desfallecmiento y los escalofríos, le aplicamos el agua de la vida de Luis de Alderete. La regia enferma dijo que se sentía mejor, y en verdad se reanimó, empezando a fluir un sudor copioso[54], pero el pulso seguía siendo lento.
La reina, pues, se reanimó, pero a las ocho se inició la agonía y murió a las nueve menos cuarto.
Según otra relación manuscrita, fue la propia reina quien pidió que se le diera el agua de Aldrete:
Viendo la reina que le decían que no hallaban remedio para su mal, pidió el agua de la vida, tomóla y dijo que con ella sentía reparo y más sosiego. Sobrevínola un gran sudor[55].
Los datos de estas relaciones pueden complementarse con los de Juan de Vera Tassis, Noticias historiales de la enfermedad, muerte y exequias de la esclarecida reyna de las Españas, doña Maria Luisa de Orleans (1690), donde se especifica que el agua de la vida fue llevada por el doctor Juan Bernés[56]:
Serian ya las quatro de la mañana, quando teniendo eladas las extremidades del cuerpo, con la frequente molestia de hipos, desmayos y sudor frio, por orden de la Camarera Mayor y aprobacion del doctor Franchini, llegò el doctor don Iuan Vernes con la maravillosa agua de la vida, compuesta por el insigne cauallero don Luis de Alderete, natural de Malaga, y mandò su Magestad que se la diessen luego, y al instante que la reciuiò, conociò grande mejoria. Y assi la experimentaron los medicos, viendola de improuiso restituida al calor natural, de que procediò un copiosissimo sudor, cesando los hipos y los desmayos, si bien dezian que el pulso era formicante.
Y siendo esta tan eficaz y executiua medicina, parece que les enseñò la experiencia que se la aplicaron algo tarde, pues solo pudo mantenerla en esta quietud poco más de quatro horas, mas fueron las que bastaron para otorgar su testamento y exercitarse en los afectos de la contricion.
De este dato se deduce que ni el doctor Vernés (más frecuente grafiado Bernés) ni, por su medio, el agua de la vida, eran desconocidos para la reina y su entorno. Este médico es nombrado por Aldrete en una cura con su agua.
El doctor Iuan Bernes ha vsado della en lo que no alcançava la cura galenica. Curò vn muchacho de quarenta y cinco dias de tercianas dobles maliciosas, temiendose no se le convirtiessen en syncopales, y quando bolviò a otro dia despues de dada, lo despidieron, hallando al muchacho jugando, bueno y sano. (Luz de la medicina, p. 7)[57].
El agua de Aldrete también se le dio a Carlos II horas antes de morir, en 1700[58]. El efecto fue el mismo que con su primera esposa: sudor intenso y reanimación durante unas horas. A mediodía del 30 de octubre, según comunicó Geleen, médico de la reina, al elector Johann Wilhelm:
nadie creía posible que llegase a la noche: los médicos hacen cuanto pueden por prolongar su existencia y le dieron un líquido que se llama agua de la vida, que le hizo sudar cuatro horas sin interrupción y le devolvió el uso de la palaba, casi perdida desde que hace tres día le acometió un estertor continuo. A las diez de la noche de ayer estaba bastante tranquilo; no la ha pasado mal, consiguiendo dormir y tomando tres caldos hasta las siete de esta mañana. Se le creyó agónico hacia las once.[59]. La muerte tuvo lugar a las dos cuarenta y nueve.
14. Aldrete inédito.
- Filosofía cristiana.
La Filosofia christiana y Faetonte manifiesto, que no llegó a la imprenta, se ha conservado en el códice BNE ms. 3125, ff. 10r‐212r y fechada el 26 de abril de 1679.
Consta de dos comentarios, uno sobre los seis días de la creación del Génesis, otro al Apocalipsis. Estos comentarios no tienen una temática única, sino que mezclan de forma poco metódica todas las preocupaciones ocultistas de Aldrete: profecías cumplidas o por cumplir, astrología, medicina y chymica.
En la primera parte se encuentran las ideas teórico‐filosóficas y varios casos tratamientos con el agua, que aquí llama “agua de la vida de san Raymundo Lulio”, que luego expondría en los papeles impresos. Los dos capítulos finales (25 y 26) tienen un interés especial, ya que relata su búsqueda de la medicina universal.
En la segunda parte, al final de algunos capítulos dio detalles prácticos que luego no repetiría, y que permiten hacerse una idea general de los pasos prácticos de obtención de su medicina.
Tabla de capítulos.
Primera parte.
[11r] Cap. 1. De las excelencias de Dios.
[15v] Cap. 2. Que aun entre los gentiles en la ley natural, tenian algunos este conocimiento. [18r] Cap. 3. Creauit Deus caelum et terram. Terra autem erat inanis et vacua. Creo Dios el cielo y la tierra, etc.
[22r] Cap. 4. De la luz y sus excelencias.
[25v] Cap. 5. Del segundo dia y como hizo Dios el firmamento. [29v] Cap. 6. Del tercero dia. [Sobre la tierra]
[35v] Cap. 7. De las producciones y operaciones de la tierra.
[39r] Cap. 8. Del agua y sus propiedades. [41v] Cap. 9. Del aire.
[45r] Cap. 10. De las producciones del aire y cosas particulares que en el se ven y experimentan.
[48v] Cap. 11. Del quarto dia.
[53v] Cap. 12. De la materia antecedente.
[57r] Cap. 13. De los comentas y +…+ sentido los antiguos y modernos. [61v] Cap. 14. De la fabrica de la luna, planetas y estrellas.
[68r] Cap. 15. Del quinto dia, y produccion de los peces y aves. [73v] Cap. 16. De la creacion de las aves en este mismo dia. [78r] Cap. 17. Del sexto dia.
[82v] Cap. 18. De la fabrica y formacion del hombre.
[88v] Cap. 19. Del espiritu y alma del hombre y sus exercicios en el cuerpo humano.
[93r] Capitulo 20. Del precepto quebrantado por Adan, que Dios le puso de no comer del arbol de la çiençia del bien y del mal.
[99r] Capitulo 21. Con que se prosigue esta materia. [105v] Capitulo 22. Con que se prosigue lo mismo.
[111r] Capitulo 23. Donde se tata de las raçones que ay y autoridades para no sangrar.
[116v] Capitulo 24. En que se recopila la materia de la medicina vniversal y su metodo sucinto y claro.
[127r] Capitulo 25. De los trabajos, afanes y desuelos con que el autor ha conseguido alcançar la medicina vniversal.
[127r] Capitulo 26. En que se prosigue la materia entecedente.
Segunda parte.
[131r] Capitulo 1. En que se satisfaçe a las objecciones puestas a la 1ª parte. [135v] Capitulo segundo.
[139v] Capitulo tercero.
[131r] Capitulo 4. En que se traen otros indicios de ser el angel de Epheso Noe, y aquella Iglesia la primitiva del primer millenario.
[148v] Capitulo 5. En que se trata de la ablucion y inundacion de la materia de los filosofos para la primera purificacion de su obra.
[153v] Capitulo sexto. Del segundo sigillo y angel que le correspondio. [156r] Capitulo septimo. Del tercer predicadorr y angel de Pergamo.
[161r] Capitulo octavo. En que se traen otros indicios para comprobar que esta epistola del angel de Pergamo habla con Elias.
[164r] Capitulo nono. En que se trata del quarto millenario y el angel que vino a el mundo. [169r] Capitulo decimo. En que se prosigue con mas comprobaciones la venida del quarto angel en el quarto millenario.
[175r] Capitulo onçeno.En que para confirmacion de lo dicho se trae el quarto sello que se abrio del libro deste mundo.
[181r] Capitulo duodecimo. En que se prosigue lo que sucedio tocando la tuba el quarto angel y effectos destas persecuciones.
[182v] Capitulo decimo terçio. En que se trata del quinto angel que auia de venir fin del quinto millenario.
[186v] Capitulo decimo quarto. De la mesma materia. [190v] Capitulo decimo quinto.
[195v] Capitulo 16. Del sexto millenario.
[200r] Capitulo 17. En que trata del apercion del sexto sello.
[205v] Capitulo 18. En que se prosigue la explicacion de la predicacion del sexto angel.
[211v] Capitulo 19. En que se prosigue la materia de la persecucion de la Iglesias po el Ante‐Christo. [Final inacabado].
Damos a continuación la transcripción de algunas partes relacionadas con la filosofia natural o la chymica.
[10r] Primera parte de la Filosofia christiana y Faetonte manifiesto. Medicina vniversal para todo genero de enfermedad, sacada del arbol de la vida. Que sobre el Genesis escriuio don Luis de Aldrete y Soto, alguacil de la Inquisicion y regidor perpetuo de la ciudad de Malaga.
[19r] […] En qual fuere la primera materia que Dios crio para sacar a luz tanta idea, variaron los filosofos. Los mas antiguos dijeron que eran los elementos. Que como tubieron poco conocimiento de ella, anduvieron cortos en explicarla, y esso que dijeron fue en sombras: que era capaz de qualidades y accidentes; simple, sin embargo que era habitacion o asiento de contrarios; a los sentidos no conocida, pero asiento de todo lo sensible; por donde quiera estendida, en ninguna parte perceptible; deseosa de formas, raiz de todos los cuerpos; que no se podia sentir que sola se podia percibir mentalmente; y por ultimo en acto nada y todo en potencia. Este ficticio y nebuloso principio le dieron a la naturaleza.
Aristoteles, libro ‘De ortu et interitu’, c. 5º, aunque creyó que el mundo era eterno, enseño cierta materia primera universal, inseparable de todas las cosas, que difiere sin embargo, por razon de la qual los primeros cuerpos, y los demas que se perciben por real sentido, constan, y que este es el primer principio inseparable de ellos. Y en el 2º libro, c. 1 dice que esta copulada y unida, pero con repugnancia, porque esta compuesta de contrarios, de la qual nacieron los elementos. Y el mismo, 7 ‘Metaph.’, lect. 2, et 1º ‘Physic.’, que no es nada en acto y que carece de propria forma, para poderlas recivir todas.
Thales, Heraclio y Hesiodo tubieron el agua por la primera materia de todo. Otros, conforme lo refiere Espagner asintiendo a la opinion de los rabinos, creyeron que la primera materia fue algo antiquissimo, infaliblemente material, llamado por su propio nombre hyle[60], que no era tanto cuerpo como sombra inmersa, no tanto en la realidad como imagen de una cosa.
Gerardo Dorneo, en la ‘Phisica del Genes.’, dice: Cum igitur [19v] Moyses dicat in principio Deum creasse coelum et terram, nec subdat ex qua materia, tacite nobis innuit coelum et terram fuisse rerum omnium primam materiam, ex centro per verbum Dei excitatam.[61] ‘Diciendo Moyses que en el principio crio Dios el cielo y la tierra, y no declarando de que materia, con su taciturnidad nos da a entender que el cielo y la tierra fue a primera materia de todo, excitada y sacada del centro por la palabra de Dios’.
Theophrasto, en el exordio de su ‘Filosofia a los atenienses’, dice:
Omnium quae creata sunt et sunt obnoxia corruptioni, unicum fuit ptrinipium, in quo conclusae fuerunt omnes creaturae, quas universa regio capit aetherea, sic tamen, ut omnium unica materia duntaxat extiterit, et non unicuique sua. Materia haec rerum omnium est mysterium magnum, non perceptibile quid, non ullius essentiae vel formae, nullius proprietatis, inclinationis, similiumve: item absque ullo colore et elementari natura. Quam late se extendit aeterea regio tota, tam ampla fuit sphaera mysterii magni. Hoc mater fuit elementorum, stellarum, arborum, creaturarum carnis, ac reliquarum omnium senssibilium et insenssibilium, omniumque corruptibilium rerum. Singula suam ex eo mysterio duxerunt originem, non successive, ut unica creatione tantum: substantia, materia, forma, essentia, natura et inclinatio, datae sunt a Domino. Mysterium magnum creati nullius similitudinem habuit, nec etiam creatum fuit; fuit nihilominus materia prima, ex qua res omnes mortales et corruptibiles ortae sunt. Increatum igitur mysterium hoc, fuit ab altissimo opifice Deo praeparatum, ut ei simile nunquam futurum sit, nec ipsum unquam rediturum, ut fuit[62]. ‘Un principio (dice) tubo todo lo criado y todo lo que es caduco y perecedero, en el qual estubieron inclusas todas las criaturas que encierra esta region eterea, de tal forma que todo tubo una sola matria, y no cada cosa la suya de por si. Esta materia de todo es un gran mysterio, no algo perceptible, no de essencia alguna, no de propriedad, inclinacion o cosa semejante, ni color assi mesmo alguno, ni de naturaleza de elementos. Y quan ancha es toda la region eterea, tanto era el lugar que ocupaba este gran mysterio. Este fue la madre de las estrellas, de los arboles y todas [20r] las criaturas, assi sensibles como insensibles, y de todo lo corruptible. De este misterio, cada cosa de por si tubo su origen, no sucesiva, sino por una creacion tan solamente. La susbstancia, materia y forma, essencia, naturaleza e inclinacion, el Señor se las dio. Este mysterio grande no tiene similitud de cosa alguna criada, ni fue criado, sin embargo fue la primera materia de que todas las cosas mortales, precederas y corruptibles salieron. Este mysterio increado fue del hacedor de todo preparado, de forma que nunca aya de haver otro semejante a el, ni como lo fue lo habrà.’
Aqui parece que habla Theophrasto de la nada. Como pudo ser mysterio grande siendo nada? El hacerla tanto, fue el mysterio grande de la omnipotencia divina. Porque siendo nada no havia ente a quien se le pudiese dar el nombre de gran mysterio, asta que el Criador le diese la substancia, materia y forma, la essencia, naturaleza e inclinacion. […]
El presidente Spagner, en el canon 17 [63], no halla que decir de antiquo illo principio, quod certe discernere in promptu non est, cum illum in tenebris creatum nondum in lucem ingenii humani emerserit, quamobrem quęcumque de illo, tum theologorum, tum etiam philosophorum turba censuit, necne solus naturae author novit. ‘No se puede determinar cosa cierta de aquel antiguo principio, siendo criado en tinieblas y antes de la luz del ingenio humano [20v] por lo qual, todo lo que huviere sentido de, assi la multitud de theologos como de philosofos sea o no sea, solo el autor de la naturaleza lo conocio.’
Sin embargo de esto, el mesmo en el canon 49 dice: Specimen aliquod nobis natura reliquit, in aqua sicca non madefaciente manus, quę ex vomicis terrę aut etiam lacubus scaturiens, multiplici rerum semine pręnans effluit, tota etiam calore levissimo volatilis, ex qua cum suo masculo copulata, qui intrinseca elementa eruere et ingeniose separare ac iterum coniungere noverit prętiosissimum naturę et artis arcanum, imo, cęlesti essentię compendium adeptum se iactet.’En el agua seca que no moja nos dejò la naturaleza rastro o especialidad de aquella nantigua massa confusa del chaos o primera materia, que saliendo de las porosidades de la tierra o de los lagos, preñada de multitud de semillas, corre volatil toda al mas leve calor, la qual copulada con su masculo, el que ingeniosamente le supiere disgregar y separar los eelementos, y bolverlos a juntar bien, se puede alabar que ha conseguido el preciosissimo secreto de la naturaleza y del arte, o por mejor decir, el compendio y quinta essencia de las virtudes celestes.’
O, como desearan muchos dar con esta agua seca, que no moja, semejanza de la primera materia.
Pero desengañese, que como la Sabiduria dice, criò Dios al mundo de materia invisible, y siendo la primera materia invisible, su semejanza lo ha de ser, asta que copulada con su masculo, que tambien lo es, se manifieste visible, aunque desconocida a tanto numero de los que ansiosos la buscan.
Olviden la plata y oro del vulgo, que son cuerpos muertos y solo para si tienen tinctura, las sales, orinas, atramentos, las yerbas, los minerales, sangre y cabellos. Y si hubieren de usar de ellos, sean los del sol y luna celestes, tomando esta semejanza de la primera materia, antes de que aya entrado en el noviciado de uno de los tres reynos de la naturaleza, porque despues ya no es de provecho. Que esta con sus obras va adelante y no retrocede, y lo que [21r] una vez comenzo, ha de llegar a su ultima perfeccion.
Tan discordes andubieron los antiguos en la primera materia. Pero reconociendo oy que de la materia invisible y de la forma, que tambien lo es, se forma una visible, con cuerpo denso, para la continuacion de individuos, parece que de la misma manera empezarà la primera materia informada del calor a humear, retirandose de la luz del cielo empireo y aglutinandose al centro, donde derritiò en agua y terrestreidad. […]
[22r] Cap. 4. De la luz y sus excelencias.
[23r] […] De ella dice el presidente Spagner en el canon 32: A luce igitur materia prima, tum etiam elementa, informationem suam receperunt et ita per communem luminis naturam quais iure sanguinis strictissimum amorem, non odium et pugnam, ex vulgari sententia, contraxerunt, seque mutuo necessitudinis vinculo amplexa sunt, ut in varia mixtorum corpora, secundum species suas, coalescant. Lux autem solaris, priori longe potentior, est forma formarum sive forma vniversalis, quę omnes formas naturales in opere generationis in materiam dispositam et rerum semina infundit. Quodlibet enim individuum naturę lucem scintillam in se recondit, cuius radii virtutem activam et motricem semini occulte suggerunt. ‘De la luz, pues, assi la materia primera como los elementos, reciuieron la forma. Y assi, por la comun naturaleza de la luz, contrajeron entres si estrechissimo amor, como por derecho de sangre, no pelea ni odio, como los vulgares quieren, y se abrazaron con vinculo reciproco de estrechez y amistad, para quedar vnidos en varios cuerpos de distintos mixtos, segun sus especies. La luz del sol es mucho mas potente que la primera, es forma de las formas, o por mejor decir, forma vniversal que en la generacion en la materia dispuestainfunde todas las formas naturales y la semilla de los indiuiduos. Qualquier indiuiduo encierra en si vna centella de la luz de la naturaleza, cuios rayos [23r] ocultamente dan a la semilla la virtud activa y motriz.’
Es la naturaleza naturada la luz, a quien dejo sus veces el Criador, y el fuego della, porque no ay otro. Y assi en el canon 81 dice: Ignem enim naturę alium a luce cęlesti nemo sibi fingat. Propterea sacer philosophus in sua Genesi ignis mentionem non facit, quia lucem, qui verus naturę ignis est, primo die creatam dixerat, neque ignem naturę principium omisisset, cum terrę, aquę et cęli volatilum meminerit. ‘Ninguno se persuada ni finja que ay otro fuego de la naturaleza, mas que la luz del cielo, que por eso el sagrado philosofo en su Genesis no hace mencion del fuego, porque la hizo de la luz criada el primer dia, que es el verdadero fuego de la naturaleza. Y no omitiera el fuego, siendo su principio, auiendo hecho relacion de la tierra, el agua y el aire.’
Sin ella no ay indiuiduo, porque es el quajo de todos ellos, y assi lo dijo Maria Profetissa coagulum coagulans[64]. Es la luz el centro de todas las cosas sensibles e insensibles, y tiene virtud magnetica para atraer a si el agua, a quien ella informò primero. Y de ai nace que una planta insensible, mediante el calor interior, aunque debil, atraiga por los organos de las raices la substancia del agua y crasicie de la tierra para su alimento y vegetacion. Con que se destruye la opinion de Aristotles y todos sus sequaces en la enemistad del fuego y agua, pues no es otra que en quanto la naturaleza se aman y se unen con estrechissimo vinculo de amistad y parentesco. […]
[25r] […] Esta es el verdadero sulphur de los philosophos, y assi, el que lo quisiere ver, busque esta en su simplicidad, y no gaste el tiempo en el azufre vulgar. El christianissimo Morieno, romano de nacion, en las platicas que hubo con el rey de Egipto Calid, que reynò cerca de los años de 800 de la natividad de Xsto. Nro. redemptor, antes que empezasse a imperar Carlo Magno, enseñando a este rey la chimica, tratando de la materia, le dijo: In te est, et apud te et circa te, et in sterquilino calcatur. ‘En ti està esta materia, y junto a ti y cerca de ti, y la pisamos en los muladares.’
Vna es la luz, pero aunque con rebozo està en todas partes, los mercurios de que se viste son tres, vegetal, animal y mineral. Y de ellos dice Sendivoxio en lo ‘De sulphure’: Est mille rerum artifex, et est cor omnium rerum, et scit emmendare metalla, mineras corrigit, animalia intellectum docet; scit facere omnia genera florum in herbis et arboribus, atque illis omnibus pręest; corrumpit aerem, quem iterum emendat; est omnium odorum in mundo artifex, omiumque colorum pictor. ‘Es el artifice de todo lo criado y el corazon; sabe corregir y emendar los metales y minas; da el entndimiento al reyno animal; es quien hace todo genero de flores, assi en yerbas como enplantas, siendo la presidenta de todo; corrompe el aire y le buelbe a purificar y emmendar; es el artifice de todos los olores y el pintor de los colores.’
[35v] Cap. 7. De las producciones y operaciones de la tierra.
[37v] […][65]Este es el sulphur tantas veces decantado por los espagiricos y chimicos, la porcion de luz que anima y vivifica todos los individuos, semilla vniversal que en el mar filosofico, esto es, en la region del aire, vagabundo, o como otros han dicho, sumergido naufraga, y al que lo supiere librar de su naufragio a este le harà biena venturado en riquezas.
Llamole propiamente oro vivo Sendivoxio, pues es el corazon del y de todos los individuos, y el que da ser y vida a todo. Enmienda todos los defectos de la naturaleza, y assi le llaman medicina vniversal. Al enfermo, tomada en proporcion, le aumenta el calido innato y humido radical, destruyendo los excrementos [38r] y eterogeneos de la naturaleza […].
[45r] Cap. 10. De las producciones del aire y cosas particulares que en el se ven y experimentan.
[45v] […] El manà[66] continuamente cae del cielo, porque es una virtud ignea invisible que se esta cerniendo siempre de la fuente perene del sol, que esta baxa para la formacion de todo individuo. Y por ella dixo Sendivoxio: Est in aere certus vitae cibus.
Hacerse visible por ciertos meses, es hallar mas proporcionada humedad en ellos. Y assi dijo el mismo que aquel bosque donde estaba el sulfur oculto, era dedicado a la diosa Venus, por participar esta de la humedad, como hija de las espumas. […]
Lo que hace al caso es si [el maná bíblico] tiene las mismas propiedades que el que oi cae en diferentes partes, o no. Lo primero por donde lo diferencian es por decir que este caia del cielo en la tierra y en todas partes, y el calabres solo lo ven en los arboles o haias y en sus ojas, y que se duda si es sudor particular de aquel arbol, pues solo en el se halla.
Por dos veces lo he visto caer en España. La primera en una madrugada de maio, que iendo por Sierra Morena medio dormido, me desperto el ruido y juzgue que era granizo, segun el golpeadero sobre las ojas del monte; y mirando al cielo estaba raso y sereno, hasta que dentandole reconoci que era manà; y el que caia en el suelo, con el calor de la tierra luego desaparecia.
Lo mismo me sucedio otra vez en Mijas, pues vi de repente blanquear yerbas y unos pinillos que havia en una hoia, y quedaron tan blancos por todos los troncos como por las hojas, haciendo corteza en ellos, que se despegaba de la cascara sin hacer resistencia. [46r] Alguna era como azucar y mas blanca que el papel. Reparè que algo desto que caio en algunos alcornoques, eran como lampazos de miel, a que acudieron gran cantidad de abejas. Y si esto fuera sudor del arbol se viera por donde havia salido, como se ve por donde gotea la goma, que aunque mas se procure limpar, siempre queda el rastro por donde sale. Y quien se imagina ni se persuade que con el frio de la madrugada suden los arboles y no con el sol de medio dia, y que esto sea en la primavera y no en el rigor del estio, siendo el calor el que atrae a si y saca los humores? Indigno pensamiento es de filosopho presumir que el manà de oy sea sudor del arbol porque no le ve en la tierra, que como matriz general, luego que cae, embebe en si esta semilla, como iman de ella. Y para que la conservasse a que se viesse, era necessario que fuesse grande la abundancia, y aun de esta suerte en saliendo el sol que la humedeciesse, se la sorberia toda.
[48v] Cap. 11. Del quarto dia.
[52r] [Las manchas solares] de necessidad son humores que la virtud magnetica del sol atrahe asi, o bien de las aguas que estan sobre el firmamento (aqui me inclino mas por lo que despues en el capitulo de los comentas se dira) o de las que estna debajo del firmamento, que como mariposas amantes de la luz se acercan tanto a ella que, abrasadas y espiritualizadas en ellas, el fuego del sol las convierte en su misma sustancia y caen en espiritu igneo a fertilizar este mundo sublunar y a ser principio de todo individuo en todos los tres reinos. Y sin ellos nada vive, porque son el coagulo de todo, sin que de ellos necessite el sol para su alimento ni para fortificar sus rayos.
Por ellos la sabia antiguedad divulgo al mundo el enigma de Phaeton, hijo del Sol, que haviendo subido a que le reconociesse hasta dentro de su misma carroza, de ella se precipito abrassado a calentar este orbe y a dar vida a sus individuos. El vapor nadie negara que es engendrado a la fuerza de los raios del sol, y atrevido se introduce en su carroza y buelve en cenizas invissibles, duende oculto que anda entre nosotros y no le vemos, y solo el que lo ha visto lo cree.
Estos los atomos de Democrito, de que se compone quanto ay visible e invisible en este mundo. Helos visto vna vez circulando en forma de agua la materia, que quitando el vaso caliente del fuego en que le tenia y rompiendo el sello hermetico de vn golpe, el aire crudo que entro de repente los elo, quedando pegados al vaso los polvos imperceptibls mas blancos que el papel.
Como Democrito fue tan gran chimico los experimentó, y assi todo lo compuso dellos, y la ignorancia en los philosophos uccessiuos redujo á risa la luz que debaxo de atomos enseño.
Confiesso que hasta esta occasion no auia entendido a S. Raimundo, quando dice que puesto un vaso á circular con la materia philosophica en vna torre, las auecillas, con la fragancia que arroja, se abaten á gozar della. En la torre significó el hornillo, y en las aues estos espiritus, que subiendo y bajando se llegan a fijar, primero en materia que excede á quantas blancuras ay, y por ultimo en roja tintura exuberante. Estosson los hijos del sol emanados de sus luces, que siempre estan manando de aquella fuente pernne. Y assi la docta y recatada antiguedad divulgó la hacha de Prometeo, que con ayuda de Minerva (esto es, de sus estudios y sabiduria) encendio en el sol, y con ella a las estatuas de barro, se entiende a los enfermos muribundos, daba vida.
[52v] […] Esta es la medicina vniversal, a quien tambien los antiguos debajo de la fabula de Marte y Venus, hija de las espumas, los cogio el viejo de Vulcano, dios de las fraguas de la naturaleza, juntos debajo de la red; que el calor, para que ella obre ha de ser decrepito, de que resulto el fuego de Cupido.
Este, aquel principe que refiere Maiero en su ‘Mensa aurea’, hijo de Margarita, señora de tres reinos, que sumergido y anegado en la batalla naval del mar de los philosophos, al que lo librara le llenaria de riquezas.
[53r] […] Vemos despues con evidencia matematica que quando llueve, el agua arrastra este espiritu igneo para fertilizar la tierra. Y el que lo quisiere verificar recoja en vidrio el agua llovediza y deje assentar la terrestreidad que tiene y la vera dorada, efecto del fuego. Estilela y la hallara blanca como un cristal, y en el fondo del alambique separada la materia ignea con alguna tierra. Y assi la fertiliza mas el agua llovediza que quantos riegos se le pueden dar por arte; que estos la deslavazan y por esso la estercolan.
Este espiritu igneo se puede coger en vidrio dispuesto para ello, que como es principio de la obra que tantos buscan, han echo instrumentos con que lo han conseguido, que todo lo puede el arte. El Illmo Digbeo, en el tratado ‘De la inmortalidad del alma’, part. 1, ‘De natur corp’., cap. 7, pag. 47, §8, dice:
Subdit animum hac occassione memoria rari admodum experimenti quod nobilis quidam vir, fidei sincerissimus, mihi amicitia cuniunctissimus, vidisset se affirmavit vasorum vitreorum, scilicet, ope peculiari quodammodo factorum et artificiose dispositorum, collectos solis radios in pulverem fusci coloris, aut purpurei in rubrum vergentis pręcipitatos fuisse. Fraus nulla huic operationi subesse potuit; nihil enim in vasis antequam disponerentur continebatur. Peragi enim debuit in calidiori anni tempestate, ut effectus ipse sequeretur. Hac porro operatione aliquibus diebus, duae fere vnciae colligi potuerunt. Natura illi erat mire subtilis, quae ipsum etiam aurum, corporum omnium inter quę vexamur grauissimum ac solidissimum, vi sua (ut sic dicam) spirituali penetravit. ‘Recuerdome de un raro experimento que un noble varon digno de toda fe y mi amigo, me afirmo havia visto, que con aiuda de unos vaos de vidrio, en tal forma y con tal artificio dispuestos, se cogian los raios del sol y se precipitavan en polvos de colo obscuro ò purpureo que tiraban a rubios. No pudo en esta operacion haver engaño, porque antes que se dispusieran los vasos, estaban vacios. Debiose de hacer en el estio para conseguir este efecto, y, continuandose por algunos dias, se recogieron al pie de dos onzas. De naturaleza tan sutil que al mismo oro, que es lo mas olido y pesado que tratamos, con su fuerza espiritual (para explicarme assi) lo penetra.’
Y assi Juan Baquero, medico del emperador, en su ‘Fisica subterranea’, lib. 1, sect. 5,
n. 95: Philosophorum (dice) enim ignis, ob sutile subiectum vnde paratur, purior et penetrantior est omni igne, ne dicam ipso sole. Solis enim radii, si in [53v] corpus *reducantur, in pulverem abeunt*[67].
[116v] Capítulo 24. En que se recopila la materia de la medicina vniuersal y su metodo sucinto y claro.
Hemos entretejido en el discurso desta obra la materia de que se compone la medicina vniuersal y sus operaciones con toda claridad y sin fraude ni engaño, no por metafora ni equivocaciones de los caracteres de la plata, oro y mercurio del vulgo, que son los mesmos con que señalamos al sol, luna, mercurio celestes.
Sendivogio en todas sus obras solo trata de enseñar esta materia, y aunque enigmaticamente, dice: Lapis philosophorum nihil aliud est quam aurum in supremum gradum digestum (La piedra de los filosofos no es otra cosa que el oro digerido en supremo grado). Aqui al sol y a sus raios le llamo oro por la similitud al sol, por ser sus caracteres vnos mesmos.
Pero esto se explica mas passando a la practica, quando dice: Recipe terrae nostrae per vndecim gradus vndecim grana, auri nostri granum vnum, lune nostre grana duo. Sed hoc admonitus sis, ne accipias aurum et argentum vulgi, haec ambo sunt mortua: accipe nostra que sunt viua, spiritum habentia[68].
El fuego es oro viuo, y en tanto viuo, en quanto tiene espiritu, como auemos tocado, que para que luzga y tenga sus acciones, necessita del ayre; deste tienen principio todos los individuos. Su fuente es el sol, del y sus raios se ha de sacar la materia de los filosofos. Comprueua esto el vvique reperitur et in sterquilinis calcatur[69]. ‐‐‐ porque no se da en la naturaleza cosa donde [117r] el espiritu igneo no se halle. Estos fueron los atomos de Democrito, de que lo compuso todo.
Aquel enigma de Sendivogio en que haciendo isla este mundo, rodeado del mar filosofico, que es el aire, para buscar la piedra, a imitacion del pececillo echnei, que hemos referido se ancora con otra para remedio de las tempestades, califica nuestra materia, pues llama el mar filosofico de la semilla vniuersal del sol, donde en potencia pinta el jardin de todo lo vegetable. En el pone sub rupe latentes, esto es debaxo del firmamento, los dos ramos de minas de auri et caliuis escondidas a nuestra vista, porque astralmente en estas semillas esta la potencia destos metales, cuyas raices prouienen del sol y de la luna, y por esso los significa vnos mismos caracteres.
De la semilla del sol procede el calido innato y de la luna el humido radical de todos tres reynos. Al calido innato le dio el nombre de sulphur y al humedo radical de argento viuo.
Explicasse mas que sea el fuego del sol, quando dice que se da vn metal q quien llama calybs, que tiene poder de consumirlos todos y que solo el humido radical de la plata y el oro, por ser fixos, se me resisten en la copela y se mejoran por el, porque se purifican, que esto hace el tiempo.
Y mas abaxo dice que se da otro calybs, tratando del mercurio ò humido radical de la luna, que semeja al fuego antecedente, esto es, qu se aman como marido y muger, que sabe atraher a si de los rayos del sol aquello que tantos hombres han buscado y es principio de nuestra obra, que es el sulphur ò espiritu igneo.
Estos, sin ser vistos, porque andan por la region del aire, hablaron a los dos alchimistas en el dialogo del mercurio y en el del sulphur. Finalmente no ay letra en todo Sendivogio que no enseñe esta materia enigmaticamente, porque su trabaxo solo fue declararla, y la practica y operaciones las trato sobre peine.
Y no se engañe con los que piden oro vulgar. Porque aunque Egidio de Vadis, en el dialogo de la Naturaleza y el Discipulo, aquella enseña a este que vea lo que quiere decir, que si su fin es oro, lo tome [117v] para principiar su obra.
Advierta que el fin del filosofo no es haçer oro, porque solo la naturaleza le cria, sino fuego natural y potencial, para corregir los defectos que por diferentes accidentes se introdujeron en los tres reynos, animal, vegetal y mineral. Porque el arte no cria nada de nuebo, solo purifica separando lo etereogeneo y obra, en materia principiada, con este fuego de la naturaleza, que lo ha de iractuando y digiriendo, asta que llegue el supremo grado que Sendivogio pide, excluyendo las demas materias que excluie Lorenço Ventura Veneto.
Porque el que pide oro para hacer este fuego mas pareçe que le pone asechança al oro para engañar al que se fia del, que no que sabe hacerlo.
Y porque mi animo no es dejar escrito en que se pueda tropeçar, como asta aqui, ni errar, preuengo que no aprouechara este fuego ni humido radical, si la naturaleza no ubiesse principiado à actuar, porque en los principios lleua ideados los fines, y no la aran retroceder, que ella camina vsque ad ultimum illadium.
Y se debe cojer el agua como sale de las cañas de las dos fuentes referidas, donde no perdera el tiempo y el caudal.
Si los metales tuvieran enuebida en si semilla prolifica quando los crio Dios, les mandara producir su semejante como lo hizo con el reyno animal y vexetal; luego ellos no son capaces de continuar su especie.
A los manantiales que producen su semilla llaman los autores montes ò monticulos, y de ai nacio el egnima que cortandole la cabeça a vn hombre y enterrandola entre dos monticulos nacia un ramo verde de que se haria la medicina vniversal, auiendo hauido hombre tan impio que, entendiendolo literalmente, lo ejecutasse.
La cabeça cortada del hombre se da a entender que el que se diere a lo sagrado desta çiençia no ha de tener otro cuidado, y que aun de su cuerpo se ha de oluidar, estando muerto para todo, y que solo se ha de cuidar de la extraccion de los rayos del sol y de la luna, significados en los dos montecillos. Y que assi como el arbol, que cubierta su cabeza de la tierra, por los cabellos ò raices le chupa sus humores para ir [118r] pululando y vegetando sus tallos, assi mismo la cabeça del hombre sacando la substancia del sol y de la luna, producira el tallo verde para hacer la medicina vniuersal.
Llamole verde siguiendo la metafora de los vegetables, y porque en la verdad, despues de la negrura de la putrefaccion y el primer color que aparece, es el verde esperança, que se camina por los medios y terminos del arte.
Finalmente a esta materia todos los autores le dan filosoficamente mas de trescientos nombres, de donde ha resultado mouer quantos medios ay en la naturaleza, para conseguir lo precioso de ella. Pero para no errarla, valgasse de Minerua el que la desea, para que encienda vna hacha en el sol, y conseguira el obrar como Prometeo.
La materia es inuisible a la vista en sus principios, y no al arte, que labor improbus omnia vincit, y no ay que dudar desta verdad infalible.
Vinum album vel rubeum, le llama san Raymundo; Artefio acetum acerrimum, antimonii; Isaac Olando adrop, que interpretan plomo; Juan Pedro Fabre refiere muchos nombres que se le dan, aplicados por las distintas operaciones y calidades que en ella adquiere. Y ninguno tiene ni se contradice, porque destos dos principios, como de masculo activo y femina passiua, procede quanto ai criado.
Con estos fundamentos solidos, a mitad del camino esta passado; sin embargo que longa tibi restat via, porque ningun autor por metodo seguido a enseñado este viaje: salpican las operaciones empeçando vnos por donde se acaban; otros se dilatan mucho en sus escritos, no tratando mas que de vna operacion, callando las otras. Con que el incauto lector, queriendo conbenir vnos con otros, los halla varios, enfrascandose en las contradicciones que a su parecer halla, no siendo à la verdad assi, con que gasta la salud, tiempo y dinero en valde.
Y para que lo aproueche todo siguiendo el metodo sin fraude, sepa que en entrando por la puerta principal de vna cassa, necessita, para registrar sus quartos, de subir las escaleras, cuyos escalones, por ser cuesta arriba, son molestos y cansados, y los deve subir vno à vno. A que corresponde la [118v] separacion de elementos y pureça de ellos que llaman labor Herculeus.
Tres son los principios de todos los indiuiduos, sal, sulphur y mercurio; desta materia los ha de separar, que corresponden à cuerpo, espiritu y alma. Los dos vltimos explica Juan Pedro Fabre y nada calla san Raymundo; aquel no trata del cuerpo por auerlo explicado Isaac Olando, sin el qual en vano se trabaxa: es la tierra donde se ha de incorporar el espiritu y alma, para que teniendo ella la vida, al de a los tres reynos.
Sabido el equilibro de la naturaleza, se reunen para que se fixen con nudo inseparable, en que passen diferentes rotas, que obra por si la naturaleza no auiendo errado el grado del fuego, vien especulados por el presidente Espagner, y mejor delineados en sus ‘Canones hermeticos’ no oluida las fermentaciones, sin las quales las fuerças son cortas. El infante [es] devil y es necessario que se alimente a la leche de los pechos de la materia, para passar a la purificacion, digo, a la puericia, desta a la juuentud y a la virilidad, de donde resulta lo feruiente del leon, despues de hauer despedazado veinte y quatro aguilas.
No es menor la dificultad en los fuegos, pues piden tantas y excluien los mas, poniendo toda la operacion en ellos, que se hace intratable el poder hallar el grado que se deue dar y con la igualdad que se requiere, sin desesperar que llegue al fin deseado libre de yerro, ò bien sea por excesso de maior intension ò defecto de remission, en el consiste, siendo los extremos viciosos.
Desengañese pues que en ella se necessita de quantos grados ay de calo en la naturaleza, menos el vitrificatorio, que ese solo excluie, como dañoso a nuestro intento. Para desuiar y separar es necessario la intension del fuego, y lastroso para purificar el del reberbero.
Que en esta ocassion mal siruiera el calor de Vulcano, decrepito y caduco; este solo sirve en la fixacion que poco à poco vne el espiritu y el alma al cuerpo. Porque con la purificacion anterior siendo todo homogeneo, inmediatamente se tocan y abraçan en nudo indisoluble, y este es el ludus puerorum y su labor mulierum.
El fuego natural es el de la materia, centella escondida en el [119r] coraçon de todo indiuiduo, y en particular en este, que es la semilla de todos tres reynos. El calor externo mueve à esta interiormente; se reduce a tres grados de calor: en lo vegetal es propio de la tierra, donde concurren dos, sol y arqueo; el de lo animal, propio al del vientre de la madre; y el extremo, el mineral, al calor del baño, fuera del natural.
Sabida la materia, el cocimiento le da, conforme el, la mayor ò menor virtud, y esta puede llegar a poluos subtilissimos de tanta virtud que sean incombustibles y puedan arder sin extinguirse continuamente. Esto toca de passo, por pertenecer mas a la chrysopeia que al fin que lleuo, y lo dare a entender assi por la naturaleza como por la filosofia della.
El oro es inconvustible y si mil años estubiera metido en el fuego, en ellos no perdiera vn grano de su peso, porque el fuego interno y externo de que fue formado havilito tanto su materia que la conuirtio en fuego, y un fuego no puede contra otro fuego.
Y si se dispusiera que vna vez se encendiera, tampoco se consumiera y apagara, pero no se enciende por ser muerto, como dicen los filosofos. El solo podra encenderse precipitado con azeite de suero: es oro viuo que tiene espiritu, y teniendo organos por donde atraer el aire ambiente es facil de encender que su llama se conserue sin menoscabarse en sustancia ni peso.
Ludovico Viuyes, en el lib. 21 De ciuitate dei, cap. 6, refiere que en tiempo de sus padres se hallo debaxo tierra vna lamparilla ardiendo; que lo auia estado segun la inscripcion mil y quinientos años, la qual mouida y abierta se extinguio, quedando en poluo subtilissimo. Estos son los intitulados piedra filosofal, y actuados en la perseuerancia del fuego.
Desta mesma lamparilla ò de otra hace mencion el padre Martin Ruiz, en el primer libro de su ‘Magia natural’, en que vn Polibio chymico dedico a Platon[70] estos poluos, como a dios de las penas, para reseuarlos de los ladrones, cuyos versos son los siguientes:
Pro totum sacrum munes ne atingite fures: | |
[119v] | ignotum est vrbis hoc quod est orba latet |
namque elementa graui clavsit digesta labori | |
vase sub hoc medico Maximus Olibus. | |
Adsit se secundo custos siui copia cornu | |
ne presium tanti depreat laticis.[71] |
También haçe mención desta lamparilla, que ardio 1500 años, el doctissimo Maiero en su ‘Mensa aurea’[72], y trae los versos referidos, que se hallaron dentro del sepulchro. La duda que se ofrece es como, auiertas estas lamparillas se extingue su llama, y humedas y guardadas del aire ambiente lucen perpetuamente, dificultad que no he visto tocada de nadie.
Aqui satisfago que, como dejamos dicho, la materia destos poluos fueron los rrios destos, y ellos actuados como hijos del, son un fuego viuo potencial, con la virtud magnetica de atraher assi las humedades y aire ambiente. Y esto se reconoce porque puesto en darme pessado el ayre ambiente, en poco tiempo pesa mas de la humedad del ayre, que atrae su virtud magnetica, lo qual no haçe el oro vulgar, por ser muerto.
De donde se sigue que encerrado este fuego potencial viuo en vidro cerrado, donde no le queda entrar al ayre ambiente, excalienta el interior que esta dentro del vaso, de forma que le haçe llama o lo ilumina tanto que lo parezca, y abierto el vaso con la atraccion de ayre fresco, se extingue aquella llama o iluminacion.
Y Pineda, en la ‘Monarchia eclesiastica’, lib. 12, cap. 1, §4, refiere que el año de 1443, hauiendose abierto el sepulchro de santa Catherina virgen, en el monte Sinai, se hallo una lamparilla que continuamente ardia.
De los excrementos que los filosofos apartan y hechan à mal de su materia, la naturaleça y las entrañas de la tierra cria el açufre, qu etiene tanta ignicion, y se experimenta esto por ellos a cada passo, pues majado un papel ò palo en ellos, arde mas que el azufre.
Pero ay matriz en la naturaleça que recibiendo en si la materia de los filosofos, no teniendo facultad de separar lo puro de lo impuro, lo [120r] fixa todo en vn cuerpo solido, con tan inseparable vnion que lo encierra en vn cuerpo igneo, auentible, de color hiero, sin que el fuego lo pueda consumir, y sin que necessite de otro pabula mas que del que en si encierra la bastal materia materia fijada po la naturaleça, y a esta la llaman piedra esbestos, de quien dice san Agustin, de Civitate Dei, lib. 21, cap. 3. Aesbestam, arcadiz lapidem, propterea sic vuar quod accintus simel iam nompro aut extingue[73]. ‘Llamase esbestos, dice el santo, porque vna vez encendida no se puede apagar’. Y Plinio en el lib. 37, cap. 10 Aesbestos in arcu due montibus nascitur[74].
Lucas Tudense, en la ‘Vida de san Isidro’[75], arçobispo de Sevilla, en el cap. 21, de Alfonso Tostado en el 21 de los +Nvndiem+[76], que en el sepulchro deste santo se hallo vna vela encendida de vn palmo de largo de color de hiero y de su asperea y dureza, que parecia piedra, que perpetuamente ardia sin consumirse ni desacerse, y que despedia de si suauissimo olor, y para apagarla fue necessario echarle cantidad grande de vinagre fortissimo.
Y esta maravilla no solo se ha hallado en sepulchros de santos, porque son causas mui naturales, sino en algunos de los gentiles, como refieren Martin polon., Naueler, Albert Chrant., Herman Schedeli, Genebrad. in Chronic., Xptofor. Landen in 10 enud.
San Antonino, que en tiempo del emperador Enrrico 3, se abrio cerca de Roma el sepulchro de Pallante, hijo de Evandro, muerto por Turno de vna lançada, cuia estatura era de gigante, tan alta que sobrepujaua a la altitud de los muros de Roma, a cuya cabeça se hallo vna lamparilla encendida, que no se pudo apagar ni con agua, ni con vinagre, ni con azeite ni uiento, hasta que, horadada por abaxo, la comunicacion del ayre ambiente la extinguio.
Haze este mas que separar los excrementos, que la naturaleça separa para criar las piedras preciosas, que los vegetales apartan para de lo purissimo producir sus frutos, que el reyno animal desecha por inutiles è incapaces de vida sensitiua.
Pues por que tanto odio con el que procura imitar lo que la naturaleça obra y en el espexo della se mira y compone sus acciones, para remediarla y en ella y por ella dar la raçon de su obrar.
Es mejor a cierra ojos decir: Assi lo dixo Galeno? Este fue gentil y sintio mal de la luz increada que encarno en las entrañas purissimas de Maria, Señora Nuestra, como se vera de sus obras. Pues como puede tener ni un rasgo de luz quien sintio mal de la verdadera, que fue quien dio vida a todo viuiente mediante el calor? Y assi como viuio en tinieblas, que son imagen de la muerte y el yelo, su medicina solo sea quitar el calor que es la fuente de la vida, inroduciendo la frialdad que es el patibulo de la muerte. El estudio de Galeno no fue en la naturaleça, sino en las sombras de los sueños, como hemos referido, y el que tuuo en la naturaleza de las plantas no alcanço a sacar la virtud purissima de ellas. Lo que supo bien sacar fue la virtud de los hombres en lo selecto de su sangre, pra deuilitarlos, poniendole grillos a la enfermedad para açerse mas necessarios.
Dicen que la causa de la vejez de los hombres es porque desde que nacen van perdiendo del calido innato ‐y aunque como para restaurarlo, no restaura tanto cada dia como pierde, y que assi se le va, introduciendo la frialdad, que acarrea la vejez‐, sin reparar que si fueraçierto que el calido innato se perdiera desde qe vno naze, no se fuera aumentando en fuerças y creciendo hasta llegar a la robustez de la virilidad, confessando ellos que todo tiene principio, aumento, estado, declinacion y fin.
De otra causa natural procede la vejez de los [121v] hombres, sin la ficcion de que pierden el calido innato, y es que en la niñez, lo estrechissimo de las venas miseraicas, que es donde se hace la primera separacion, no da lugar a que po ellas passe mas que el espiritu igneo del manxar, sin que por ellas pueda entrar cosa que no sea homogenea à el, y assi el calor se va aumentando en esta hedad y va creciendo en fuerças, vigor y cuerpos, llega a su maior estado, y como el apetito natural de refrescarse el fuego intenso de esta edad, ensancha las venas miseraicas que llenandose de mercurio, mas que del espiritu igneo que antes chupauan de quilo por su estrechez, con la dilatacion entra mas mercurio que espiritus igneos, y en este estado embarnecen los hombres y engordan, con la demasia de la humedad, enflaquecen las fuerças del calido innato y no las tiene para hacer separacion como al principio. Va cargando por esta causa de excrementos, remitiendose el calor, y el que antes era caliente y humedo, passo a frio y secco, natural propia de la terrestreidad de que se componen, de ai see muda el colro del pelo, se afloxan los dientes, se arruga la cutis, falta la vista, deshordenandose este relox, porque no separando toda la terrestreidad, ella por poca que sea, acarrea la vejez.
El espagyrico ò empririco va fundado en principios ciertos de la naturaleza, por los quales assi como de vn principio procedieron tres reynos, vegetal, animal y mineral, y todo fue criado para seruicio del hombre, à todo le puso Dios señales ciertas en sus signaturas, por donde se conociesse, y tuuiesse eleccion para lo que conduçia de cada indiuiduo à la salud y seruicio del hombre.
Y para que vea con quanta sutileza el espagyrico le va bebiendo à la naturaleza las acciones, de todos los vegetales saca el mercurio accido con su sal fixo, vsando del orno de Glauvero, con que haçe prodigios. Si es de la ençina por su dureza y perpetuidad, corrobora el cuerpo humano fortaleciendole y dandole su vigor, y assi de los demas, buscandole las qualidades de sus principios para aplicarlas conforme las enfermedades, y dellas y de sus experiencias saca [122r] conclusiones infalibles.
Expeculo que la semilla de la linaza tiene caracter de ojo, y en el ultimo fin del paradero de sus peregrinaciones, que es el del papel viejo, saca sin otra mixtura alguna vn agua ò azeite del color del oro, el mayor colirio para los ojos, aunque aian empeçado a criar cataratas. Que tiene la naturaleza traiendo tan de atras la signatura de la semilla, pues esta sembrada produçe el lino; las mortificaciones que lleva para ser capaz de hilarlo, lo que padeçe para ser liença, y despues de haver passado a la rotura de su vejez en desprecios de andrajos, se fabrica el papel tan menesteroso, de donde se estila el aceite para remediar los defectos de los ojos.
Capitulo 25. De los trabajos, afanes y desuelos con que el autor ha conseguido alcançar la medicina vniuersal.
Donum Dei llaman los autores a la medicina vniuersal, y de su mano viene, pero la reuela con afanes y fatigas, las que yo he passado en el discurso de mi vida; desde que empeçe a tener noticia della no han sido pocos.
El año de 1642 me curaba el dotor Montoya, aficionado, aunque la obscuridad de los libros y recetas manusciptas, como hablan por parabolas y debaxo de vocablos artificiosos, no los entendia. Incitabale mas el deseo de aumentar el oro que la de curar las enfermedades. Esto ultimo me arrastro a mi. Conociendo que lo medicos no daban raçon de la raiz de la enfermedad del paciente y le sangrauan. Apretando a preguntarles la causa, disparauan tomando callejuela. Reconoci en estos que obraban [122v] lo que no entendian y los disculpaba con ver que el cuerpo humano no es de christal, para que por su diafanidad se especulasse la parte ofendida ò el daño interior, ni les via yo aquel afecto y aplicacion que requiere el fiarles la vida de los hombres, joia que no se paga con ningun interes.
Cogiles horror a los que no conocen este defecto y propuse buscar la medicina vniuersal.
Trabaxaua sin luz de la naturaleza el dotor Montoya en el azogue, plata y oro, interpretando las autoridades con mas agudeza que se requiere, hablaua misteriosamente, como lo hacen todos los que ignoran los principios dando a entender que son maestros, fingiendo aquello que siempre han ignorado.
Pareciame oro lo que relucia y procuraua hurtar sus discursos; amalgame el oro y azogue, y puesto en vidrio cerrado a fuego de lamparilla lo tuue assi por espacio de tres años en calor continuo, sacando en las manos todos los dias tintura famosa para zapatos desflorados. Y despues de auer gastado mas de sessenta arrobas de azeite, sin mudanza ni diferencia de colores, conoci que no era nuestra materia el oro y açogue del vulgo. Y lo que saque de conocimiento fue la virtud magnetica con que el azogue busca al oro, cuia experiencia despues me valio la vida.
Aprendi a sublimar, a hacer mercurio dulçe[79] para los que padecen de humor galico, remedio mas seguro que las vnciones, à hacer polvos de juanes[80] y panacea de mercurio[81] y otras mil diferencias.
Despues no pude proseguir mi intento porque el año 1646, entre a viar el oficio de regidor de la ciudad de Malaga y à los dos meses me nombraron para venir a esta corte, à la defensa de los pleitos que tenia pendientes, con que cessaron mis experiencias y el tener tiempo para proseguir mis manipulaciones.
Llegue por mayo a ella y hallandose su magestad en Zaragoza, para algunas prevenciones por memoriales que se hauian de dar en su real mano, parti à aquella ciudad por fines de septiembre, donde en el camino entre la Armunia y la Muela, de vna tempestad estuue casi ahogado, y en el [123r] agua desde las diez del dia hasta las onze de la noche. Adquiri desto un humor galico[82] de que estuve a la muerte. Y si me sangrara, como quiso vn cirujano de su magestad, estoi oy muerto. Porque aunque me pico tres veces vn gran sangrador, por mas caliente que pusse el agua, la sangre, como helada, no salio. Yo, que me parecia que era fuera de razon la sangria, huue menester poco para desuiarla de mi en medio de mal tan grande, y que estaua inhabil de braços y piernas, lleno de granos.
Me auiso don Fernando Ruiz de Contreras, secretario del Despacho Vniversal, que fuesse a Ayamonte, à vnos negocios secretos que importauan al real seruicio, donde parti sin dejar de continuar el llouerme, yendo cada dia peor hasta el año de cinquenta y vno, que su magestad, por un secretario del despacho vniuersal, me mando pìdiesse vn corregimiento y me hiço merced de vn hauito y me dio mil pesos de ayuda de costa. No admiti el correjimiento por dos causas, la primera por la desgracia que siempre he tenido con jueces, pues hallandome assistido de verdad y de justicia, su mano ha sido para mi, y viniendo de arriba la merced, hoperarian todos conmigo. Y a lo principal, por la armonia que me auian echo aquellas palabras: Nescio si aliquis rectorum potest saluari[83]. Y las del monje que aparecio à su prelado y le dixo: Non sum damnatus quia non fui prelatus. La segunda que como mi anhelo era aspirar à penetrar los secretos de naturaleça, solicitaua boluer a mi cassa, no cosa que me diuirtiene.
Diome Dios tantos cuidados y gastos estos años y tanto ruido con jueces, en quien en menos de vn mes, passado los 31 de julio de 655, vi el castigo en el de 662, en medio de las molestias que padecia, rodeado de dolores, sin poder dormir en ocho meses, seco el braço derecho, cubiertos de gomas. Los medicos de camara conuinieron en desesperarme de salud, tomase ò no las vnciones. Elegi tomarlas.
Quedose el dotor Camacho, que oy es medico de camara, à assistirme; diomelas con vn aguacil de la villa, y con el temor que yo tenia de la vida, que es amable, por el pronostico de los medicos, le pregunte que en que se conocia [123v] que se moria al que se las daban. Respondiome que en los desmayos dandolas y alborotos del sueño, soñando cosas horribles. A la primera me sucedio assi como lo dixo, porque leones y gigantes me despedaçaban al primer sueño el corazon, angustias me sitiaban, no dejandome vna Aue Maria de reposso.
Acordeme que el oro era iman del azogue, y preuiniendo el cargar la comida de panes del halle aliuio y descanso en el sueño y ganas de comer. A la tercera vncion, viendo el medico, que no sabia mi antidoto, que comia mucho y no me llagaua la boca, desde onça y quarta con que empeço, la fue creciendo hasta dos onças y media, hauiendome dado quatorce generales sin fatiga ni llaga.
Siendo necessario ayuda cada segundo dia para regir el cuerpo, dixo que no se atreuia a passar adelante.
‘Ni ay para que, le respondi, porque estoi como un caballo; el braço mas fuerte que el otro, lleno de carne’.
Asseguraua que tanto azogue me auia de comer de repente. Yo le dije:
‘Ni un grano me ha quedado en el cuerpo, que con el oro ha salido y lo he notado’.
No se podia persuadir a ello. Para esto solo tiene virtud el oro, y para otro ningun achaque no es de vtilidad dentro del cuerpo humano, y como entra sale, porque no siendo capaz de digestion ni de conuertirse en nuestra substancia, aunque mas se subtiliçe y espiritualize, ni puede conducir a la salud, aunque mas los seudo chymicos y nevulones pregonen que su oro potable del vulgo avmenta la vida, alegra el coraçon y da salud cumplida.
Porque lo contrario enseñan las diuinas letras, Exodo 23, quando Moyses irritado por el çelo y honrra de Dios, por el pecado de la idolatria del pueblo, arrebato el bezerro de oro, lo quemo y mezclo esparcidos sus poluos, y en agua lo dio a veber a los israelitas. Y solo se ve que fue castigo: que no los hauia de dar vna beuida regalada en premio dfe un delito tan graue. Pues aun no se aplaco con esto, sono que hiço que los leuitas que les quitassen la vida a cassi 3300 personas: Arripiensque vitulum que fecerat combussit et contriuit vsque ad puluerem, que sparsit in aquam et dedit ex eo potum filiis Isrrael.
Parece que en diuersas partes deste libro se ha dicho no tiene acti‐ [124r] uidad el fuego para cremar el oro; es assi verdad, pero a lo que no alcança el fuego material, alcança el espiritu igneo que vaxa del sol, que de vna gota de agua condensada resulta la sal comun de que vsamos para preseruarnos de la putrefaccion. Esta penetra el oro, lo quema y reduçe a poluos, y assi el filosofo sagrado con propiedad dixo: combussit et contriuit.
En medio de tantos cuidados, trauajos, desuelos y afanes, no dexaua de buscar los aficionados a la chymica, aunque yo no podia obrar, y en ninguno hallaua conclusion fixa ni que diesse raçon que conuiniesse, de los enigmas que sobre ella se hauian escrito. Contradiciales por ver si salian a la fuerza del argumento, dando salida al parecer que lleuauan que concluidos y yo desengañado de su ignorancia.
Vna destas noches acerto à hallarse vn religioso carmelita calçado, que deuia de ser forastero, buscome despues y alabando la agudeça con que yo hauia desuanecido las opiniones de todos, y lo aficionado que me hauia quedado, me dixo queria enseñarme vn secreto con que con facilidad aria toda la plata que quisiesse. Respondile:
‘Padre mio, llenos estan los libros de engaños y estafas que han hecho muchos. Si V.
P. supiera esse secreto, mejor pelo trujera siendo tan moço; si la necessidad le obliga a parecerle me puede engañar, en dos pesos me doi por engañado para remediar la que oi tiene’.
Y tomandolos no hablo mas palabra y se fue.
Partime a Malaga, aunque perdido y deuiendo veinte mil ducados, contento para tratar de buscar la medicina vniversal. El cabildo de ella me nombro luego por procurador general, para que no me faltassen pleitos, embaraçoss y falta de tiempo.
Sin embargo las noches me ocupaba leiendo libros, con la desaçon de no entenderlos, de donde resultaua el hallar en cada letra vna contradicion. Di con vn amigo tambien aficionado, que trabaxaua en aguas fuertes y oro. Y aunque le desengañaba del poco fruto que dello podia sacar, me respondia que con ellas viuificaba su alguacil maior diesse cinquenta, el alcalde otros cinquenta. Este dixo que ni vn [124v] marauedi daria, con que se desvarato el tratado.
El juez lleuaua su linea: veianse poner en la carcel publica muchos hombres acomodados, que en su vida auian sacado espada, y que iba enderexando a quitarle la vara al correjidor, prouando que auia mandado tirar a vno un arcabuzaço, no hauiendose hallado en la calle donde lo mataron.
Tratose en la ciudad y para sacarme de mi quietud, me nombraron para que viniesse a la corte corriendo la posta, a dar quenta del modo de obrar. Bien conoci que todo auia de parar en mi daño, sin embargo en tres dias me puse en ella y estorue que no se firmasse el titulo de correjidor al tal juez, que ya estaba despachado. De donde resulto que sin auerme yo hallado en la refriega ni auer visto en mi vida al capitan Encino ni conocerle, ni auerme hallado donde le mataron, se me prouo con dos testigos de vista la muerte, y se despacharon dos mill requisitorias contra mi y embargaron mis bienes.
Presenteme en la carcel de la corte por ella, donde estube preso todo el mes de septiembre de 1661 y henero de 662. Y aunque traidos los autos se conocio la malicia, pues venia probada a otros dos sujetos que la hicieron, sin embargo fue necessario goçar, para salir deste embaraço con breuedad, del dichoso y feliz nacimiento de nuestro gran monarca don Carlos segundo, mediante lo qual y con deposito de trescientos ducados, fui suelto y desembargados mis bienes, y mas de cuatrocientos ducados que me costo la carcel, para poder acudir a mis negocios, y otros tantos de abogados, relator, procurador y ajente.
Esto por cumplir con lo que me tocaba. O mano poderosa, à que de ellos has precipitado y que secretos se manifestaran el dia del Juicio.
Pondero mas: Que hauiendo buelto a Malaga y leuantandose Sedella, para tomar mayor satisfaccion, despues de auer ymbiado vn letrero con quatrocientos hombres à ella y no hauiendo podido allanarla, endereço la proa à que con gente armada fuesse à prender y castigar aquellos el conde de Toreno; estando en la cama de la enfermedad de que murio, no pudo ir; mandaron al alcalde maior, hallabase sangrado; y de re‐ [125r] sultas paro en mi la comision.
Pedi prouission de como se me embiaba in modum belli, por las muertes que podian resultar, y que se me señalassen ochenta hombres, los que eligiesse en la Oya de Malaga, y quadrilleros y ministros. Apodereme del lugar, puse mis cuerpos de guardia, sali en busca de la gente, que toda estaua aquartelada en vnos tajos, di manos diferentes rociadas de valas. Y entrandome yo à estrecharlos para llegar a las espadas, el capitan dellos me lleuo la valona y vn pedaço de ropilla del hombro izquierdo à boca de cañon; fuile à hechar mano y me quede con un guadojeño que lleuaua en la cinta, escapando con la vaina. Puesto en fuga el y doscienttos hombres que le asistian, y cogiendo la sombra que hacia la sierra a los mios, que auiamos de passar por la luna, me parecio conueniente retirarlo, porque a punteria cierta no les sucediesse algun desman, temiendome que qualquiera auiendoseme dado para que me perdiesse, auia de resultar contra mi.
Retireme à actuar lo que quedaua de noche, porque no auia sino el suelo en que dormia, y el dia siguiente, dejando siempre mis centinelas, tuue auisso venian a ocupar vn castillejo desmantelado, para a media noche pegar fuego a los quarteles donde estauamos, y desde el castillo, al salir huiendo, hierros dando la carga. Puse guarnicion en el la noche siguiente a las diez, sali con veinte hombres la buelta de Competa, por auer tenido auiso venian ocho vandidos a incorporarse con la gente del lugar, y a las dos leguas salieron de vna choza que auia en vna sierreçuela, dos hombres huiendo; cogiose el vno, y el otro, por no saber mi gente la tierra, se les escapo, que era vn alcalde del lugar, oirgen deste leuantamiento, que se metio fraile. Y en la choza hice quemar hasta ochenta colchones que alli tenian recojidos, porque no hallase en el lugar en que descansar.
Llegue a Competa a las dos de la mañana, donde con auiso que hubieron de mi salida, los vandidos auia vna hora que a toda diligencia se auian vuelto de donde auian venido. De vuelta della prendi vn vaquero, que era el que andaua por los caminos moliendo à palos los recetores de Granada [125v] quitandoles las prouisiones que traian para sus diligencias. A este le tome la confession y declaro como testigo de vista la muerte hecha dentro de su grado de Juan de Santiago, y todos los culpados en este motin y la cabeça dellos, que murio en la carcel de corte de Granada.
Descanse aquella noche y la siguiente, porque ia non parecian mas que mugeres assi en el lugar como en el campo. Saliendo otro dia al reir del alua con dos ministros y al entrarme por la puerta de vna viñuela que abrian, à pedir vn poco de agua, me puso a los pechos vno que estava dentro, vn sufion que hacia mas municion doblada que vn mosquete.
Como era estrecho desviele la boca con la mano y me abrase con el. Este era el capitan de todos que llamaban Francisco de Carrion el manco, y el que con este instrumento me auia llevado valona y parte de la ropilla la primera noche. Tenia la vaina del guadijeño que le auia quitado todavia en la cinta.
Prendi en quince dias mas de sesenta hombres, los principales deste motin; embargueles los bienes; dexe administradores ricos à ellos; quedaron à cargo del alcaide de la carcel con titulo real, para remitirlos a Granada con los autos y me volui a mi cassa sin que vbiesse auido desgracia, no hauiendo hecho prission que no fuesse à arcabuçaços, sino la de dos vandidos que estando en Salaces, juzgaron con vn poco de viento que corrio, que yo iba sobre ellos, y saliendo desatinados al campo, y pensando que las matas era mi gente, se despeñaron por un tajo, no auiendo yo aquella noche salido à funcion alguna.
No hallo el juez por donde assirme y assi se frustro su intento, y yo bolui dando gracias a Dios, que de riesgos tan euidentes me auia sacado, auiendo corrido por toda la comarca voz quee me hauian hecho pedaços.
Todo el años de 663 y parte del 664 eche en trabajar en el vitriolo, lleuado de la conuersion que hace al acero en cobre, pareciendome que esta transmutacion daba indicios de algun gran secreto, mayormente quando veia que, conuertido el acero en cobre, y mal [126r] gamado con el azogue, crugia entre los dedos, como lo hacen los dos metales perfectos y no otros.
Deste trabajo lo que saque fue saber haçer muy rico azeite de vitriolo, que una gota en la beuida templa las calenturas ardientes, deshaçe la piedra en el riñon, es a proposito para lo hectico y tisico.
Aprendi à hacer la sal fixa, cuyo contraueneno es tan potente que tomado por el atosigado para qualquiera genero de veneno, lo expele por vomito, y si queda algo lo conuierte en otra substancia.
Tiene el vitriolo otros infinitos secretos, que se callan por parecer supersticiosos a la primera vista, no siendo sino naturales. Sus polbos rubificados tomados por las narices suelen desarraigar el dolor de xaqueca.
Trabajando en el plomo saque minio, almartaga, sal de saturno, albayalde, perdiendo el tiempo sin fruto alguno.
Trabaje en el hierro algunos dias y descubri en el que su fundamento es oro, y tan tenazmente se vne a el que en la copela se va en humo, como el hierro. Y la forma de separarlo es, despues de sentado en agua fuerte, filtrarlo con agua comun, para que salga lo mas sutil, boluerlo à evaporar, y a los assientos que quedan voluerles à hechar agua, reiterando estas operaciones hassta que quede sin la terrestreidad amarilla, en poluos açules que en fundirse tienen la facilidad de la cera y se van en humo; y si se hechan en plomo, dan la vuelta en oro de muy subidos quilates. Y esto es necessario boluerlo a copular, por lo agrio que queda al martillo, para que le comunique el plomo la humedad que le falta.
Capitulo 26. En que se prosigue la materia antecedente.
[126v] 1. En este estado me cogio el año de 664, ya desengañado del plomo, y hierro y vitriolo, y que perdia tiempo. Y tratando de mudar sujeto en quien obrar, quando otro juez, por ser peligroso el oficio de procurado general, me tray entre ojos.
Y saliendome a cenar al mar vna noche de verano lleno de luna, el barco de alcauala y el de vnos metedores se dieron dos ò tres cargas de arcabuçazos, y el de la aduana vino huiendo a tierra y hecho en ella con las guardas vn hombre acabando de vna vala. La curiosidad de sauer lo sucedido me lleuo a preguntar al guarda maior, que todauia estaua en la proa del varco, que hauia sido? Dixieronme los guardas, quien lo preguntaba? La respuesta fue leuantar el gatillo a la escopeta y ponermela a los pechos, diciendo no conocian de noche a nadie. Meti la mano y asiendole tire del y caio a tierra, dile algunos moxicones, quitandole la escopeta, carabinas y guadijeño. Algunos que se hallaron alli, que lo querian mal, se los duplicaron, con que cubierto en sangre partio huyendo.
El juez, que al auiso de la refriega no se hauia mouido, luego que supo las puñadas que di, le hicieron mas armonia que la haçienda real, y resistencia y heridos. Salto de la cama à aueriguarlas. Ortro dia me ymbio a decir me entrasse en la plaza, porque tenia vna causa grauissima contra mi. Respondile que la calidad della la sauia yo, y que todas las veces que se me desvergoçasse qualquiera, haria lo mismo; que viesse donde queeria que me fuese preso. Mando que a mi cassa; dilato el tomarme la confession hasta que tenia hecho que vno escriuiesse al Consejo contra mi; mañas de los jueçes que pretenden echar a vno de vn lugar.
El Consejo se informa de ellos ‐ el informe es a medida de su deseo‐, llamaronme, con que volui otra vez a Madrid y en el camino me alcanço carta del juez en que me daua por libre de las puñadas, quando reciuia otra maior en sacarme de mi cassa. Detuuome el Consejo ocho meses.
Y auiendo discurrido en tantos ratos ociosos que tenia, que era imposible que en las minas se dejasse de hallar la materia de los filosofos, porque todos decian que era metalica y que auia de ser antes de ser metal. Y [127r] Sendivoxio tratando si lo era el mercurio del vulgo, dice que ya no tiene fuerças, dando à entender que se le passo el tiempo‐ y que en las minnas infaliblemente hallaria el semen metalico.
Con este pensamiento, cassi hecha euidencia, y el deseo de aprender de las entrañass de la tierra el fuego de la naturaleza, me hiço fingir codicioso de minas. No falto vno que hauiendo estado en Indias se dio por minero, siendo falso lo que decia, y que hauia descubierto azia la Caleta de la ciudad de Malaga, vna de plata que se la hauia sacado por ensaio. Facilmente, como mi mira era otra de la que el tal imaginaua, me deje engañar y la hiçe registrar, y empece la labor como quien en su vida auia hecho otra. Costo esta, el ahondarla hasta los veinte y vn estados, quarenta y quatro mill reales.
En ella no salio mas que cantidad de margaxitas, y discurriendo que el purissimo açufre que estas participan, seria la semilla de los metales, trabaje en ellas infructuosamente. Y deste gasto solo saque el conocimiento del fuego interior de la tierra, pues en poniendome en lo hondo de la mina, me desataua en agua. Pareçiome que la margaxita no era la materia proxima de nuestra obra, pues hallandose alli en tanta abundancia, no hauia criado metal ni rastro del.
2. Reconocida la ignorancia del que nos guio a esta mina, y como no cerraban mis deseos, determine con mas fundamentos buscar mina de metal conocido, y para ella traer minero que me enseñasse el beneficio, assi del azogue como de la fundicion, y el conocimiento de las tierras, farallones, y crestones y rodados de las minas. Para lo qual imbie a buscar a Agustin Nuñez (cuia muerte queda tocada arriba)[84], indiano que la magestad del señor Felipe Quarto el grande mando venir de Indias por insigne fundidor y beneficiador de metales, en compañia del dotor Albaro Alonso Barba, como queda dicho, que escriuio un libro breue, aunque compendioso, del [127v] veneficio de la plata en Indias. Ofrecile mi mena y ocho reales cada dia; aceto el partido. Sustentabale tambien vna hija y vn indio criado suyo cateador. Embiele cien pesos para el viaje y auiendo llegado me enseño a fabricar todo genero de hornos, assi el de Hermes como los de reberberio, fundicion y estilaciones diferentes; pusimos fraguas.
Salio a reconocer la mina que seguia; dijo no lo era y los inconuenientes que lleuaua su labor. Reconocimos sierras, valles y collados de todo el contorno. Descubrieronse muchas minas de diferentes metales, vnas de hierro, otras de acero, otras de plomo, otras de cobre, otras de plata, con que me hiçe capaz de los azerados, tacana, rosicler, pauonado, soroches menudos y gruesos, negrillos, poluorilla y demas diferencias de metales. Que en esto gastamos muchos dias traiendo de todos para el beneficio de cada vno. Junto a Maruella corre vna de azero metal hecho de cuatro dedos de ancho, su color es azerado obscuro, y esta va a parar al robledal, donde ai en sus caxas gran cantidad de piedra iman, y de tres libras deste metal salen mas de dos de azero natural, no por arte.
4. En este sitio, y en particular en Puertorricco, que cae vn quarto de legua sobre Maruella, ay rastros de fabricas antiguas, por las escoriaas que a cada apsso se enquentran. Con las lluvias se va desatando arenilla de la mina que va à parar al mar, y con las tempestades, embuelta en otra arena medio azul ò parda, buelue a la orilla y los naturales la cojen toda revielta y secandola la ponen en papel y con la piedra iman la separan de la demas arena y la dan ò venden para poluos de cartas.
5. Ay otra mina de jaboncillo de sastres para señalar en negro, cosa rara, que todo lo cria la tierra, aun aquello que ha fingido el arte.
6. Entre Maruella y Estepona ay otra del genero que los muchachos llama doravñas, qu sirve a los sastres paa señalar en blanco. Es tan abundante qeu si todaa vna armada quisiera cargar cada año, lo podia haçer. Vienen del Norte por ello, y a las justicias y escriuanos [128r] les es de vtil, lleuando para teñir y pintar las cosas, prara pluma de libros de memoria y para otros generos. No tiene rastro de metal, porqu de proposito lo he ensaiado y quando se quema da suaue olor, no pesado como las demas piedras metalicas.
7. En la sierra Bermeja, yendo de passo, reparamos a lo lejos algunas vetas encajonadas. En vn sitio donde himos noche vna de talco dorado, y à poca distancia, cerca de la sierra de Mijas, otra de talco blanco
8. Esta sierra la anduuimos mas despacio, que es de donde se sacan las colunas de marmol blanco para Malaga y losas para sepulturas y portadas. Por la parte que cae al mar esta rebentando hierro y rodadas del que llaman vincho, remedio vnico para detener la sangre lluuia de las mugeres.
Refrigerando un vincho con otro en vna taza de vino ò agua, se pone colorada y dada a beuer en ayunas por nueue dias es verdadero croco matriz y mas seguro que el artificial. He visto este vincho en diuersas partes de España, y en particular saliendo de las ventas de Juan Caballero para venir à Almodovar, que es mui eficaz.
9. Corre otra vetilla de tierra colorada desde las mismas murallas de Mijas, de dos dedos de ancho, hacia la hermita de Nuestra Señora de la Peña, famosa para embarrar a las que se exalan po sudor en las sincopales.
10. Hallamos rodadas de cristal en esta sierra y de piedcra de rema, aunque no dimos con la veta.
Y por la parte que mira a la tierra, aacia Aalhaurin y Alhaurin de la Torre, mantas de foroche grueso de plomo, que tiene dificultad su beneficio, por la mezcla de hierro. En el Tajo de las Grajas ay veta de cobre, de donde baxan muchos rodados que tambien tiene mezcla de hierro.
11. Passamos al termino de Malaga, y en el partido de Cupiana, dos leguas largas, al pie de una sierra empinada encontramos cantidad de rodadas à modo de bolillos, que quebrados era su coraçon de vn color blanco azicalado tirante à verde deslauazado. Y por serme tal hecho, cogimos cosa de vna arroba dellos, y salieron veinte [128v] libras de cobre.
12. Y como mi animo solo era el que lleuo referido, acercandonos a los montes inmediatos à Malaga, por la parte entre norte y leuante, a vn quarto de legua, reconocimos en vn cerro vn peñon que en lo antiguo llamauan la Peña del Oro, cuyo frontispicio estaua manchado de algunos humos açules, y en vn lado del sacamos cosa de dos espuertas terreras de tierra metalica verdosa, que corrio en cobre ricco, y se sacaron cosa de seis libras del. Queriendo dar alli pozo, las peñas que auia y su dureza era mas que el azero, que nos obligo assi, para coxer los metales en mas humedad y maior cocimiento, abaxamos sus estados.
À la falda del monte, para que la labor fuesse de formqa que si encontrassemos con agua pudiesse salir por su pie desde la boca del poço, y que si llouiessee no entrasse en el y se pudiera trabajar noche y dia, dimos socabon diez varas mas abajo, para cortar la veta.
Con mucha dificultad se trabaxo por la dureza de las caxas, porque solo la poluora abria brecha en ellas. Finalmente a treinta varas hallamos la veta en baçofia. Hizose vn poço casi de diez estados de hondo, y se nos cerro la veta entre dos caxas durissimas, lleuando entre medias dellas el hueco de vn papel, con vna guia de cobre machacado tan delgado como el examinado. Tenia plata y punta de oro.
A los veinte estados boluimos a dar en baçofia, donde hallamos algunos pedacillos lapizlaçuli de marmol, y auiendose vuelto a cerrar las cajas, y dado en mucha agua, casi inagotable si no se sangraua po socabon de mucha costa, la dexe.
Pro totum sacrum munes ne atingite fures:
[119v]
ignotum est vrbis hoc quod est orba latet
namque elementa graui clavsit digesta labori
vase sub hoc medico Maximus Olibus.
Adsit se secundo custos siui copia cornu
ne presium tanti depreat laticis.[71]
Pro totum sacrum munes ne atingite fures:
[119v]
ignotum est vrbis hoc quod est orba latet
namque elementa graui clavsit digesta labori
vase sub hoc medico Maximus Olibus.
Adsit se secundo custos siui copia cornu
ne presium tanti depreat laticis.[71]
Del antimonio salen diferentes poluos. Los sublimados son violentissimos, de ansiass mortales y vascas al que se les da; los fixos blancos preparados bien son diaforeticos y con la medicina vniversal quitan la gota de raiz y el mal de san Laçaro. La quinta essençia rubicunda dellos es el balsamo de la naturaleza y solo se le resiste la enfermedad que viene por castigo de Dios. Y para que sus operaciones sean mayores es necessario le saque la virtud el menstruo vniversal.
Boluime al reyno vegetal; trabaxe en las rasuras, en las sales, hasta en la orina del hombre y en sus excrementos, que destos se saca vna sal fixa contra toda mordedura de vibora, cancara, alacran y otros animales ponçoñosos.
Corridas ya las carauanas de todos los indiuiduos del orbe terrestre, y leiendo, con el desengaño de tanta experiencia, reiteradas veces los libros y reconociendo que este pezecillo andaua sumergido en el mar filosofico, levante la consideracion a las dos minas del firmamento, de donde procede la semilla vniversal de todos los tres reinos de la naturaleza. Considerauala de noche y de dia, y hallando rastros en los autores de su virtud, hiçe instrumentos para recogerla, saliendo en pocos dias de la ignorancia de mis yerros, porque solo del jardin del firmamento puede venir la medicina vniversal, y de la luz del sol, padre que sustenta lo criado.
Hauiendola cogido la empeçe a experimentar y, aunque con algunos yerros, halle las señales que dicen los autores; que muchos huuiesse yerros quando Pontano trauajando en ella lo erro doscientas veçes. Saque el agua de vida del beato Raymundo, y quando vi restituidos con ella à muchos, alabe al Señor dandole gracias por su infinita bondad y misericordia que conmigo vsaba, juzgando por bien empleados mis desuelos, trabaxos y gastos, por las vidas que restauraba.
[129v] 17. Pero como no ay felicidad cumplida en este valle de lagrimas, empeçaron las persecuciones de los medicos y el preguntar de que era este agua, poniendo horror en ella a los poderosos, porque Dios quiere que sea medicina de pobres, que breuemente les restituye la salud.
Sin embargo me hallaua contento, menospreciando las oposiciones, quando maiores borrascas è inquietudes sin numero, persecuciones encubiertas, nacidas todas de defender mi republica, inuadieron mi quietud.
Que juez se atreue a pedir a vn procurador general, que en vn pleito que importa ochentaquentos de marauedis contra su ciudad, se deje vencer en el injustamente, no teniendo a la hora de su muerte con que restituirlos, si Dios le diera salud para ello? Que juez se ofende de las defensas judiciales de vna republica? Quien quiere que le saquen mil ducados, quando le han hecho gastar cinquenta mill injustamente, y no pudiendolo conseguir abre brechas para conseguir con mano poderosa? Quien juzga capitulando en cabeça de vn delinquente?
Justo es Dios y justos sus juicios, y los de los hombres le son manifiestos para darles el premio ò castigo, conforme la intencion con que an obrado, a quien le remito. El sea alabado po los siglos de los siglos, amen.
Y aunque parecen estos capitulos fuera del casso, no lo son, porque como dice Sendiboxio, los desta profession padecen, pero: Angelus Dei custos est arcae huius in quam tantum thesaurum induxit quem et vsque tuetur[85].
[130r] Segunda parte de la Philosophia christiana y Phaetonte manifiesto.
Medicina vniversal para toda enfermedad, sacada del arbol de la vida, que sobre el Apocalipsis escriuio don Luis Alderete y Soto, Alguacil mayor de la Inquisicion y Regidor perpetuo de la ciudad de Malaga y su Procurador mayor en esta corte.
[148v] Capitulo 5. En que se trata de la ablucion y inundacion de la materia de los filosofos para la primera purificacion de su obra.
Isaac Olando para la purificación de la tierra la anega en agua natural y en aquella isla de Sendivoxio, en el ‘Lumen chymico’, no la hauia; y aunque la querian traer por varios canales, era venenosa; porque para nuestra obra solo la natural aprovecha. Fabro la enseño a sacar a la letra, que fue reprehendido por los hijos del arte y alguno le dijo que echasse vellotas, y no margaritas, a los puercos. En la inundacion d Isaac Olando concurre: ‘Facta est grando et ignis mixta in sanguine’. Y desatandose en nuestra agua cristalina el hijo del sol, esparciendo el colo roxo de sus abrasados raios, queda vna parte muy corta de fuego natural. Porque como la tierra es iman del fuego, lo coinquina; el fuego es iman del agua, esta lo separa de la terrestreidad inmunda, abrigandolo en lo interior de su pecho cristalino, para que los incredulospor vidriera lo goçen y crean la separacion del fuego de la naturaleza, que el sulfur que llama el filosofo, que no siendo ignible lo calienta todo con calor natural, mas activo que el fuego violento de açufre, que destruie el hierro a fora de tierra, y el nuestro lo purifica dandole maior humedad, pesso y color.
Ninguno de los que an escrito asta oy, solo Isaac Olando toca este genero de purificacion, sin la qual en vano sera el trabaxo, inutil la paciencia, el tiempo perdido; porque ella en los principios separa lo homogeneo de lo etereogeneo, quedando lo vicioso y extraño en el fondo o superficies, a modo de los que se anegan y ahogan.
[153v] Capitulo sexto. Del segundo sigillo y angel que le correspondio.
[155v] […] Caballo roxo y monte ardiendo precipitado en el mar[86]: señas son todas de la operacion que a nuestra obra se sigue, despues de la ablucion y separacion de Isaac Olando, de los utilissimos y purissimos poluos que saco.
Y porque un velo se manifieste al lector, esta es la tierra foliada en que el labrador perito siembra el preciosissimo grano, que enseño a sacar Fabro en el lugar çitado, y con su agua la riega metiendola en el gueuo orbicular cerrado con el sello de Hermes, y fomentado con la continua calcinacion con que incesantemente obra la naturaleza.
Alli veras batallar los elementos; alli con tan moderada calor vna guerra sangrienta. Alli vn monte hinchado se leuanta, que parece que quiere colocar su cabessa mucho mas alla de las nubes, revienta su soberuia en ayre y precipitadp conuierte en sangre la terçer parte de las aguas. Hasta que cansado de vatallar, todo el campo queda roxo, su soveruia teñida en vn mar de sangre, su ambicion vaxada en ella.
Y todas las veçes que los autores diçen que los montes se vienen avaxo, se ha de entender desta operacion, y verdadera y natural solucion, que es la segunda puerta por donde entramos para conseguir remedio vnico de la purificacion de nuestra materia.
En esta se encierran dos operaciones: la calçinaçion y solucion verdadera y natural que piden todos los autores, como dice Sendivoxio: ‘Vt pori corporis aperiantur in aqua nostra, quo digestum emittatur semen’; ‘Que los poros del cuerpo se abran en nuestra agua, para que con ella salga digerida la semilla’, y sea prolifica.
Y aunque parece por las señales y vatalla de los elementos y efusion de sangre, no lo es, siendo el fuego reduçido a la templança del sol de febrero, caliente y humedo. Otras ay violentas ue no son capaces de generacion, porque se destruie con ellas la naturaleça y el semen.
[156r] Capitulo septimo. Del tercer predicadorr y angel de Pergamo.
[159r] […] Hemos assentado que se recoxe por arte, de las luçes de los raios del sol, vnos poluos que es el manna escondido de la naturaleça, tesoro de la [159v] vida de quanto ay criado, blancos mas que el armiño, de los quales sale nuestra agua, y dellos igualmente, el grano de fuego de la naturaleza.
Destos fabrican los verdaderos filosofos, no los vulgares, su calculo blanco y el roxo.
Y assi dice Sendivoxio: ‘Lapis philosophorum nihil aliud est quam avrum in suporemum gradum digestum’; ‘La piedra de los philosofos no es otra cosa que vn fuego en supremo grado digerido’.
Quando estos poluos del sol han passado por el abluçion general y por la calcinacion y solucion natural, que auemos referido, por la negrura que referiremos en el capitulo siguiente, por la muerte que despues explicaremos, y llegando a la fixacion, excede en blancura a quantas ai criadas, y a las margaritas nectars, teniendo en si los visos tornasolados, porque dentro tiene occulta la luz del sol.
Y en este estado es incorruptible, fixa y permanente, sin que elemento ni tiempo la pueda consumir. Y el fuego, que es el destruidor vniversal, no la consume, aunque de aqui a la fin del mundo trauaxara en ella, antes la aumenta en virtud, pesso y color, passandola al del carbunculo y descubriendose el fuego interior.
Sus efectos son: En el cuerpo humano, purificar la sangre de todos los excrementos contrarios a la naturaleza y que le impiden el curso de la vida. Y en qualquier metal imperfecto que la echen estando derretido, lo reduce a perfecta plata, si han quedado en lo blanco; si ha quedado en el color del carbunclo, que a tres çibaçiones concluie su carrera, en perfectissimo oro. Y en este estado, por su grande actividad, la naturaleza humana no podra vsar della, sino en tan corta cantidad, que sea imperceptible al tacto y vista, y solo se vsa dello en el mercurio, y le llaman los autores ojo de vasilisco porque al punto lo fixa, quitandole su volatilidad e inconstaçia.
El fuego del calculo de los filosofos es de nuestra naturaleza, y mas actiuo para la conseuaçion humana que el material: porque este lo destruie todo y quema los metales imperfectos y los cuerpos humanos; y aquel los purifica en noble conseruandolos con nueua vida que les introduce.
[160r] Crio Dios por su vicario el sol en esse firmamento donde coloco su tabernaculo. Arroxa el sol el manna escondido ente sus luçes, para dar vida pereçedera por fin y postre a los mortales, que comunmente los filosofos llaman calculo[87], y la turba dellos lapis philosophorum, piedra de los philosophos, que aumenta la vida y purifica la salud de todos los embaraços que le sobreuienen, y es tesoro de los tesoros humanos.
[161r] Capitulo octavo. En que se traen otros indicios para comprobar que esta epistola del angel de Pergamo habla con Elias.
[163v] […] Cauallo negro y aguas corrompidas y dañosas a la salud, que causauan muerte en el alma, hallamos en los textos anteçedentes. Parece que miran al estado de nuestra obra, pues a las dos operaçiones passadas sigue [164r] la putrefaccion, y en ella horrorosas y obscuras tinieblas.
Cada autor pondera con epitecto particular la negregura desta operacion: los mas le llaman caput corui, porque reduciendose a pez derretida; Raymundo le llama niger nigro nigrius, negro mas negro que lo negro.; y por las aguas corrompidas le dicen mestrum fętens, menstruo hediondo; otros summum venenum, sumo veneno. Con que corresponde esta terçer operacion al tercer cauallo negro, aguas corrompidas, como las dos antecedentes a las anteriores.
Y llegando a este terçer estado de la suma negregura, el que obra puede assegurarse que corre sin ierro po el camino real y verdadero. No le falta sequedad en este estado porque en ella leuanta vexigas, dessecandose la obra, que reuientan inmediatamente por la falta de humedad, que hasta en esso corresponde al tercer castigo con que se purifico el mundo.
[181r] Capitulo duodecimo. En que se prosigue lo que sucedio tocando la tuba el quarto angel y effectos destas persecuciones.
[182r] […] Dexamos nuestra obra en el estado de negregura la vltima vez que tratamos della: mas negra que la mesma negregura. Esta operaçion y sus sombras son puerta proxima a la muerte.
Mediante la putrefaccion se corrompen las partes de nuestra materia y desta corrupcion procede la germinacion. Y assi dice el filosofo: ‘Corruptio vnius generatio alterius’.
Siguese luego à esta negregura diferentes olores, para ir desdiciendo della, y en particular el verde qu etira a amarillo, que no falto autor que lo juzgasse el cauallo arriua referido de la muerte era verde, porque la diccion griega de que se traslado el colo verde deste caballo igualmente significa lo verde que lo amarillo. U asi lo siente Tertuliano, lib. ‘De pudicitia’, cap. 20.
El color verde es el inmediato a la negrura, y en nuestra obra, quando aparece, es grande esperança de que presto aparecera el iris de la paz, para que el que obra sossiegue del cuidado penosso que ha passado, y con el reconozca que auiendo passado su obra por la guadaña de la muerte, se va apartando aquel purissimo grano del sol del sepulchro de la tierra, que le ofuscaua y encubria su esplendor y potençia.
Y por esta ocassion inuentaron los antiguos la celebrada fenix, que abasada en llamas que fomentan sus alas, de aquellas çeniças voluia a pulular vn gusanillo, que, creciendo vivificado en la calçinaçion, cobraua nueua vida y voluia a ser otra fenix, renaiendo para voluer a viuir, aludiendo a esta obrra natural y diuina. Y la diferencia de colores que le dieron a lanigmatica fenix es por las muchas que muda esta obra n la continuacion de la calcinacion.
[182v] […] Lleuamos hasta aqui çinco operaçione: la ablucion la primera, antes de entrar en el guevo philosophico nuesta obra; la calcinacion la segunda; la soluçion natural la terçera; la putrefaccion la quarta, que es conoçida por la negregura; la sublimacion la quinta en el color verde y arco de iris, en que se manifiesta la resurreccion en el sepulchro, y quando quieren blanquear las nuves, descubriendo al iris de la paz, de varios olores, al modo que el fenix le pintan de tantas y tan diuersas.
[190v] Capitulo decimo quinto.
[194r] […] Acuerdome que refiriendo puerilmente el estado de nuestra obra en los capitulos antecedentes, la dejamos en el color verde o amarillo, correspondiente al cauallo de la muerte, con el indicio del arco de paz llamado iris, que empeçaba a dar señales de paz al artifiçe y esperanças ciertas de la resurrecçion en el sepulchro.
Y en este sigillo, despues de auer pa‐ [194v] ssado por la ablucion general de las aguas, calcinacion violenta y la material soluion natural, putrefaccion o corrupçion generatiua, en esta llega a la sublimacion, suviendo y vajando los vapores hasta que en cristalinas aguas, que fencundan el arida con su riego tierra, aire, agua y fuego, se fixa en vn compuesto que le viste de blanco, en quien todas las virtudes, assi de lo inferior como de lo superior, concurren, deesechando en zeniças lo etereogeneo, que al mas breue soplo se las lleua el ayre, quedando el hijo del sol en la blancura que exede a las margaritas, en estas sus operaciones, ocultando la blancura el color roxo de los martirios que ha passado. Y sin embargo en la calcinacion consiste, hasta adquirir el color violado, simbolo de su perfeccion.
15. Catálogo cronológico de alquimistas.
De la respuesta de Aldrete a Gámez (BNE ms. 4223, ff. 1r‐100v), transcribimos su historia cronológica de alquimistas destacados, con indicación de si escribieron obras.
Respuesta, a la sombra de la razon, que con luces suele ocultarse ella, del ‘Discurso filosofico, medico e historial’, del doctor D. Andres de Gamez.
[1v] Presupuesto primero.
En diferentes partes del ‘Discurso filosofico’, y en particular en la aprobaçion del Rmo Pe Mo frai Benito de Aste, del horden del Gran Padre San Agustin etc., se me da el renombre de autor del agua de la vida, quando en lo antiguo [2r] de su nobleza corre parejas ygualmente con el tiempo y con la mas notoria antiguedad, queriendosela escureçer y dudar de ella con hacerme autor de lo que solo he sido instaurador. O por mejor decir, el que sacudiendo el poluo al oluido en que el methodo la ha querido sepultar, he descubierto las luçes ocultas con que fortifica la naturaleza humana. Porque como dice Salomon, ‘Nihil novum sub coelo, quod Deus instaurat quod abiit’. ‘Nada se da nuebo debaxo del cielo, que Dios buelue à restaurar aquello que se oluido’.
Y para que se note la antelaçion de su genealogia y continuadas memorias de ella por el mundo, en la de las çiençias se hallan las notiçias siguientes.
Assienta que Noe, por los años de la creacion del mundo de 1300 la enseño a Asclepio y que por los años de 2336 fue docto en ella Mercurio, rey de Egipto, por otro nombre Hermes Trimegistro, cuia ‘Tabla esmeragdina’ se halla citada oy en innumerables autores, assi antiquissimos como modernos. Y la escritura sagrada pareçe alude a ella en el 32 del ‘Eclesiastico’: ‘Sicut in fabricatione auri signum est smeragdi.’ ‘Assi como fabricar ò hacer el oro, la señal es el color verde de la esmeralda’. Y aun esto apoia lo que diçe de la medicina segunda en el capit. 32: ‘Pax domini super faciem terrae’, como decimos en el articulo 2, n. 10 y 11 de la ‘Respuesta al Protomedicato’, que es la medicina vniuersal y la paz entre el espiritu y humores.
Armenopsi, rey de Egipto vso de ella y la supo, por los años de [2v] 2396.
Moyses fue docto en todas las siencias de los egipçios, y siendo esta la principal de aquellas escuelas, de necessidad la supo. El 32 del ‘Exodo’ lo manifiesta: ‘Arripiensque vetulum quem fecerant, combussit et contriuit vsque ad puluerem, quem sparsit in aquam et dedit ex eo potum filiis Israel’. ‘Y arrebatando el ternerillo de oro lo quemo y lo molio asta haçerlo poluos, y les dio esta beuida[88] a los hijos de Israel’.
El oro es incremable y si no es por esta ciençia no se puede reduçir a poluos; los demas metales los quema y hace poluos el fuego y açufre. O auemos declarar que aqui interuino milagro; y auiendo causa natural que Moyses no ignoraua, no se deue recurrir a causa sobrenatural, y assi de necessidad se ha de condescender en que supo esta ciençia.
Su hermana Maria Profetissa la supo tambien, y oy se citan fracmentos de sus escritos por los professores della.
Cassi por este tiempo floreçio otro Hermes, rey de Egipto, que supo esta mesma çiençia y uso de ella. Y auiendo vencido a Dario Codomano Alexandro Magno y hechose dueño de Egipto, y de la Siria, y el Assia y la Macedonia, por los años de la creacion del mundo 3622, codiçioso de los grandes thesoros que auia de hallar en su sepulchro, fue en persona á visitarle, con voz que iba al oraculo del dios Hammon, donde se veneraba a Jupiter en forma de cordero. Y el saçerdote Leon, [3r] deuajo de todo secreto, que no lo auia de reuelar a persona humana, le descubrio que los dioses que adorauan reçiuidos po la gentilidad, no lo eran, sino hombres que por su poder ò qualidades, les auian dado aquel culto. Lo qual Alexandro escriuio a su madre Olimpa, mandando que leida la carta la diesse al fuego. Cuentalo Curcio y otros que escriuen los hechos de Alejandro.
Hetossis y los saçerdotes de Egipto vsaron desta mediçina desde 2539 hasta los años del naçimiento de Xpto. Sr. Ntro. de 29 continuadamente, que el emperador Domiciano los sugeto y quemo los libros para que no la estudiassen. Y que otros autores no escriuiessen esta particularidad, no le disminuie el credito a Suidas, que quiças se les passo por alto estas materias de estado, como suçede en las mas de las historias, que vno quenta vn casso y otro otro, y suelen diferençiar en vn mesmo hecho. Y auiendo dicho de las hostilidades y malos tratamientos, la mayor fue el quitarles la ciençia y los libros. Y no solo lo assegura esto Suidas, pero toca en ello san Justino Martir, cognominado el filosofo, en la vida que escriuio de Domiçiano y martires que padecieron en la tercera persecuçion de la Iglesia, que llaman segunda, que empezo a los nouenta y dos años del naçimiento de nuestro Redemptor y duro por espacio de 15 años. Que despues este santo filosofo reciuio la corona del martirio en la sexta persecuçion, que fue por los años del Sr. de 182, en tiempo de Marco Aurelio y Antonino. Y Orosio, que trata desto, se le cito tambien.
[3v] Vea como niega esta verdad tan comprobada.
Phrigio fue el primero de los griegos que vso desta çiençia por los años del mundo de 2570 y escriuio lo del vellocino de oro.
Atreo, hijo de Pelope, adquirio grandes riquezas en la transmutacion de los metales, como lo escriue Calisthenes, por los años del mundo de 2688.
Hercules, Jason, y Orfeo y Anphion (no el que fue rey de Thebas) son los capitanes que fueron a hurtar el vellocino de oro, que era la membrana en que estaua escrita el arte aurifactoria, por Phrigio.
Salomon la supo, por los años 2950 de la creaçion del mundo.
Por los años 3339, la sybila Cumana escriuio unos versos enigmaticos desta ciençia y filosofia natural.
Democrito, pincipe griego y gran filosofo, por los años 3550, escriuio de ella y oy ai parte de sus obras.
Virgilio trato de ella, aunque la ensuçio con arte diabolica antes de cumplirse los 4000 años de la creacion del mundo.
San Juan evangelista la vso en el destierro de la isla de Patmos, por los años del nacimiento de Xpto. Redemptor Ntro. de 92 en adelante. Y or eso le cantaba la Iglesia los versos que apuntamos en el art. 2, n. 31 de la respuesta al auto del Protomedicato.
Por los años de 380 escriuieron de ella Sanbelico, Platon, y [4r] Aristoteles chimicos y otros de quienes haçen mençion la ‘Turba de los filosofos’.
Por los años de 612 supieron esta çiençia y escriuieron de ella Estefano Alexandrino, Theophrasto, Hyerotheo, Archelao, Pelagio el filosofo, Ostanes, Sosemo y Olimpiadoro.
Por los años de 660 en adelante, florecieron en ella los arabes Bulcasis, Almaçor, Hali, Saded, Cadid Heber y Auicena, que todos escriuiron della. Y por el mesmo tiempo Morieno, que fue romano, y Artefio iudio, cuias obras dan testimonio desta verdad.
Por los años de 1060 Michael Pselo y por los de 1188 Rogerio Bacon en Inglaterra, san Alberto Magno en Alemania, Juan de Sacrobusto en Francia. En el año 1225 Thomas de
Aquino y Roberto, discipulo de Bacon. Y en el año 1240 Guillermo Parisiense en Francia. De todos ellos han quedado escritos autenticos.
El rey don Alonso el sabio la aprendio de un arabe que trujo, hallandose despojado del reyno, por los años de 1260, en Sevilla por sus vasallos, y nombrado por ellos el rey don Sancho el brauo, su hijo, y escriuio en octauas[89] la operacion enigmaticamente.
En el año de 1300 Arnaldo de Villanoua, medico de tanta authoridad que uino con embajada de Pontifice al rey de Aragon, escriuio della en Roma y la vio. Y vn libro del agua de la vida y su crisopeia la aprueuan algunos jurisconsultos; es vno como testigo de vista Juan Andreas, in ‘Addit. ad Speculat.’, tit. ‘De [4v] crimi. falsi’; Oldrad., Cons. 74, ‘De sortile.’[90], y otros alli.
Y en el de 1310 el beato Raymundo vso del agua de la vida de que escriue ò medicina vniuersal, con la qual se sustento algunos años hasta que consiguio la crysopeia.
Y deste escriue el doctissimo Padre Martin del Rio, de la Compañia de Jesus, en la sesion quarta, De la crysopeya, de sus Questiones magicas, libro 1, cap. 5[91], lo siguiente:
‘Sane id[92] confirmat quod ipsius (scilicet, Arnaldi) cum Raymundo Lullo concertatione auctor ‘Theatri humanae vitae’ tradidit, vol. 20, lib. 3: Raymundum hunc, Balearicum hominem acutissimum, multis rationibus demonstrasse Villanouano artis huius impossibilitatem[93]; tum Arnoldum disputandi pertaesum: Quin potius, inquit, te sensum crastino conuincam die. Quae cum illuxisset, metamorphosim illi oculata exhibuit fide, qua ille motus hanc ipse artem amplexus multa de eadem scripsit opuscula ante annos ferme 250. De hoc Lullo scribit quidam nostri temporis medicus non alchimista, R. C., in nomenclatore insigni. script.[94]:
‘Hunc ego inquirendo comperio apud Anglos re quidem vera praestitisse, quod suis libris profitetur. Et in arce Londini iussu regis probatissimum aurum confecisse, mihique genus nummi ostensum est, quod adhuc appellant nobile Raymundi, auri scilicet puri et obrizi summae iudicaturae.’
[95]Confirma esto bastantemente lo que refiere el autor del ‘Theatro de la vida humana’ de la diferencia ò disputa del mesmo Arnaldo con Raymundo Lullo, vol. 20, lib. 3.
[5r] ‘Era este Raimundo de las islas Baleares, hombre agudisimo y que con muchas raçones auia manifestado a Arnaldo la impossibilidad deste arte. Entonces Arnaldo, cansado de la disputa, le dijo: ‘Mejor te convencere mañana por la experiencia’. Y assi como amaneçio le manifesto por vista de ojos la transmutacion ò metamorfoseos de los metales, con lo qual movido Lullo abraço este arte y escriuio muchas obras del, avra 250 años. Y deste mesmo Lullo escriue cierto médico de nuestro tiempo, que no es alchimista, R. C. in nomenclatore de insignes escritores, que informandose en Inglaterra, hallo que en realidad de verdad ejecuto lo que en sus libros ofreçio, y que en alcaçar de Londres, por mandado del rey hiço oro aprobadissimo. Y assi se me mostro un genero de moneda del que asta oy se llaman el noble oro de Raymundo, conuiene saber, puro y obrizo y de suma aprobaçion.’
Y por los años de 1420 florecieron en ella Juan de Rupeçissa y Ysaac Olando, que tambien ay obras escritas de los dos enseñandola a los hijos del arte.
Florecio tambien en ella, por los años de 1453, Bernardo el conde de la Marca Treuisana, de quien dice el autor del ‘Teatro de la vida humana’, citado por el mesmo Pe Martin del Rio:
‘Idem autor Thesauri[96] hoc etiam narrat de Bernardo eum cum initio frustra magnas spes in hac chrysoplyntica prodegisset, tandem accuratiore studio consecutum vt biennio [5v] artem in opus, spem in rem deduceret. Que el mismo autor, cuenta de Bernardo el conde de la Marca Treuisana, que auiendo en vano desperdiciado gran cantidad de hacienda en la crysopeia, finalmente con mas cuidado deste estudio la consiguio, de tal forma que en dos años puso en execucion el arte y su esperanza en la realidad.’
Y los libros que este escriuio desta ciençia se llaman ‘La fontina del conde de la Marca Triuisana’.
Y en el 1490 florecieron en ella Geronimo Sabonarola y Basilio Valentín, que escriuio el ‘Currus triumphalis antimonii’ y otras obras aquel.
Y en el 1500 Tritemio, que tambien escriuio. Y en el de 1521 Egidio de Vadis, que saco a la luz el ‘Dialogo de la Naturaleza con el discipulo’. Y en el de 1525 *Vlstadio*
Theofrasto Paracelso, que hiço insignes curas. Y Agustino Pantheo, cuias obras andan en los *siete* volumenes de los ‘Teatros chymicos’.
Y por los años del 1500 adelante Palengenio, Chrisipo Faniano, Dionisio Zacarias, Nicolas y Juan[97] Flamelo, Juan Pontano, Gerardo Dorneo, Theobaldo de Hoghelande y Alejandro Suchten. Y Sendivoxio, que con sutileza escriuio el ‘Nouum lumen’ en ‘Doçe tratados’, el ‘Dialogo del alchimista y la Naturaleza’ sobre el mercurio, los tres principios, aunque el ‘sale’ no es suio, y el ‘Dialogo del alchimista y el sulfur’ que no uia. Y los demas otros muchos libros desta materia.
[6r] Y por los años de 1600 en adelante Augurello, que escriuio en verso latino heroico un tratado desta materia, que dedico a la Santidad de Vrbano Octauo. El presddente Spagner, que en canones escruio la ‘Physica restituta’, y en los mesmos la ‘Physica hermetica’. Juan *Francisco* Fabro, medico de Montpeller, que escriuio el ‘Palladio’ y otras obras. El archiduque Leopoldo; su medico Juan Joaquin Vequero, que a escrito la ‘Phisica subterranea’ y despues algunos suplementos que cito en el ‘Discurso philosofico, cabalistico y chymico’. Y el abad Aubry, medico del rey christianissimo, que escriuio en lengua françesa.
Y todos an escrito enigmaticamente y por parabvola, santos y los que no lo an sido, y lo á permitido Dios. Y emos visto castigado algunos que an intentado su propalaçion; secreto sera que Dios quiere guardar hasta que sea su voluntad.
Y aunque la luz deuajo del modio dicen que no alumbra, hartos resplandores á dado en los efectos que ha produçido. Y puede ser que si le quitara la cubierta, el aquilon voraz de los interesados y de Estado la apagaran.
En la cadena con que se eslabona la naturaleza, ay vna obseruacion, calificada por mas de dos mill nacimientos, en que, sin conjeturas y euidentemente, se comprueba la filiacion del padre, que ninguno de los antiguos a tocado en ella. Tengola debajo de siete llaues, por los inconuenientes que resultaran de quitarle el modio y hallar a uno con corona, no siendo hijo de [6v] rey y a otro noble salido del almohaça. Que lo que es en daño de tercero, se debe ocultar, aunque despues los litigios se reduzgan a congeturas, que en ellas he perdido con buenas cartas y calificada verdad. Y me he valido de la paçiençia, ofreciendola a Dios, que por sus secretos fines lo permite.
Y siendo assi que en la filosofia hermetica ha hauido hombres tan çientificos, de tanta autoridad y letras, desde el patriarcha Noe y otros muchos que echo menos en esta genealogia, impropiamente ay en mi el renombre de autor del agua de la vida, que voluiendole a las manos del que fue seruido de honrrarme con el, lo podra colocar en el autor de la naturaleza, que crio las luçes y al sol, de donde emana la vniuersalidad de todo lo criado, en quien puso el Altissimo su tabernaculo.
[1] Así les llama él expresamente, pero los nombre generalmente usados son racionalistas o dogmáticos. Estos nombres remiten a la medicina griega, en concreto este a la de Hipócrates y Galeno.
[2] Por ejemplo, atribuía la invención de las sangrías al diablo.
[3] tres veces maestro: Es la traducción de “Trimegistro”, error por Trimegisto o Trismegisto.
[4] Sol de la medicina que alumbra a los que ignoran la verdadera doctrina de Hipocrates y Galeno.
[5] Entre otras cosas cuenta que había traducido (en 1660, en París) a Cristóforo Parisiense y que tenía en proyecto la publicación de un libro que llama “El chaos averiguado y la luz de las tinieblas, tratado de tintura y medicina universal”.
[6] Sendivogio no dice nada de la naturaleza de su “imán”; Guerrero admite, por tanto, alguna especulación leída u oída.
[7] Lo cual no tiene apoyo en los textos de Aldrete, sino todo lo contrario.
[8] Reeditado con el título Crisol de la verdad (1683).
[9] Son las mismas que dio Vallensis en De veritate et antiquitate artis chemicae (1593), pp. 18‐19.
[10] Con lo cual la prueba carecerá de valor ya de entrada para los que no admiten la canonicidad de este libro.
[11] Aldrete abusa aquí un poco de las palabras de Sendivogio, que no menciona la medicina ni su uso: «Multi sapientes doctissimique viri ante complura secula, imo, Hermete teste, ante diluvium, multa scripserunt de conficiendo lapide philosophorum».
[12] Es decir, la curación.
[13] La referencia de Aldrete es el Sermón de la muerte de san Juan.
[14] El gran misterio del agua de Aldrete es este imán, y esta es la única vez que Aldrete aludió a su naturaleza. Dado que afirmaba que en su agua no intervenían mixtos, se puede pensar en una condensación nocturna de la humedad del aire, en luna creciente y llena, o simplemente rocío, sometida posteriormente a los rayos del sol.
Pero este procedimiento tan simple no justifica el coste de su composición: más de seiscientos pesos por litro (medio azumbre), según expuso en La luz, p. 12.
[15] No es Juan Boch (Bochius) sino Io. Boemus, Mores, leges et ritus omnium gentium (1541).
[16] Publicado en Papeles del agua de la vida, ob. cit.
[17] En que entre burlas y veras se dizen veras y burlas. Impresso en Mantua Carpetana por un vezino de ella. Año 1682.
[18] El presbítero Antonio de Ron, que escribió una aprobación a La verdad acrisolada casi tan larga como el texto de Aldrete, había tomado con éxito seis veces el agua de Aldrete y aportó algunos otros casos y conocía otros muchos más, tantos, dijo, como para llenar volúmenes. Un testimonio similar sobre el gran número de casos tratados fue el de Villacastín, autor que veremos más adelante.
[19] Respuesta al discurso serio‐iocoso, que entre burlas y veras ha escrito contra el agua de la vida un Quidam, que aunque no tiene fama (y por eso intenta quitarla a cuya es), tiene nombre, que es don Pedro de Godoy, mordaz detractor de lenguas y vidas agenas (1682).
[20] A Guerrero le había reprochado que usase del antimonio, un veneno declarado.
[21] En que se haze examen y juizio de los papeles que en orden a à ella se han publicaod por don Luis Alderete y Soto y el doctor don Juan Guerrero.
[22] Jean d’Aubry, abate francés y famoso fabricante de una medicina universal conocida en España, en Triomphe de l’archée (1660), dio el nombre de “substancial” a la medicina paracélsica (que él distinguía de la química, sofística), porque “travaille à la substance & premiere racine de la maladie”, oponiéndose, seguramente, a otras medicinas que tratan sólo los síntomas.
Sobre Aubry escribió Amigo en pág. 40. Tras mencionar su persecución por parte del estamento médico (estuvo diez años en la cárcel, acusado de curar por magia), dijo: «cuyas obras y escritos, si se estudian y entienden, pueden producir en estos reynos el mesmo beneficio que el que en Francia se experimenta».
[23] Jasón no llegó a estar moribundo. Parece un lapsus por Esón, padre de Jasón.
[24] Sobre este tema, dijo Amigo que tenía escrito un libro en latín, que seguramente no publicó:
Sylva arcanorum & mirabilium naturae etc.
[25] Que à la sombra de la razon y à la luz de las apologias Luz de la medicina y Sol de la medicina, etc., pretende hallar la verdad en la defensa de la medicina dogmatica y su sangria; en la posibildad del agua de la vida y otras materias adjecentes à estas dos, como principales.
[26] Conservada en el códice BNE ms. 4223, ff. 1r‐100v.
[27] «O, por mejor decir, el que sacudiendo el poluo al oluido en que el methodo la a querido sepultar, he descubierto las luces ocultas con que fortifica la natruraleza humana».
[28] Quizás sea muy anterior: Villacastín conoció, y refutó, la obra contraria de Guerrero, pero no la favorable de Amigo. Rey Bueno, Mar, Los señores del fuego. Destiladores y espagíricos en la corte de los Austrias, Madrid, Corona Borealis, 2002.
[29] Esto ocurriría hacia 1682, fecha en que Aldrete hizo este ofrecimiento al rey en un memorial.
Carlos II el Hechizado, con 21 años, debía pasar entonces por una etapa de salud estable, para no mostrar interés por el medicamento de Aldrete. En 1698, sin embargo, accedió a que se le montara un laboratorio a un Roque García de la Torre, y fuera generosamente pagado para fabricar la piedra filosofal, transmutatoria y medicina universal “conveniente a su salud y aumento de su monarquía”, es decir, también la cura de su esterilidad. En el memorial de la solicitud, García de la Torre recurrió a citar un breve elenco de autores, que en su mayoría tuvieron como fuente a Aldrete, especialmente la nota a la Clavis sapientiae atribuida a Alfonso V el Sabio, publicada en TC 5. Aldrete le llamó Alfonso V, seguramente porque así aparece en esta edición; en su réplica a Gámez se defendió asegurando que Alfonso era X por Castilla y V por León. Para la edición del memorial en que R. García exponía sus promesas y sobre este intento de fabricación de la piedra filosofal, v. M. Rey Bueno, El Hechizado. Medicina, alquimia y superstición en la corte de Carlos II (1998).
[30] Como veremos más adelante, Aldrete mismo contó haber sido encarcelado por razones políticas, en una época en que apenas había comenzado su largo periplo alquímico que le llevaría a la fabricación de su agua medicinal.
[31] Fue la segunda réplica impresa. En el decurso de su exposición (§46), Amigo nombró a Andrés Dávila y Heredia, como contrario a que pudiera existir una medicina universal. Este replicó con un Responde a la Apologia en defensa de la medicina substancial y universal del agua de la vida, escrita por el licenciado don Luis Amigo y Bertran, en que se prueba que no hay medicina universal (1682).
[32] Se podria objetar que estos mismos argumentos servirían para invalidar la medicina de Galeno e Hipócrates, pero aquí la vara de medir era otra:
[p. 63] 20 Puedeseme, ò dudar ò objetar, que como puede ser cierto haver sido revelada la medicina à vnos hombres que fueron idolatras y en cuyas obras se hallan muchisimos errores conocidos y censurados por el juizio de la Santa Madre Iglesia, en que no me debo detener por ser cosa muy sabida. Pueril objeccion es esta y agena de hombres de juizio: los errores que en estos y otros autores gentilicios se hallan, no son en materia natural, sino en materia de religion. [p. 64‐65] 21. Y assi, aunque fueron gentiles los antiguos sabios en las sciencias y artes, no por esso fueron enseñados en ellas por los demonios (que estos no enseñan para aprovechar à alguno, sino para perder à todos), sino por Dios, como causa original de todo bien, y por ministerio de sus angeles tutelares, iluminando los entendimientos humanos capaces con gracias gratis datas diversas.
[33] Johannes Freitag, Noctes medicae sive De abuso medicinae (1616), cap. 25, “De vita, habitu & moribus Paracelsi”, pág. 118. Freitag escribió estas palabras tras una larga cita de Oporinus, en la famosa Epistola ad Wierum, donde apenas hay vicio que no le atribuyera.
Las acusaciones vertidas en esta carta fueron después suavizadas por los paracelsistas, el primero de ellos Toxites, que conoció a Oporino. Cf.. Toxites, Onomasticon Paracelsi, en Onomastica II (1574), voz “Laudanum Theophrasti”.
[34] Es muy probable que en 1687 Aldrete ya hubiera muerto.
[35] Se trata de la medicina universal expuesta por Clauderus en Dissertatio de tinctura universali seu de lapide philosophico (1678), que Delgado ha refutado detalladamente.
[36] En su réplica a Guerrero, artículo quinto, Aldrete había escrito: «74. El agua de la vida, sacada de los rayos del sol elemental y de sus luzes, que continuamente etàesparciendo, se reduze à fixacion en vna blancura mas que las de las margaritas, escondiendo en si lo roxo de los rayos del sol. Pero si se passa à mayor fuego, descubre lo roxo del carbunculo, piedra preciosa que oculta».
[37] Aldrete había dicho en el primer memorial que era fragante.
[38] El término “ardelión”, aunque de origen ibérico, fue usado en Roma en época clásica. Su sentido original es, seguramente, ardilla. El sentido figurado lo dio Fedro, 2, 5.
Est ardelionum quaedam Romae natio, trepide concursans, occupata in otio, gratis anhelans, multa agendo nihil agens, sibi molesta et aliis odiosissima.
La traducción normal en los diccionarios actuales es “vago”; en diccionarios antiguos se la traduce por “mequetrefe”.
[39] Con el olor o sabor de los productos orgánicos en descomposición quemados.
[40] El “Médico” tergiversa algo a Palacios. Este describió detalladamente el “modo” de extracción del espíritu del maná, y fue a ese espíritu extraído al que identificó con el agua de Aldrete.
[41] A. Wion, Lignum vitae, ornamentum & decus Ecclesiae. In quinque libros divisum, in quibus totius sanctiss. Religionis divi Benedicti initia, viri dignitate, doctrina sanctitate ac principaut calri describuntur (1595).
[42] V. Pastor y Fernández, Aliento con que respire en su mayor congoja la española monarquia (1699). La obra fue publicada en dos tomos, pero con numeración de páginas y capítulos continuada. Las profecías y el comentario abarcan los capítulos 59‐62 del segundo tomo.
[43] Archimbaud, Nouveau recuëuil de pieces fugitives d’histoire, de litterature, etc.. Tome III (1717), article 3.
[44] J. Finestres y Monsalvo, Historia de el Real Monasterio de Poblet, tomo 1 (1753), lib. 1, dissert.
24. Esta edición en cinco tomos, redactados sobre la marcha (1753‐1765), es una refundición de un proyecto anterior del que sólo salió el primer tomo en 1746, tomo que no contiene las profecías.
[45] MCEM. Base de dades de manuscrirts catalans de l ‘Edat Moderna.
http://mcem.iec.cat/veure.asp?id_manuscrits=1117.
[46] Así en Biographie universelle, ancienne et moderne. Tome 21 (1818), entrada “Joachim de Poblet”. En español: Diccionario histórico o Biografía universal compendiada. Tomo octavo (1832).
[47] La Biographie universelle se hizo eco, o supuso, esta contaminación.
[48] Están editadas por J. Serrra i Barceló, “Dues profecies del temps de Carles II: Sant Malaquies i els Reis dʹEspanya i les atribuïdes a Francisco Monteron”, BSAL 49 (1993), pp. 307‐326; aquí 319‐324.
[49] Feijoo conoció un manuscrito que daba la misma noticia, pero vertida al latín.
Hae prophetiae sunt de tempore sancti Malachiae, recondita in archivo monasterii Poblete indeque anno 1639 fuerunt missae excellentissimo comiti de Gueralt, locum tenenti suae maiestati in Catalonia. (Theatro critico univeral. Tomo 2 (1728), discurso 4).
[50] El comentarista conoce a Carlos II como rey, pero aún estaba con vida el papa Clemente X.
[51] Una fecha posible para este inicio del reinado del Anticristo es 1808.
[52] claro numine: Es la misma lectura del BPM ms. 912; otras versiones tienen “carolumen”.
[53] Relación del médico Francini acerca de la enfermedad de la reina María Luisa, Archivo Quai d’Orsay, Espagne, Supplement T. 8, pág. 75. Consultamos el texto publicado por Maura y Gamazo, Vida y reinado de Carlos II tomo 1 (1954; pr. 1942, tomo 2), “Los dos matrimonios”.
[54] La forma de actuar el agua de vida por sudoración intensa fue descrita por Aldrete, Memorial (1680): «Entrando en el cuerpo del enfermo y recogiendo en si los espiritus disipados, que aun le conservavan la vida, le corroboran dandole fuerças para debelar los excrementos que se la querian aniquilar, y arrojandolos, ya por bomitos, ya por sudor, ya per recessum, ya por secreta transpiracion y consumacion de los fuligines, en quatro o seis horas, desechando de si el daño».
El sudor, con todo, no debía ser una respuesta inherente al agua pura, ya que Aldrete comparó a continuación su medicina con la de “Kerguero”, de la que citó que curaba “sin sudores ni diaforéticos” (Kergerus, De fermentatione, sect. 3, cap. 3). Para convertirlo en diaforético Aldrete maceraba en su agua plantas usadas con este fin por la medicina galénica.
Un caso de sudor copioso fue el tratamiento de una criada suya (Verdad acrisolada, art. 4, n. 47); otro el de su nieto, enfermo de peste (id., n. 59).
[55] BNE ms. 10330, publicado por A. Pyga y S. Carro, Informes sobre la causa de la muerte de la Reina María Luisa de Orleáns (1948; pr. 1944).
[56] Juan Bernés era “Medico de su Magestad en la Real Familia de la casa de Borgoña”, cuando escribió las censuras, por encargo real, para dos obras del franciscano B. Angeleres: Real filosofia, vida de la salud temporal, sabiduria sophica, testamento filomedico, arcanos filochimicos (1692; reed. 1693); Real filosofia y desempeño de la medicina sanativa, perseguida y triunfante (1693).
Este Angeleres, Comisario General de los franciscanos en España, fue también un intruso de la medicina, un curador de desahuciados, que tuvo así mismo su polémica particular con el Protomedicato. Angeleres curaba con varios “arcanos remedios”, entre ellos el oro potable (el verdadero, ajuicio de Bernés).
Bernés formó parte de un grupo, con Angeleres a la cabeza, que solicitó al rey (1693) la creación de una “Academia Filosofica, Medica y Expargirica”. La propuesta fue rechazada, por “la saña en los corazones de los mas aplaudidos medicos”. En Real filosofia, “Al lector”, Angeleres escribió de Bernés: «Si deseas ver à vn Arnoldo en Madrid, mira al dotor Vernes».
[57] Bernés fue también expresamente llamado (probablemente por indicación de Aldrete) para vigilar la evolución, en el tratamiento con el agua, de la enfermedad terminal de la madre de un marqués de Montara, quien, desahuciada para esa misma noche, vivió aún ocho días. (Verdad acrisolada, art. 4, n. 7).
[58] «Desde septiembre de 1700 el Rey entró en un proceso irreversible. Se trajo de Nápoles uno de los mejores médicos, Tommaso Donzelli, y de Sevilla, al paladín del movimiento novator, Juan Muñoz y Peralta. A finales de septiembre, Carlos II no retenía ningún alimento ni medicina, fue sacramentado el día 28 y el día 2 de octubre hizo testamento. El 24 de octubre comenzó una agonía que se prolongó hasta el día de su fallecimiento, 1 de noviembre. (M. E. Alegre Pérez, “Los orígenes de la Real Botica y sus actuaciones al servicio de los Austrias”, en Arbor CLXIX, 665, 2001, pp. 239‐265; aquí p. 255).
[59] Citado de Maura y Gamazo, Vida y reinado (ob. cit., tomo 2), “La sucesión”.
[60] El término griego hyle (ὕλη), dado a la materia primera por algunos alquimistas a partir del siglo XV, no dice absolutamente nada, ya que en traducción equivale a “materia”.
[61] Dorn, G., De naturae luce physica ex Genesi desumpta (1583), “Explicatio duorum primorum capitum iuxta Geneseos physicam”, capítulo “Creavit Deus coelum et terram”.
[62] Esta larga cita de Paracelso está tomada también de Dorn, misma obra, capítulo “De principio creationis”.
[63] Del Enchiridion physicae restitutae.
[64] Esta expresión no aparece en el único fragmento de Maria que se conserva en latín. Se encuentra en la obra de Senior, De chemia, y no es fácil saber a qué se refiere, por lo cual la opción de Aldrete parece tan buena como cualquier otra:
«Auri aqua est fermentum, et corpora sunt terra eorum, et fermentum huius aquae divinae est cinis, qui es fermentum fermenti, quod vocavit Maria sapiens in quodam loco librorum suorum, coagulum, cum sit coagulans aquam illorum in terra eorum, quae est corpus secundum».
[65] Aldrete volvió a citar aquí el mismo pasaje de Sendivogio visto en el capítulo 4, seguido de su comentario.
[66] Previamente Aldrete ha analizado los argumentos para establecer si el maná bíblico y el de su tiempo, especialmente el calabrés, era el mismo; su opinión fue que sí.
[67] reducantur, in pulverem abeunt: Recortado e ilegible en el ms.
[68] Sendivogius, Duodecim tractatus, trac. 11, “De praxi et confectione lapidis seu tincturae per artem”. La cita tiene supresiones y añadidos.
[69] No parece una cita concreta, sino dos alusiones genéricas. La primera se asocia al rebis:
«Sume ex lapide ubique reperto». La segunda está en Morieno: «In viis proiicitur & in sterquiliniis suis calcatur».
[70] En esta referencia los errores, de copia son continuos.
“Martín Ruiz” es Martín del Río; la obra es Disquisitiones magicae (1599 y reed.). “Magia natural” es parte del título del primer libro: “De magia in genere & de naturali ac artificiosa in specie”. La referencia completa es lib. 1, cap. 5, quaest. 1, sect. 1.
“Polibio chymico”, es Olibius, convertido en alquimista por los comentadoress del epitafio. “Platón” es Plutón.
[71] Los errores hacen ininteligible este falso epigrama sepulcral. El texto procede de P. Apianus y
B. Amantius, Inscriptiones sacrosanctae vetustatis (1534), la última de las inscripciones de Italia.
De Apiano lo tomó R. Vallensis, en De veritate et antiquitate (1593; ed. pr. 1561), el primero en servirse de ella con interpretación chimica.
Se presenta como la inscripción de una urna, en cuyo interior había otra, también con una inscripción, en la que había dos ampollas, una de oro y otra de plata llenas de licor, entre las cuales aún ardía una lucerna, según cálculos desde hacía 1500 años, que se apagó al ser expuesta al aire. La inscripción de la urna externa era:
Plutoni sacrum munus ne attingite fures. Ignotum es vobis hoc quod in vrna latet
Namque elementa graui clausit digesta labore Vase sub hoc modico maximus olibius.
Adsit secundo custos sibi copia cornu Ne precium tanti depereat laticis.
(Ladrones, no toquéis esa ofrenda consagrada a Plutón. / Os es desconocido lo que se oculta en la urna, pues encerró los elementos, digeridos con penosa labor, / bajo este humilde vaso, Maximo Olibio. / Séale guardián con la abundancia de su cuerno fecundo / para que no perezca un licor tan precioso).
[72] M. Maier, Symbola aureae mensae (1617), lib. 4. Maier ilustró la cita con un extenso comentario, para responder a la pregunta de si esta y otras lámparas perpetuas, «sint chymica, hoc est, chymico artificio producta & an ad tincturam philosophicam re uera spectent.»
[73] «Asbeston, Arcadiae lapidem, propterea sic vocari quod accensus semel iam non possit extingui.»
[74] Plinio, NH, 37.146 (cap. 54) «Asbestos in Arcadiae montibus nascitur».
[75] Una Vida de san Isidoro fue publicada por el Tudense, obispo de León, en Chronicon mundi, precediendo la Chronica de Isidoro de Sevilla. Se encuentra impresa en Acta sanctorum (abril‐4) y PL 82. Según esta leyenda, los dicípulos de Isidro colocaron en su tumba dos lucernas inextinguibles fabricadas por él mismo. El pasaje se encuentra hacia el final del cap. 10.
«Hoc quoque veram cunctorum erga patrem notavit dilectionem, quod duas lucernas fere perpetim ardentes & pene inextinguibiles, quae ab eodem naturali arte factae feruntur, unam ad caput & unam ad pedes, in locis abditis posuerunt, unde corpus sanctissimum quasi continuo lumine frueretur».
La leyenda de la “vela”, según la cuenta Aldrete, se encuentra en una colección de milagros atribuida también a Tudense, impresa en traducción con el título Libro de los miraglos de sant Isidro (1525). En el capítulo 22 cuenta que, ya en época de “moros”, unos cristianos sevillanos devotos del santo visitaron su tumba y por entre las piedras del sepulcro vieron una “candela” (no una vela, sino una lucerna) ardiendo. Se la llevaron a Sevilla y luego la vendieron a un caballero leonés. La noticia llegó a Tudense quien se apresuró a verla e intentó que le fuera vendida para restituirla, pero su intento fue infructuoso y finalmente la “candela” se perdió.
[76] Se trata del comentario a Números, cap. 21, quaest. 19, hacia el final. Tostado, que cita las dos lucernas, no la “vela”, dice seguir a Voragine, pero es un error por Tudense.
«Potest enim effici lucerna inextinguibilis aquae vel aeri naturaliter, ut fecit beatus Isidorus duas naturaliter, quae post mortem eius ad caput & pedess sepulchri ipsius permanserunt quasi per ducentos annos, ita quod nihil de eis videretur consumpum, sed postea inde sublatae sunt. Testantur hoc maiores & ponit Iacobus de Voragine in historia beati Isidori».
[77] Pierio Valeriano (Giovanni Pietro Bolzani dalle Fosse), Hieroglyphica (1556 y reed.)
[78] miseraicas: variante de meseraicas (lat. meseraicae).
[79] mercurio dulce: Es una mezcla en proporción 3:4 de mercurio y sublimado corrosivo (bicloruro de mercurio HgCl2).
[80] Receta del médico Giovanni da Vigo (m. 1525) compuesta de óxido de mercurio rojo (HgO), usada para el tratamiento de úlceras y de la sífilis.
[81] Igual composición que el mercurio dulce, reiterando la sublimación.
[82] Se esperaría que después de trece horas empapado, en otoño, le sobreviniese una enfermedad pulmonar, no una enfermedad venérea (sífilis), que es lo que designaba el nombre de humor gálico, ya usado anteriormente por Aldrete, más conocida como morbo gálico, o, en otros países, morbo hispánico, itálico, napolitano, germánico o americano.
[83] Dicho vulgarizado, tomado de la traducción de Mutianus de Crisóstomo, Enarratio in Epitolam ad hebraeos, cap. 13, hom. 34: “Miror si potest salvari aliquis rectorum” (Θαυμάζω εἴ τινα ἔστι τῶν ἀρξόντων σωθῆναί ποτε).
[84] Capítulo 20. La muerte tuvo lugar en 1666. Ambos, Aldrete y Núñez, habían comido calamares en mal estado y les sobrevino fiebre. Los médicos indicaron sangrías; Aldrete las rechazó y a los ocho días tomó un vomitivo que le hizo devolver los calamares sin digerir y sanó. Las sangrías le fueron aplicadas a Núñez y murió.
[85] Sendivogius, Tractatus de sulphure (1616), cap. “De tribus principiis omnium rerum”: «Semper enim Altissimi conditoris nostri protectionem praesto habuimus, ut nullus inimicus potuerit nos opprimere. Custos fuit semper angelus Domini arcae huius, in quam Altissimus conditor rerum tantum thesaurum inclusit, quem et usque tuetur.»
[86] Ap 6, 4: “Y salio otro cavallo roxo”; Ap 8, 8: “Y el segundo angel toco, y como quando un monte grande ardiendo con fuego se arrojo en el mar”. (Traducciones de Aldrete).
[87] El término “calculum” lo tomó Aldrete de la Biblia, según citas que dio a continuación.
[88] Aldrete se saltó traducir que esparció el polvo en agua.
[89] Aldrete supo de la existencia de esta obra seguramente por comunicación de Amigo y Bertrán; esta la había citado con título, como hemos visto, pero no dijo que estuviera escrita en octavas.
Anteriormente Aldrete solo parecía conocer la Clavis sapientiae, impresa en TC 5, que citó y del cual tradujo el sumario del “Proemiolum” en La verdad acrisolada (1682), en la dedicatoria al duque de Medinaceli.
[90] La obra de Oldradus de Ponte (m. 1335), que se cita con el título Consilia, es una colección de respuestas a preguntas de carácter jurídico, con análisis de pros y contras. La quaestio que en las ediciones impresas lleva el número 74 es: “An alchimista peccet vel sit ars prohibita”.
El título “De sortilegiis” con que lo cita Aldrete no es el original. La edición de 1503 tiene una tabla en la que se agruparon los consejos por temas. Uno de los grupos tiene el título “De sortillegiis”, e incluía este consilium sobre alquimia y otro sobre “sortilegios o pócimas amatorias”. Esta extraña agrupación puede explicarse si el autor de la tabla entendió el “peccet” como pacto con el demonio, una de las preguntas que se hacían los teólogos sobre la transmutación.
Para facilitar la lectura de temas comunes, el texto de cada consilium llevaba en cabeza el título del grupo, por ejemplo: “De sortilegiis. lxxiiii. An alquimista peccet, etc.”
El jurista Rainaldus Corsus hizo una edición corregida y anotada en 1570, con reediciones posteriores, en la que eliminó la tabla anterior, pero mantuvo en el texto los títulos de los temas, quedando este, si no incomprensible, al menos extraño.
Oldrado se decantó por rechazar que la alquimia fuera pecaminosa y merecedora de prohibición, pero no mencionó a Arnaldo. Seguramente no llegó a conocer la leyenda, tan apreciada por los alquimistas, de la tranmutación ante el papa, contada por el otro jurista, J. Andreas.
[91] De las Disquisitiones magicae, el lib. 1, cap. 5 está dedicado a cuestiones sobre la relación alquimia‐magia: “Ars aurifactoria, quam alchimiam nuncupant, ad quam magiae speciem sit referenda?”. Para responder se plantean cuatro questiones. La primera, “An aurum hac arte rerum conficiatur”, a su vez dividida en cuatro secciones; la cuarta, que es donde se encuentra la cita se titula “An aliqua narratione constet aurum hac arte factum?”.
[92] id: Que el demonio no tenía nada que ver con las transmutaciones realizadas por Arnaldo.
[93] Delrío tiene el término en griego: adunamían.
[94] R. Constantinus, Nomenclator insignium scriptorum (1555), es, hasta donde sabemos, la fuente más antigua para la leyenda de la transmutación de Lulio‐ps.
[95] El párrafo que sigue es la traducción de la anterior cita latina de Delrío.
[96] Thesauri: Así también en Delrío, pero hay que entender Theatri.
[97] Jean, discutido hermano menor de Nicolás, fue copista, de quien se conocen varios manuscritos. De su relación con la alquimia es esta la primera referencia que hemos encontrado.
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